Proyectos de Investigación

Corrientes artísticas del siglo XX

Expresionismo y vanguardias

Zwei Akte mit Mondsichel, Dorothea Maetzel-JohannsenEl término “expresionismo”, del latín expressio (“expresión”), se refiere a un movimiento literario, artístico y cultural surgido a finales del siglo XIX en Alemania. Su nacimiento coincide con el del movimiento vanguardista francés conocido como fauvismo y supone la eclosión de las primeras corrientes vanguardistas europeas que marcarán el desarrollo artístico y cultural de la primera mitad y especialmente del primer tercio del siglo XX. Las primeras manifestaciones expresionistas se produjeron en el terreno de la pintura y las artes plásticas y se extendieron más tarde a otros campos como el de la literatura, el teatro, la música, el cine o la fotografía. Además, es importante subrayar que bajo “expresionismo” se aglutina en el ámbito alemán el conjunto de producciones y tendencias vanguardistas de principios del siglo XX, esto es, se trata de un movimiento especialmente heterogéneo y variado en el que se incluyen obras, autores y grupos diferentes y que comparten más bien una nueva actitud y manera de entender el arte. Al igual que va a ocurrir con el resto de las corrientes vanguardistas, el expresionismo rechaza las representaciones proporcionadas, naturales y pretendidamente objetivas de la pintura y la literatura realistas y el papel fundamentalmente estético y decorativo del arte que habían postulado el impresionismo y el Jugendstil (el Art Nouveau en Alemania) de la segunda mitad del siglo XIX. Para los autores expresionistas, la capacidad expresiva de la obra de arte está por encima de su belleza formal. El expresionismo apuesta de hecho por un arte que revele la propia subjetividad, los sentimientos y la percepción del artista. Igualmente, los artistas expresionistas reivindican un arte desligado y liberado de los convencionalismos, de las normas y cánones temáticos, estilísticos y formales de la tradición plástica, del academicismo y del espíritu y la moral burgueses de la época Guillermina. 

Aunque, como se ha mencionado, el expresionismo aglomera una gran variedad de tendencias y estilos, pueden señalarse una serie de temas que aparecen de manera recurrente en las producciones de este movimiento. La primera mitad del siglo XX es una época de crisis y de profundos cambios políticos (Imperio alemán, República de Weimar, Tercer Reich), sociales (avance de la industrialización, desarrollo del sistema capitalista y de la sociedad de consumo, nuevos papeles sociales de la mujer) y culturales en Alemania. Por este motivo y especialmente tras la experiencia de la Primera Guerra Mundial, muchas veces las obras expresionistas están impregnadas de un marcado tinte existencialista. Los autores expresionistas transmiten a menudo en sus trabajos un visión eminentemente negativa e inhóspita del mundo y, sobre todo, de la sociedad humana. Temas como la soledad, la degradación, la corrupción y la falta de sentido del mundo se repiten en las obras expresionistas. El arte expresionista reivindica también instancias del ser humano y de la realidad a menudo repudiadas por el arte académico y tradicional como lo feo, lo morboso, lo fantástico o lo irracional y refleja muchas de las características del convulso mundo contemporáneo: dinamismo, cambio, velocidad, fugacidad, diversidad… En algunas de las producciones encuadradas dentro del expresionismo se percibe ya la crítica social que llevarán más allá movimientos posteriores como la Neue Sachlichkeit (Nueva objetividad) de los años de la República de Weimar. Algunos de los grupos expresionistas del contexto alemán más reconocidos e influyentes y en torno a los cuales se situaron muchos de los artistas representantes de este movimiento fueron Die Brücke, Der blaue Reiter o Neue Künstlervereinigung München.

Dentro del expresionismo pictórico también pueden destacarse motivos recurrentes como el desnudo (algunos autores expresionistas del contexto alemán participaron en el movimiento naturista), especialmente el femenino, a menudo como símbolo de una naturaleza primitiva, aún no “civilizada”, corrupta y amenazante. A veces también con una clara intención sexual. Siguen esta misma línea las representaciones de la naturaleza y los animales. Es frecuente encontrar pinturas inmersas en medio de un paisaje natural amable y cálido. Aquí se insiste e idealiza el estado primitivo del hombre en armonía con la naturaleza. En cambio, las representaciones y las escenas de la vida en la ciudad transmiten una sensación más bien pesimista, amenazadora y de decadencia a todos los niveles. Otros temas típicos son las escenas de circo, de espectáculos de variedades, de baile (a menudo como clara referencia a las danzas rituales primitivas) y los retratos.

En cuanto al estilo formal, es necesario destacar una serie de características básicas y a menudo presentes en las producciones expresionistas: el empleo subjetivo, fuertemente contrastado y llamativo del color; el uso de trazos negros, gruesos, toscos y angulosos; la simplificación y geometrización de las formas y las figuras (que evocan la escultura y pintura primitivas), renunciando al detallismo vacuo e innecesario; el rechazo de las proporciones y la perspectiva naturales o la representación casi plana y carente de profundidad de los distintos personajes y objetos. Por lo que respecta a las técnicas artísticas empleadas sobresalen, junto con las diferentes técnicas pictóricas, la xilografía, la litografía, la talla y la escultura.


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Jawlensky und Werefkin (1908), Gabrielle Münter


File:Marianne von Werefkin - Rote Stadt 1909.jpg - Wikimedia Commons

Rote Stadt (1909), Marianne von Werefkin


Como ya se ha especificado, en el contexto alemán, todo movimiento vanguardista se aglutina bajo el término expresionismo. Sin embargo, hay determinadas corrientes de vanguardia que tuvieron especial relevancia y representación en las obras expresionistas alemanas, entre ellas el cubismo, el dadaísmo, el surrealismo y el arte abstracto.

 

Cubismo

Kubicka Hommage Agitator small 2Con el término “cubismo”, acuñado por el crítico de arte Louis Vauxcelles (1870-1943), se conoce un movimiento artístico de vanguardia creado por los pintores y escultores español y francés respectivamente Pablo Picasso (1881-1973) y Georges Braque (1882-1963) y cuyo inicio suele colocarse en torno a 1906. El cubismo fue una corriente esencialmente pictórica y escultórica (aunque también se produjo un intento de cubismo literario encabezado por el escritor francés Guillaume Apollinaire (1880-1918) y sus anagramas), con unas características formales y estilísticas muy marcadas y relativamente fáciles de delimitar. En primer lugar, la ruptura con la perspectiva tradicional y, por tanto, la práctica eliminación de la sensación de profundidad, representando a menudo las diferentes partes y perfiles de un objeto en un único y mismo plano, lo que se conoce como “perspectiva múltiple”, en alemán, Mehrfachperspektive. Los pintores cubistas abrazan de esta forma la bidimensionalidad que les ofrece lienzo y rechazan, en cambio, la tridimensionalidad del mundo real. Otra característica esencial es la representación de los elementos de la realidad a través de formas geométricas. También en el uso del color se alejaron los cubistas de otras corrientes de vanguardia. En las producciones de este movimiento predominaron, sobre todo en los primeros años, los colores apagados, fundamentalmente derivados del gris, el verde y el marrón.  Algunos de los géneros más practicados por los cubistas fueron el bodegón, los paisajes y los retratos.

 

Dada

Hannah Höch, Der Strauß, 1929/1965, 22,3 × 23,7 cm; Germanisches  Nationalmuseum, Nürnberg; © VG Bild-Kunst, Bonn 2016 | Hannah hoch, Art,  PaintingEl dadaísmo o dada fue un movimiento cultural, literario y artístico de vanguardia surgido en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich alrededor de un grupo de artistas encabezado por el poeta y ensayista Hugo Ball (1886-1927). Los miembros de este movimiento rechazaban el orden establecido, las formas artísticas y literarias convencionales y los ideales burgueses, todos ellos a menudo parodiados en sus trabajos. El dadaísmo fue un arte rebelde que perseguía la provocación y el escándalo social a través de la refutación/rechazo y el desmontaje de cualquier canon o norma establecida y de la reivindicación de ámbitos de la realidad tradicionalmente rechazados como lo irracional, lo feo, lo absurdo y falto de sentido y lo irregular o no normativo. Algunas de las técnicas artísticas más utilizadas por los autores de este grupo fueron el fotomontaje y el collage.

 

 

 

Surrealismo

Unica Zürn | Untitled (1965) | ArtsyEl surrealismo (del francés surréalisme) fue una corriente de vanguardia desarrollada en Europa tras la Primera Guerra Mundial y especialmente influida por el dadaísmo. Aunque el término que designa al movimiento fue acuñado por el escritor Guillaume Apollinaire (1880-1918), no será hasta 1924 cuando su reconocido fundador y principal exponente, el también escritor André Breton (1896-1966), lo describa en su Manifiesto del Surrealismo. En palabras de Breton, “el surrealismo es un automatismo psíquico puro por medio del cual se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otra manera, el funcionamiento real del pensamiento en ausencia de cualquier control ejercido por la razón y al margen de toda preocupación estética o moral”.

El movimiento tiene como base teórica la interpretación de los sueños de Sigmund Freud (1856-1939), que le llevó a reivindicar el valor fundamental del subconsciente en el comportamiento humano, incluida su faceta creativa. Así, los artistas surrealistas proponen una teoría del inconsciente y lo irracional como medio para expresar, pero también para transformar el arte, la sociedad y al hombre. De hecho, muchos artistas surrealistas se comprometieron con diferentes movimientos activistas y de izquierdas y defendieron la necesaria revolución. El surrealismo rompe con las formas del arte tradicional y los convencionalismos sociales y aplica los métodos y recursos del psicoanálisis como la escritura automática fundamentalmente a la escritura y a la pintura, pero también a otros ámbitos artísticos como la fotografía, el cine, la escultura e incluso la arquitectura. No es un movimiento con unidad de estilo, sino que cada artista individual realiza sus propias investigaciones y presenta un estilo propio.