Concha García
El origen de la consciencia es un “yo-puedo” corporeizado. Para podernos representar el espacio, es necesario que hayamos sido introducidos en él por nuestro cuerpo: que éste nos haya dado el primer y definitivo modelo de relaciones, identificaciones, conceptualizaciones, transferencias. Habituarse, pues, a los objetos ajenos a nosotros, equivale a instalarse en ellos o hacerlos participar del espacio volumétrico de nuestro propio cuerpo. Significa poder dilatar nuestra manera de estar en el mundo, creando espacios expresivos, formados por proyecciones significativas de extensión al nuestro. Es nuestro cuerpo el que hace que las cosas se pongan a existir como tales, que se creen espacios modulados cuando emitimos una palabra, espacios motrices cuando nos dejamos llevar por el ritmo de una música. Mover el cuerpo es apuntar a las cosas a través de él y dejarle que responda a la llamada que éstas le hacen. Cada cultura prolonga diferentes aspectos anatómicos y de comportamiento del organismo humano. Los espacios que concebimos y habitamos son más o menos proyecciones de un cuerpo desmembrado que preconiza una parte frente a las demás. Cada sociedad proyecta su propio cuerpo desmembrado para constituir su espacio social, lo que supone un acto de creación, entendido como proceso cultural y político por el que se desarrolla una lógica de visualización, hábitos de escucha y prácticas espaciales. Esta triada nos remite al concepto de semiosfera, entendido como espacio de homogeneidad e individualidad semiótica, que está delimitado del espacio extrasemiótico que lo rodea por una frontera que actúa como filtro y traductor, separando lo propio de lo ajeno: algo parecido a un organismo. Cada obra o proceso artístico actúa como una imposibilidad que entra en el espacio semiótico y puede terminar cambiando el funcionamiento del sistema entero.
En nuestra propuesta, plantearemos experiencias artísticas según el concepto desarrollado por John Dewey: utilizando la materia prima de la experiencia cotidiana, reelaborada mediante nuevos modos de relación, con la finalidad de rearmar la experiencia perceptiva y el desplazamiento de asociaciones convencionales. Cuestionaremos las representaciones de espacio y los lenguajes institucionalizados y negociaremos de forma conjunta la creación de nuevos significados, utilizando la re-composición y re-contextualización.