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Paisaje con ciudad de la Toscana

Luis García-Ochoa Ibáñez (San Sebastián, 1920-Madrid, 2019)

Firmado en el ángulo inferior derecho: "G. Ochoa"

ca. 1960

Óleo sobre lienzo. 72,5 x 92 cm

Número de catálogo: CUC000656

El pintor madrileño Luis García Ochoa perteneció a lo que se denominó La Joven/Nueva Escuela madrileña/Madrid, parte de ella fue heredera de las obras de Daniel Vázquez Díaz y de Gutiérrez Solana que buscaba el esplendor perdido de la vanguardia y ofrecía una nueva visión del paisaje castellano. Luis García Ochoa escogió la pintura posimpresionista y el fauvismo que evolucionó hacia un expresionismo de fuertes ritmos cromáticos. Un proceso por el que le atribuirían un carácter muy peculiar. Además, debemos señalar otras fuentes de inspiración, como las obras de El Greco o la pintura vasca de un Iturrino, un Echevarría o un Zuloaga

Y es que García Ochoa se dejó seducir por las geometrizaciones del poscubismo atemperado, pero también fue interlocutor de poéticas artísticas como los nabis, el simbolismo o Cézanne que le habían permitido renovar la figuración del paisaje mediante su papel de guía o maestro en la década de los treinta y ya en los 50 como artista plenamente consagrado. El paisaje de esta obra refleja su predilección por el color además de una decisiva configuración volumétrica. La obra busca los territorios de esa nueva modernidad y se rinde al color de fuerte carga emocional e intensa expresividad. 

Quizás pudiéramos pensar en la pintura de García Ochoa como la de un artista que trabaja a contracorriente en una época en la que se comenzaban a introducir otras vías artísticas más contemporáneas. Sin embargo, su obra pertenece a ese nuevo clima de apertura cultural que coincide, por ejemplo, con la Academia de Crítica de Arte de Eugenio d’Ors, los italianos del Novecento o los dibujantes japoneses recientes.