Cruz Procesional
Museo de la Catedral de Ourense
INFORMACIÓN BÁSICA
Cruz Procesional
Museo de la catedral de San Martiño de Ourense.
Procedente de la catedral de San Martiño de Ourense.
1497.
Azabache y policromía dorada, 76 x 45 cm.
La cruz es uno de los objetos fundamentales dentro de los ritos litúrgicos, pues remite de forma directa al dogma central del cristianismo: el papel redentor del sacrificio de Cristo. La presencia de este elemento era requerida en todos los ritos litúrgicos, al pie del altar y en diversos lugares dentro del templo. En el caso específico de las cruces procesionales, eran destinadas a salir en los desplazamientos rituales donde debían ser portadas de manera elevada detrás del turiferario, tal y como queda recogido en las rúbricas litúrgicas. Las procesiones en las que eran empleadas las cruces procesionales podían ser de diversos tipos. En este caso, la documentación nos indica que era utilizada fundamentalmente durante los ritos fúnebres. Aunque en un primer momento se vinculó su factura a los talleres azabacheros de Santiago de Compostela, en la actualidad se sabe que la cruz procesional de Ourense fue fabricada por un taller leonés al que se pagó 8.500 maravedíes por su elaboración, tal y como aparece recogido en un documento de 1497 conservado en el archivo catedralicio. Tanto el material empleado en la cruz –el azabache– como la tipología elegida –la cruz de gajos– convierten a esta obra en una pieza excepcional dentro del panorama tanto gallego como peninsular.
Sara Carreño López (2019)
Cómo citar esta ficha
Se trata de una cruz procesional, es decir, una pieza que era destinada a ser sacada en procesión como parte de ciertos ritos litúrgicos en los que sería portada por un miembro del bajo clero –como un diácono o un acólito–, detrás del turiferario a la cabeza de la comitiva.
En el caso de la cruz ourensana sería utilizada fundamentalmente durante la liturgia de difuntos, en la que las rúbricas indican que la cruz debía estar presente en todas las etapas, acompañando al cristiano desde su muerte en el hogar hasta el momento final de la inhumación de su cuerpo.
Aunque la finalidad principal de las cruces procesionales es formar parte de procesiones, en algunos casos podrían encontrarse durante el resto del año dispuestas en un cepo colocado en el presbiterio.
La estructura de esta cruz procesional se compone de tres partes: el vástago, la macolla y la propia cruz:
- El vástago es el elemento sustentante que permite insertar una asta a la cruz de modo que pueda ser desplazada durante las procesiones. En este sentido, la propia morfología de la pieza responde a las funciones a las que era destinada. Al introducirse ese asta o varal la cruz era elevada, de modo que encabezaba la procesión destacando sobre los integrantes de la comitiva.
- El nudo o macolla posee una decoración arquitectónica compuesta a través de dos niveles. El primero, una estructura cuadrangular animada por arquerías complementadas por otros elementos decorativos como torreones y motivos vegetales. El segundo nivel reproduce una estructura acastillada formada por diferentes cuerpos almenados. Esta sería una característica singular de esta cruz, pues la figuración de arquitecturas civiles en estas piezas fue poco habitual. Estas estructuras arquitectónicas son complementadas por seis figuras de apóstoles, de las que no todas son las originales.
- La propia cruz responde a la tipología conocida como cruz de gajos. La cruz es de perfil circular y sobre sus brazos se disponen una serie de piezas que reproducen visualmente el efecto de ramas cortadas. Los extremos son rematados por unos elementos de perfil ovalado cuya superficie es animada por una decoración de estrías helicoidales. Este tipo de remates se aleja de las soluciones habituales empleadas en las cruces bajomedievales, que habitualmente mostraban perfiles flordelisados.
Destaca en la actualidad la ausencia del Crucificado, que sí habría existido originalmente, pues se han conservado los pies de la figura. En cualquier caso, podemos suponer que esta imagen se ajustaría a las dinámicas visuales de los crucificados del momento: muerto, coronado de espinas y clavado a la cruz por medio de tres clavos.
La cruz de azabache de Ourense es una pieza excepcional por dos razones. En primer lugar, su singularidad reside en el material empleado. Las cruces procesionales eran habitualmente piezas de orfebrería realizadas en oro, plata o bronce. En este caso se trata de una cruz labrada en azabache, un carbón de intenso color negro, que aporta a este objeto un llamativo aspecto visual. La apariencia del propio material es complementada por la policromía dorada que es aplicada en algunos elementos, creando un vistoso contraste cromático.
La pieza resulta interesante también por la tipología elegida, que se aleja de las formas más habituales para las cruces procesionales del siglo XV. En este caso se trata de una cruz de gajos, es decir, de una cruz que reproduce la idea de un árbol con las ramas cortadas. Los orígenes de este tipo de cruz procesional han sido asociados a los centros de Burgos y León, desde donde son difundidos a partir de la década de 1460 a otros territorios. Fueron habituales las piezas de este tipo en plata o cobre, destacando la de Ourense por trasladar esta tipología a la producción en azabache.
Cabe destacar en relación con esta tipología, que en Galicia se conserva otra cruz de este tipo, actualmente en el Museo de Arte Sacro de las Clarisas de Monforte, pero que originalmente habría pertenecido a la iglesia de San Fiz de Cangas (Ferreira de Pantón, Lugo), datada también a finales del siglo XV.
Sara Carreño López
◊ Azabache
Material fósil, variedad de lignito, que se caracteriza por su intenso color negro. En el caso del noroeste peninsular, las minas de este material se encuentran en Asturias, mientras que los dos grandes centros de producción son Santiago de Compostela y León. La industria azabachera fue vinculada con las peregrinaciones a Compostela, destacando entre las obras producidas en este material las imágenes de Santiago o las veneras.
También conocida como cruz écotée, es un tipo de cruz que imita –de un modo más o menos naturalista– las formas de un árbol con las ramas cortadas. Esta tipología remite a la cruz como el nuevo árbol que redime el pecado del mundo, pues si a través de un árbol –el Árbol de la Sabiduría– habrían entrado la muerte y la condena al mundo (Gn. 3: 6-24), por medio de otro entraban la vida y la salvación.
Estructura de perfil poligonal o esférico que conforma el primer nivel de las cruces de orfebrería. Estas estructuras contaban habitualmente durante los siglos medievales con decoración de tipo arquitectónico que buscaba aludir simbólicamente a la Jerusalén Celeste.
Barral Iglesias, Alejandro Benito. “La orfebrería en la Galicia medieval: un arte al servicio del culto”. En Galicia Románica e Gótica. Catálogo de exposición, Catedral de Ourense, 331-337. Santiago de Compostela: Consellería de Cultura e Comunicación Social, 1997.
Blaauw, Sible de. “Following the Crosses: The Processional Cross and the Typology of Processions in Medieval Rome”. En Christian Feast and Festival. The Dynamics of Western Liturgy and Culture, 319-343. Lovaina: 2001.
Carrero Santamaría, Eduardo. «Catedral y liturgia medievales. La definición funcional del espacio y sus usos». En O clero secular medieval e as suas catedrais: novas perspectivas e abordagens, coordinado por Anísio Miguel de Sousa Saraiva y María do Rosário Barbosa Morujão, 59-100. Lisboa: Centro de Estudos de História Religiosa, 2014.
Filgueira Valverde, Xosé. Azabachería. Colección Cuadernos de Arte gallego, 17. Vigo: Ediciones Castrelos, 1965.
Franco Mata, Ángela. “Iconografía jacobea en azabache”. En Los caminos de Santiago. Arte, Historia y Literatura, coordinado por María del Carmen Lacarra Ducay, 169-212. Zaragoza: Institución Fernando el católico, 2005.
González García, Miguel Ángel. “Cruz procesional de acibeche”. En Camiño (A orixe). Catálogo de exposición, Cidade da Cultura de Galicia-Museo Centro Gaiás, 198-199. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia, 2015.
Hernández-Vaquero Espinosa, Concepción. El arte del azabache y su evolución en España y el Reino Unido. Tesis doctoral dirigida por Mª Luisa Martín Ansón. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 2015.
Larriba Leira, Mariel. “Cruz procesional”. En Galicia no tempo. Catálogo de exposición, Monasterio de San Martiño Pinario, coordinado por José Manuel García Iglesias, 342-343. Santiago de Compostela: Consellería de Cultura e Xuventude, 1991.
Larriba Leira, Mariel. “La orfebrería gallega de finales del Gótico”. Os Capítulos da Irmandade. Peregrinación y conflicto social en la Galicia del siglo XV. Catálogo de exposición, Catedral de Lugo, 338-353. Santiago de Compostela: Consellería de Innovación e Industria, 2006.
López Vázquez, José Manuel. “Tipologías de la orfebrería religiosa gallega”. En Oro, plata y piedra para la escena sagrada en Galicia. Curso de orfebrería y arquitectura religiosa, 91-127. A Coruña: Asociación de Amigos de la Colegiata y Museo de Arte Sacro de A Coruña, 1995.
Martínez Peñín, Raquel. “La producción suntuaria en el León medieval: los azabacheros”. Estudios humanísticos. Historia, 7 (2008): 79-102.
Paxton, Frederick S. Christianizing Death: The Creation of the Ritual Process in Early Medieval Europe. Ithaca-Londres: Cornell University Press, 1990.
Pérez Monzón, Olga. “La procesión fúnebre como tema artístico en la Baja Edad Media”. Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte 20 (2008): 19-30.
Ramos Dias, Marta Miriam. “Acções ao redor do jacente. Momentos da liturgia dos defuntos na arte funeraria dos séculos XIII e XIV”. Codex Aquilarensis 29 (2013): 153-168.
Rutherford, Richard. The Death of a Christian. The Rite of Funerals. Nueva York, Pueblo Publishing Company, 1980.
Singul, Francisco ed. Pratería e acibeche en Santiago de Compostela. Obxectos litúrxicos e devocionais para o rito sacro e a peregrinación (ss. IX-XX). Catálogo de exposición, Hostal de los Reyes Católicos. Santiago de Compostela: Consellería de Cultura Comunicación Social e Turismo, 1998.
Yzquierdo Perrín, Ramón. “La orfebrería”. En Galicia.Arte, XI: Arte medieval (II), 457-460. A Coruña: Hércules, 1993.