Descripción
Los estudios de Historia y de Filología Clásica constituyen sendas aproximaciones científicas al conocimiento del pasado y, a través de éste, del presente. En efecto, mientras la primera avanza en su indagación del tiempo pretérito a través de teorías y modelos explicativos, apoyada en los datos que extrae de documentos y restos materiales, la segunda se adentra en un período concreto de ese pasado, el de la Antigüedad clásica, siguiendo el hilo conductor de los textos, es decir, las literaturas y las lenguas de Grecia y de Roma (y su proyección en épocas posteriores).
Las zonas de confluencia entre historiadores y filólogos clásicos son evidentes. Hay períodos, como los de la propia Antigüedad o la Edad Media, en que comparten el objeto de estudio y, en buena medida, los materiales con los que trabajan. Esa conjunción alcanza igualmente a otras épocas más recientes. Piénsese, por ejemplo, que, desde el Renacimiento hasta nuestros días, el legado clásico se ha preservado influyendo en diverso grado, según las circunstancias de cada momento, en los acontecimientos y en la evolución de la historia europea y, en general, de Occidente. Y hay campos de estudio en que ambas disciplinas difícilmente podrían prescindir la una de la otra: así ocurre en el caso de ciencias y técnicas historiográficas. En ellas se hace especialmente patente que, al igual que la aproximación del filólogo a los textos siempre será deficiente si no cuenta con un conocimiento cabal del contexto histórico en que se producen, difunden y transmiten, de igual modo el historiador verá extraordinariamente mejorada sus capacidad de análisis de la documentación textual si se encuentra familiarizado con la lengua y el entorno literario, así como el medio cultural, en que aquélla se ha generado.
Este Doble Grado, además de ofrecer a los alumnos una formación general como historiadores y filólogos clásicos, permite la especialización en una combinación entre tres de los recorridos optativos de Historia (Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas) y los dos de Filología Clásica (Griego y Latín). De esta forma, a través de la unión de dos metodologías que cuentan con una sólida y prestigiosa tradición científica, se dota a quienes cursen el Doble Grado de una capacitación superior para la investigación, el estudio y la enseñanza de un pasado que es territorio común para ambas disciplinas, y, todavía hoy, referencia básica para comprender el presente.
Históricamente los estudios de Historia Antigua y Filología Clásica han estado estrechamente unidos por razones científicas obvias. Pese a ello, las sucesivas reformas de los planes de estudio de los títulos universitarios han tenido una deriva que ha llevado a una separación absolutamente “acientífica” entre ambas disciplinas. Esta deriva ha desembocado en la actualidad en unos Grados en que la presencia de materias de una disciplina en otra se reducen a un semestre de Historia de Grecia y Roma en Filología Clásica, y un semestre de Lengua (a elegir entre inglés, francés, alemán, latín o griego clásico) en Historia. La consecuencia de esta situación –fruto de una inercia que se ha mantenido prácticamente inalterada en las sucesivas reformas de los planes de estudio– es que hay promociones, muchas ya, de titulados en Historia, con especialidad en Historia Antigua, que no conocen las lenguas clásicas y, en consecuencia, no pueden consultar directamente las fuentes, ni en último término entenderlas en su verdadera dimensión, y no menos de titulados en Filología Clásica con enormes lagunas en su formación histórica y, al igual que aquéllos, limitados en su capacidad para una comprensión cabal de los textos con los que trabajan.
Por otro lado, determinadas ramas de la Historia, en particular la Antigua y Medieval, dependen para su estudio de una documentación que en gran medida está redactada en latín (y, en el caso de la Bizancio medieval, en griego), Además, el universo conceptual e imaginario en el que se mueven las élites gobernantes, los medios eclesiásticos, los hombres de cultura y los de arte, es en gran medida herencia y trasunto de mundo clásico. A su vez, los estudios de latinidad medieval, de bizantinística y de humanismo, cada vez más pujantes en el ámbito de la Filología Clásica, encuentran numerosas dificultades en su avance debidas, muy principalmente, a un desconocimiento de partida del entramado histórico en el que se inscriben sus respectivos objetos de estudio. Se repite, por tanto, en estos ámbitos la situación descrita más arriba.
Finalmente, hay ciertos campos en los que la intersección metodológica de unas y otras disciplinas resulta particularmente evidente: es el caso de las ciencias y técnicas historiográficas.
A la vista de estas razones, en el año 2014 cinco Departamentos de las Facultades de Filología y de Geografía e Historia acordaron la creación de un Doble Grado en Historia y en Filología Clásica, optando así por una vía que se está mostrando particularmente atractiva para los estudiantes por las enormes ventajas que proporciona tanto para seguir estudios de posgrado y doctorado, como de cara a la incorporación al mercado de trabajo. Una vía que, además, presenta la particularidad de ser única en todo el territorio nacional, según se puede comprobar en el catálogo de titulaciones publicado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.