La medición del tiempo en la Edad Media
Medir y gestionar el tiempo
Como dice Paul Zumthor, “el tiempo no nos viene dado”. La noción de éste por parte del ser humano viene determinada por la cultura a la que pertenece. Así, el tiempo como coordenada de desarrollo vital del individuo no fue desconocido en el mundo medieval, al contrario, fue objeto de un importante giro epistemológico.
La Edad Media en el Occidente cristiano se rigió por el calendario juliano —esto es, el año con 12 meses y 365 días establecido en el año 46 a.e.c. durante el gobierno de Julio César. No obstante, la religión cristiana tuvo un importante protagonismo en la definición medieval del tiempo. El horario litúrgico se instaló como referente en la programación de las jornadas diarias, por lo que el horario eclesiástico también marcó la vida civil. En el mundo islámico el calendario, basado en ciclos lunares con 12 meses, pero de 354 o 355 días, tenía como punto de inicio la Hégira (año 622), y al igual que en el cristiano, tuvo un marcado componente religioso.
El principal instrumento de medición del tiempo fue el reloj solar, aunque también fueron habituales el reloj de agua y el de arena, perfeccionados en algunos lugares gracias a los métodos y sistemas desarrollados en el mundo islámico. Aunque contamos con ejemplos destacados como el reloj de la catedral de Salisbury (1386), o el de la catedral de Wells (ca. 1390), la popularización del reloj mecánico llegó a Europa en el siglo XV; no obstante, la hora canónica, y no la justa, siguió primando en la gestión del tiempo cotidiano. Por consiguiente, el gran calendario anual en la Europa cristiana fue el eclesiástico, marcado por las grandes festividades de la Iglesia como Navidad, Cuaresma o Pascua.
Pero la Edad Media también fue testigo de la convivencia de distintos sistemas o estilos de datación, calendarios, y formas de contar y medir el tiempo, complementarios entre sí, y con múltiples planos de significación. Las categorías contemporáneas de tiempo distan mucho de la forma en la que se podía entender, percibir y vivir el tiempo a lo largo de la Edad Media; era mucho más maleable, flexible y plural. Los objetos y libros aquí expuestos manifiestan la diversidad de la percepción del tiempo en la Edad Media y su impacto en las gentes del momento.
La noción y medición del tiempo tuvo gran presencia e importancia tanto en el ámbito teórico —esto es, intelectual— como en el práctico, en el día a día de las personas. El tiempo como eje de su existencia penetró en todos los ámbitos y midió los avatares de su vida, como lo manifiestan los objetos que se presentan en esta muestra.
El tiempo, abordado con sus parámetros específicos, se muestra eminentemente a través de tratados científicos. El Libro del saber de astrología comisionado por Alfonso X es buena prueba de ello. En él se dan a conocer instrumentos empleados para la medición del tiempo y en los que queda patente la importante influencia que tuvo la ciencia islámica en el Occidente europeo. En los capítulos XI al XV se explican distintos tipos de relojes —solares, hidráulicos, mecánicos—, su construcción, utilización y funcionamiento, a través de texto e imagen. Además, en los prólogos se recogen las referencias cronológicas de cuando se realizó cada tratado utilizando eras diversas.
El tiempo religioso queda designado por las oraciones que marcaban los tiempos de la liturgia. Sacramentarios, leccionarios, salterios, breviarios y libros de horas, contaban con calendarios para organizar el curso de las ceremonias y los rezos tanto en entornos religiosos como de devoción laica. El Salterio de Ingeborg, presente en esta exposición, se inicia con un calendario en el que aparecen representados los signos del zodiaco - el tiempo celeste- y las tareas cotidianas o los trabajos agrícolas -el tiempo terrestre-. Además, a través de la oración de los salmos, también se dictaban las horas del día, ya que estos se vinculaban con momentos concretos.
Como ya hemos visto, el zodiaco también se utilizó para expresar el paso del tiempo. La eclíptica o banda zodical ilustraba el camino del Sol por el firmamento a lo largo del año, por lo que no era extraño que ciclos zodiacales aparecieran en numerosos espacios, tanto laicos como religiosos. En el manuscrito del Breviari d’amor aquí expuesto vemos como en la banda zodiacal se muestra el día en el que el Sol entraba en cada signo.
El reloj solar, conocido ya en el mundo Antigüo, marcaba las horas del día, así como los solsticios de verano e invierno. La dimensión religiosa aplica también a este tipo de objeto, en tanto que podía ser utilizado para señalar los rezos del mediodía y de la tarde. Imbrica asimismo los doce signos zodiacales y las cinco primeras horas del día.
El reloj astronómico seleccionado, el del ayuntamiento de Praga, planteado para ocupar un lugar público, incluye un disco calendárico con los signos del zodiaco. El reloj indicaba cuatro medidas de tiempo: la hora de Europa central, la hora babilónica, el día y su posición en la semana, mes y año, y el tiempo estelar. La dimensión popular del tiempo se revela de lleno en este ejemplo con un esqueleto con un reloj de arena en la mano, en alusión clara al tópico del memento mori.
La medida del tiempo espiritual a través del rosario manifiesta la importancia de este objeto en los ámbitos religiosos, ya fueran comunitarios o privados. Este instrumento de medición del tiempo religioso a través del rezo tuvo una importante presencia dentro de los monasterios, en tanto que la vida en ellos se regía por los tiempos de oración, pero también en los rezos de los laicos.
La campana también regía el tiempo en los ámbitos monacales, en tanto que marcaba los momentos de rezo, trabajo y descanso, así como las horas canónicas. Su uso en la esfera pública fue también destacado, en torres tanto de iglesias como de ayuntamientos, pues hacía saber a la población las ocasiones señaladas de las actividades litúrgicas y comerciales, como la hora de misa o de mercado en las plazas.
PIEZAS
Libro del saber de astrología / (Vídeo Ciencia sobre pergamino)
Alfonso X (1221-1284)
Burgos, 1278
Manuscrito iluminado, pergamino
UCM, Facultad de Geografía e Historia, FAG 437-01 / Madrid, Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, BH Ms. 156
Compendio científico patrocinado por Alfonso X el Sabio en el que se recopilan los distintos saberes relacionados con la ciencia de las estrellas: un catálogo estelar realizado a partir del tratado de Abd al-Raḥmān ibn ʿUmar al-Ṣūfī, tratados sobre varios instrumentos astronómicos y diferentes sistemas de medición temporal. Para su realización se recopilaron y tradujeron al castellano diversas fuentes árabes, pero también se redactaron algunas partes ex novo en aquellos casos en los que no había suficiente información. La construcción de relojes, así como su uso, está explicada paso a paso en el texto y en el completo ciclo visual.
Salterio de Ingeborg
1215-1218
Manuscrito iluminado, pergamino
UCM, Facultad de Geografía e Historia, FAG 214 / Chantilly, Museo Condé, Ms. 9
Este manuscrito, escrito en latín, se relaciona con el uso privado de la reina Ingeborg de Dinamarca (1175-1236), segunda esposa del rey de Francia, Philippe Augusto. Manuscrito iluminado de calidad técnica excepcional, es una de las obras más representativas del llamado “estilo 1200”. Al principio del manuscrito encontramos un calendario que muestra los elementos habituales en estas piezas: el KL, el número áureo, la letra dominical y las festividades litúrgicas, entre las que hay obituarios de parientes de la reina Ingeborg. Las referencias a las actividades agrícolas y los signos del zodiaco aparecen en medallones dorados.
Breviari d'amor
Matfre Ermengaud (1245-1322), autor de la obra; Johannes Anglicus (act. Mediados del siglo XIV), iluminador y copista
Lleida, ca. 1348
Manuscrito iluminado, pergamino
UCM, Facultad de Geografía e Historia, FAG 409-01/ San Petersburgo, Biblioteca Nacional de Rusia, Ms. Isp. F.v.XIV.1
El Breviari d'amor es una enciclopedia de contenido teológico y científico que centra su atención en el amor a Dios y al papel que este desempeña como motor del Universo. Fue compuesta por el franciscano Matfre Ermengaud en Béziers, escrita en occitano, en verso. Aunque en un marco religioso recoge interesante información de carácter astronómico y meteorológico. En f. 37r aquí expuesto se representa la banda zodiacal en la que se muestra el día en el que el Sol entra en cada uno de los signos.
Reloj de sol / nocturlabio
Siglo X
Mármol blanco tallado, calado y pulido
Granada, Museo de la Alhambra, nº 003059
De época califal, se desconoce el origen de este cuadrante solar, aunque algunas fuentes remiten a un origen cordobés. Desplazado levemente del centro de la placa, presenta una incisión correspondiente con un gnomon vertical metálico, hoy desaparecido, cuya sombra indicaba la hora del día. Así, mediante incisiones se marcaban no sólo las distintas horas, sino también dos hipérbolas para señalar los solsticios de verano e invierno, algunos signos zodiacales y leyendas en caracteres cúficos correspondientes a los rezos del mediodía y la tarde.
Reloj astronómico de Praga
Mikuláš z Kadaně (1350-1420); Jan Šindel (1370-1455/57); Hanuš z Růže (1400-1497)
1410; 1659 incorporación de piezas escultóricas
Latón, madera, oro y pigmentos
Praga, República Checa
Situado en la torre del Ayuntamiento, en su estructura se pueden diferenciar tres partes: el cuadrante astronómico, las figuras animadas (los Apóstoles -aparecen al inicio de una nueva hora- y figuras alegóricas -la muerte, la lujuria, la avaricia y la vanidad-) y el calendario circular con los signos del zodiaco. Además, muestra cuatro medidas de tiempo: la hora de Europa Central, la hora babilónica, el tiempo estelar y el día actual y su posición en la semana, el mes y el año. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió un gran incendio y necesitó una restauración profunda.
Rosario “Paternoster”
1475-1500
Madera, plata y ámbar
Londres, Victoria & Albert Museum, nº 517-1903
Este rosario es un magnífico ejemplo de la ferviente devoción medieval por el rezo del rosario como vehículo de salvación mediante la meditación de los misterios. La representación de las arma Christi intercaladas entre las cuentas del rosario servían al fiel como recordatorio táctil y visual del sufrimiento de la Pasión durante el ejercicio de meditación. Sin embargo, el rosario está estrechamente ligado con la medición del tiempo pues marcaba los ritmos de oración a lo largo del día, los distintos momentos litúrgicos acompañados de salmos o las diferentes épocas festivas durante las cuales se contemplaban diversos misterios del rosario.
Campana
Siglo XV
Bronce fundido a molde
Madrid, Museo Arqueológico Nacional, inv. 51723
Esta campana procedente del archivo de la basílica del Pilar de Zaragoza era utilizada entre los canónigos para convocarse a capítulo. Su uso privado explica sus reducidas dimensiones de 40 cm de diámetro y 22 cm de altura. Cuenta con una inscripción en letra gótica minúscula que lee tres veces te deum laudamus (“Te alabamos, Señor”). Este era uno de los numerosos usos que tuvieron las campanas, esencialmente utilizadas como medio de comunicación, en un variado espectro de contextos vitales (religioso, económico, urbano, etc.), en los que el control del tiempo era necesario.