Aunque el rango de audición del oído humano está limitado a 20 kHz, cualquier sonido complejo puede generar armónicos que aunque sean inaudibles, están presentes. Cuando se digitaliza un sonido que contiene frecuencias superiores a las que puede codificar, según Nyquist, se produce el fenómeno del aliasing, que convierte esas frecuencias no muestreadas en otras que sí lo son, pero que no están presentes en el sonido original, lo que introduce artefactos indeseables. El aliasing no se da solamente en la representación de la señal tras la conversión A/D. El hecho de procesar la señal digital puede introducir aliasing incluso al tratar señales bien muestreadas que carecen de él. El aliasing se produce con facilidad en los procesamientos no lineales realizados en digital.

 

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