Doctorado

VII CIJILH (2020). «Y por mirarlo todo, nada veía: redes, transferencias y escrituras globales en la literatura hispanoamericana»

 

«Y por mirarlo todo, nada veía: redes, transferencias y escrituras globales en la literatura hispanoamericana»

 

El VII Coloquio Internacional de Jóvenes Investigadores de Literatura Hispanoamericana, organizado por el personal investigador en formación del Departamento de Literaturas Hispánicas y Bibliografía y como parte del Programa de Doctorado en Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filología, se celebró en la Universidad Complutense de Madrid los días 5 y 6 de noviembre de 2020.

En 1692 Sor Juana Inés de la Cruz publicaba su “Primero sueño”. En él, la poeta mexicana lanzaba su mirada al universo en un afán por comprender la confusa infinidad que la rodeaba. Sin embargo, era tal la cantidad abigarrada de seres, entes y cuerpos que se agolpaban ante su vista que su entendimiento, perdido, se sumía en una vorágine metafísica en la que “y por mirarlo todo, nada veía”. En el año 2018, la también mexicana Margo Glantz recuperaba el verso de Sor Juana para describir, en un libro de título homónimo, su propia contemplación vertiginosa del mundo hiperconectado, sobreabundante y efímero de la sociedad globalizada. Un mundo en el que la conexión de todo con todo no solo amalgama y diluye naciones, culturas y lenguas, sino que confunde e iguala la vida privada y la exhibición pública, lo banal de la publicidad con el espanto de lo trágico, la falsedad del rumor con la realidad del hecho. Todo, como en el ensayo ficcionalizado de Glantz, en fragmentos fugaces del tamaño de un tuit.

En los últimos años, parte de la crítica ha abordado la configuración del discurso literario hispanoamericano como resultado de las interrelaciones y transferencias que conforman la comunidad global. Redes culturales, lingüísticas, mediáticas, que comienzan a fraguarse con los primeros encuentros entre grupos europeos y americanos a finales del XV, y que hallan en la sociedad hipertecnológica de hoy su versión más radical. El próximo coloquio, titulado Y por mirarlo todo, nada veía: redes, transferencias y escrituras globales en la literatura hispanoamericana”, parte de la contemplación de la globalidad confusa e infinita encerrada en el verso de Sor Juana Inés de la Cruz, con el fin de ahondar en la doble naturaleza de la literatura hispanoamericana: a la vez resultado e instrumento de observación crítica de los procesos de interconexión propios del mundo globalizado.

 

Líneas temáticas

 

1.  Literatura en un mundo sin límites 

El año de 1492 significó, al mismo tiempo, una apertura y un cierre. El descubrimiento recíproco de esa otra mitad ignota de más allá del océano trajo consigo la posibilidad inacabable de conocer “cosas nunca oídas ni vistas ni aun soñadas” (Bernal Díaz del Castillo) o de cosas que “jamás […] hemos visto” (Hernando Alvarado Tezozómoc), y con ellas el paso, en palabras de Alexandre Koyré, de un mundo cerrado, familiar y conocido, a un universo infinito. Pero a la vez que el espacio se expandía hacia lo múltiple, este se volvió esfera, orbe limitado de una finitud que se repite. “Y el mundo es poco”, escribía Cristóbal Colón a los Reyes Católicos desde Jamaica en 1503, convencido de que ya lo remoto podría “[tocarse] con el dedo”. Desde entonces, la literatura hispanoamericana se ha caracterizado por su multiplicidad de trazos rizomáticos que, en la cercanía del mundo global, atraviesan, conectan y funden identidades, culturas, lenguas, tradiciones y medios. Partiendo de esta noción de literatura sin límites, proponemos posibles reflexiones en torno a procesos de heterogeneidad, transferencia o hibridación entre culturas y cosmovisiones a través del discurso (Guamán Poma de Ayala, José María Arguedas, Juan Paulo Huirimilla), creaciones plurilingües y traducciones literarias (Witold Gombrowicz, Valeria Luiselli, Daniel Alarcón), la abolición de límites genéricos, las relaciones intertextuales e intermediales: la conexión de la literatura con la pintura, el cine, la televisión, la música, la fotografía, la tecnología, los cómics o los videojuegos (Samanta Schweblin, Mónica Ojeda, Rodrigo Fresán, Fernando Iwasaki), o acercamientos a la cuestión de la identidad en la literatura trans (Camila Sosa Villada, Naty Menstrual, Pedro Lemebel, Iván Monalisa Ojeda, Susy Shock).
 

2.  Espacios globales de producción y difusión

A lo largo de la historia, los escritores han visto cómo las fronteras de su mundo se diluían y se ampliaban: desde el inicio de las relaciones trasatlánticas, la industrialización y la aparición de nuevos medios de transporte, o el siglo XXI con la instantaneidad de las redes sociales. Cada expansión del mundo ha supuesto la reestructuración del sistema del libro. En la actualidad, por ejemplo, hay obras que se saltan la tradicional intermediación de las editoriales y se publican directamente en Twitter –pensemos en Margo Glantz, en Cristina Rivera Garza o en Héctor Abad– y la crítica literaria ha expandido sus métodos de investigación, pasando de la búsqueda de archivo, a la consulta digital de los manuscritos y, hoy día, incluso a la posibilidad de husmear en los perfiles online de los escritores, para comprender su posición en el campo intelectual o sus propios procesos de escritura. Algunos escritores, por su parte, escriben con la conciencia de que sus palabras podrían ser traducidas, alejándose, así, de las realidades que las inspiraron, y pueden elegir desprenderse de las marcas más “locales” de su literatura en aras de un mejor futuro editorial. Este punto busca reflexionar precisamente en torno a estos cambios, sobre cómo la ampliación de los espacios de difusión y producción ha incidido en la literatura, propiciando nuevos soportes de escritura y planteando nuevos debates literarios, como la adopción de rasgos tecnológicos en la literatura, el papel de las editoriales como aduanas literarias o la posibilidad de escribir en un español “neutro”, entre muchos otros.

 

3.  La mirada crítica al mundo globalizado 

Ya en 1998 Joaquín Brunner en su obra Globalización cultural y posmodernidad, advertía que nuestro mundo está constituido por “un mar de información, mensajes, imágenes y voces que lo envuelven por entero y lo aplastan”, por lo que no es de extrañar que actualmente nos veamos inmersos en un fenómeno irreversible, que bien genera una sensación de incertidumbre plasmada en numerosas obras literarias hispanoamericanas. Precisamente los sistemas de comunicación globales funden el lenguaje literario con los lenguajes audiovisuales, informáticos y publicitarios generando una nueva intertextualidad que amplifica y confunde la comunicación. Por esta razón, proponemos tratar aspectos como las nuevas modalidades de conexión frente a comunicación, como pueden verse en los textos de Edmundo Paz Soldán en Sueños Digitales o Vidas en las ventanas de Andrés Neuman. También vemos sugerente analizar la mirada crítica hacia lo público, lo privado o el exhibicionismo persistente en las redes, de lo que la obra Kentukis de Samanta Schweblin es un claro ejemplo: “¿Qué hacía toda esa gente circulando por pisos de casas ajenas, mirando cómo la otra mitad de la humanidad se cepillaba los dientes? […] ¿Por qué las historias eran tan pequeñas, tan minuciosamente íntimas, mezquinas y previsibles? Tan desesperadamente humanas”. Planteamos, además, que esa mirada crítica recaiga en la imperante desigualdad social sumida en la vida hispanoamericana a causa de la globalización. Dicha invectiva bien la podemos encontrar en la particular narrativa de McOndo, en Chicos que vuelven de Mariana Enríquez o en Papi de Rita Indiana entre otros.

 

4.  Viajes, exilios, desplazamientos 

Tal como todavía muestra la trayectoria del griego Ulises, modelo de viajero en el contexto del humanismo, el desplazamiento del sujeto en literatura aparece “en la medida en que se expresa en una lengua” que señala Gadamer; es decir, es el correlato de saberse “errado” física o mentalmente en un mundo ampliado el que llama a explicarse el espacio con la palabra, a ir del caos a la coherencia del mapa. La actualidad de este fenómeno en la literatura hispanoamericana, de la que da cuenta la proliferación de escrituras migrantes en las últimas décadas -recogidas en compilaciones como Pasaje de ida: 15 escritores venezolanos en el exterior (2013) o colecciones de ensayos como Poéticas de la distancia: más allá de la literatura argentina (2006) o Más allá de la frontera: migraciones en las literaturas y culturas hispano-americanas (2019)- nos lleva a proponer estudiar las representaciones de la errancia en sus diferentes vertientes: ya como camino de autoaprendizaje (Ida Vitale, Jorge Franco), ya en tanto forma de resistencia al menoscabo de la referencialidad que acarrean los discursos mayores (Carlos Liscano, Santiago Gamboa, Verónica Jaffé), como experiencia de desarraigo, exilios y transtierros (Roberto Bolaño, Luisa Futoransky, Clara Obligado), a modo de intento de reconciliación con el pasado traumático (Juan Gelman, Fernando Vallejo), etc. Consideramos valioso, en definitiva, ver cómo estos movimientos en literatura desafían las fronteras de lo conocido para hablar de espacios locales en el marco del mundo globalizado.