Liber Canticorum et Horarum
Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca
INFORMACIÓN BÁSICA
Liber Canticorum et Horarum
Ms. 2668, Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca.
Copista: Cristophorus.
Procedente de Santa María de Aniago (Valladolid).
Año 1059.
Pergamino, 187 ff., 214 x 145 mm.
El Liber Canticorum et Horarum (Salamanca, BGU, ms. 2668) (1059) es un manuscrito musical litúrgico de vital importancia para el estudio de los últimos años del rito hispano antes de su sustitución definitiva por el rito franco-romano en 1080. Se ha visto en la composición de este manuscrito un intento de unificación político-religiosa por parte de los reyes de León, Fernando I y Sancha ante las pretensiones de dominación del papado. Para tal fin, se empleó este códice junto con el Libro de Horas de Fernando I (BXU, ms. 609), con el que nuestro manuscrito está estrechamente relacionado. En cuanto a su notación musical, el Liber Canticorum et Horarum es un documento único para conocer la historia de la notación musical visigoda del norte antes de la introducción de la notación Aquitania en el territorio peninsular. En ella se observa un intento temprano de diastema poco común y propio de la notación aquitana que quizá revele la influencia del ámbito carolino. El Liber Canticorum et Horarum incluye casi una centena de cánticos procedentes del Libro de Isaías que se entonaban durante la celebración del Oficio religioso, así como las Horas nocturnas del antiguo rito hispano. Se observan en él dos sectores, probablemente de distinta procedencia, que dan pie a no pocas especulaciones sobre la función de este manuscrito. Es, además, una de las principales fuentes para estudiar el viejo rito hispano y, en última instancia, nuestra propia identidad cultural.
Elvira Rodríguez Martín (2019)
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Se trata de un códice litúrgico musicado. En él se incluyen numerosos cánticos que se entonaban en la celebración de la misa. Incluye también las horas nocturnas. Este códice servía para seguir los cantos durante la liturgia y la notación ayudaba a los monjes a recordar la melodía, ya que no se trata de una notación tan exacta como la actual, sino que era más bien un recurso mnemotécnico.
El manuscrito está incompleto, puesto que solo contiene el Libro de Cantosy el Libro de Horas. El libro de cantos solía ir precedido del Salterio que a veces se encontraba en un volumen adicional, como puede ser el caso del ms. 2668 dado que no se ha conservado.
Formalmente, el códice presenta dos sectores. El primero, sector A, comprende los folios 1-175 y en él el texto se detiene de forma abrupta. El segundo sector, el B, comprende los folios 176-187 y posiblemente fuera parte de otro manuscrito o se compuso de forma independiente debido a que la calidad del pergamino es diferente, difieren también la forma de las letras, las abreviaturas empleadas, las capitales no están terminadas y, además, en la caja de escritura hay 15 líneas en lugar de las 14 del sector A. En esta sección se encuentra la confesión de doña Sancha sobre cuyo nombre más tarde se suscribió el de doña Urraca. La unión de ambos sectores se produciría, posiblemente, cuando el volumen pasó a ser un devocionario privado.
- El llamado sector A (ff. 1-175) contiene parte del Oficio monástico isidoriano en la que se incluyen noventa y nueve cánticos del libro profético de Isaías. Después de estos, se sitúan las Horas nocturnas del antiguo rito hispano.
- En el sector B (ff. 176-187) se observan tres partes. La primera de ellas (ff. 176r-179r) es una profesión de fe, la Oratio Sancta Trinitate, que también se encuentra en el Libro de horas de Fernando I (ms. 607, f. 196r). Después se encuentra la Confessio de doña Sancha y de doña Urraca (ff. 179r-180r). Por último, se sitúan unas letanías que se deberían de encontrar después de la Oratio de Sancta Trinitate (ff. 180v-187). En ellas se ha identificado unos santos pertenecientes al santoral cluniacense. Es posible que este sector sea un añadido posterior procedente de otro manuscrito. Quizá este sector, en el que se incluye la Confessio, se compuso entre 1059 y 1067, momento en que falleció doña Sancha y en el que se pudo querer cambiar el contenido del manuscrito adaptándolo al universo de los monjes benedictinos.
En el antiguo rito hispano, tanto el Psalterium como el Liber canticorum eran empleados en el Oficio monástico. Por otro lado, las horas del Oficio de los monjes se incluyen en el Liber horarum que contenía los elementos necesarios para el rezo diario de los monjes, a excepción de los cantos que se recogían en Liber canticorum.
Estos libros eran empleados en la oración y en la entonación de los cantos de la liturgia por parte de los monjes de los monasterios. Los cantos se conocían de memoria, así como los rezos, de manera que estos libros no eran más que una guía o recurso de apoyo. En este punto es necesario recordar que la notación musical de este momento no era tan exacta como la actual, los neumas indicaban los movimientos de la voz, pero no una altura tonal exacta
Aunque no hay noticias concretas sobre la utilización de este códice, dado que pertenece al viejo rito hispano, podemos pensar que se utilizó hasta la sustitución oficial del rito hispano por el franco-romano que en el reino de León tuvo lugar en mayo de 1080 con Concilio de Burgos que abolió el viejo rito hispano.
Tras el cambio de rito, este y otros muchos códices quedaron obsoletos y se importaron con urgencia códices de Francia, con letra carolina y notación aquitana, que desplazaron la letra y notación autóctonas.
El Liber canticorum et horarum estuvo seguramente en el monasterio regio de San Pelayo, por ello se puede creer que lo emplearon los monjes de dicho monasterio para la celebración del Oficio monástico isidoriano y de las Horas nocturnas del antiguo rito hispano
Este manuscrito pertenece a un momento histórico muy determinado: cuando el territorio hispano se encontraba fragmentado políticamente y desde Roma se trató de unificar y ponerlo al servicio del papado mediante el cambio del rito hispano-mozárabe por el rito franco-romano.
Durante el reinado de don Fernando I y doña Sancha se compusieron cuatro libros fundamentales: el Beato de 1047; unas Etimologías de San Isidoro, del mismo año; el Diurno de don Fernando I, conocido también como Libro de Horas de Fernando I de 1055; y el Liber canticorum et horarum de 1059. Los dos últimos presentan coincidencias formales, tanto en el contenido textual como en el musical. El primero es, no obstante, de mayor calidad.
Los reyes Fernando I y Sancha fueron defensores del viejo rito hispano con respecto a las pretensiones del papado de instaurar el rito franco-romano. Vieron en el rito hispano un mecanismo de unificación territorial a través de la religión. Se tienen noticias de que doña Sancha ofreció el Libro de horas de Fernando I (Santiago de Compostela, BXU, ms. 609), de origen leonés, a su marido Fernando I para consagrarlo como dominus de la Iglesia hispánica. Por su parte, el Liber canticorum tendría la función de afirmar a Sacha como Domina de la red monástica en cuya formación había participado.
El Liber canticorum se vinculó al monasterio regio de San Pelayo de León y a la Domina del momento, doña Sancha que, junto con su hija Urraca, serán las pioneras del movimiento de resistencia contra el papado y su pretensión de imponer el rito franco-romano, que acabó haciéndolo en el 1080.
Este códice es una importante muestra de la labor de unificación política a través de la renovación de la Iglesia hispánica como mecanismo de unificación. La producción de este libro litúrgico es, por tanto, un acto religioso y a la vez político.
En cuanto a lo musical, este códice es una de las principales fuentes para estudiar la música del viejo rito hispano que acabó por extinguirse, aunque se mantuvo en Toledo. Este manuscrito permite, además, estudiar las relaciones entre el mundo hispano visigodo y el carolino a través del estudio de la notación musical y el principio de notación de la diastemia a través de un supuesto contacto con el mundo carolino.
Elvira Rodríguez Martín
Libro litúrgico propio del rito hispánico que contiene los cánticos del antiguo testamento preparados para comenzar las respectivas horas del oficio divino. Suele incluir elementos de notación musical que permiten una referencia a los intervalos de los sonidos.
Libro que contiene los rezos de cada una de las horas del oficio divino. Dentro de la liturgia hispánica, existían dos tradiciones en las horas del oficio: el Ordo Cathedralis y el Ordo Monasticus, según se refiriesen al culto en monasterios o en catedrales respectivamente. Suele contener, de forma ordenada, la sucesión de antífonas que anteceden a los salmos para cada hora del oficio, con indicaciones de sus correspondencias.
◊ Neumas
Serie de signos gráficos que se escribían por encima de un texto y que representaban uno o varios sonidos, sin especificar el ritmo. Constituye uno de los primeros intentos sistemáticos de notación musical. Este tipo de escritura musical está más cerca de ser una ayuda mnemotécnica, que un sistema musical propiamente dicho, puesto que gran parte de los textos de neumas no podían ser descifrados si no se conocía la melodía previamente.
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