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Memoria del fuego 

Mar Solís (Madrid, 1967)

2000

Talla en madera de danta. 193 x 45 x 58 cm 

Número de catálogo: CUC005602

Premio Joven 2000. Accésit.

 

Mar Solís nos invita a adentrarnos en el universo que conforma su obra escultórica proyectando en esta pieza un pensamiento sobre la fugacidad de la vida, cercana a la concepción de una catedral gótica y a un palacio modernista. La luz es usada como acercamiento a la divinidad. La línea curva encarna lo orgánico, lo natural, pero también el infinito repetitivo de la cinta de Moebius, que nos atrapa en un eterno retorno. 

 

Como una suerte de holobionte, la obra de Mar Solís es un metaorganismo vivo, compuesto de líneas, formas, emociones, sombras, poesía, aire, azar, ausencia y presencia, sueños, silencio y vacío, perseverancia, pensamiento, materia…; y, sin embargo, su existencia es mucho más que la suma de todas esas partes. Ella misma define sus piezas como “pura caligrafía, podríamos decir que semejan líneas de escritura, me expreso entre signos indescifrables, jeroglíficos del espacio, la expresión abstracta me permite ese juego. La palabra escrita es la traducción de un pensamiento ordenado, así también mi escultura es un dibujo razonado. Contribuyo a crear espacios e imágenes que son capaces de generar una emoción”.

 

En este caso la madera es el material elegido para la formalización de esta pieza por su calidez y su belleza esencial; se ha jugado con la transformación de la caoba, oscureciendo su piel rojiza hasta la apariencia del acero oxidado, fuerte y contundente. La madera tiene interpretaciones intrínsecas de calor, de familiaridad, de vida.