Desde que en el tránsito de los años setenta a los ochenta los European Studies se configuran como disciplina en el marco de las ciencias sociales y las humanidades como un lugar de encuentro (desde las relaciones internacionales a la historia, del derecho a la filosofía política; de la economía y la sociología a la antropología…) para el estudio de la construcción europea, estos han evolucionado con el paso del tiempo en la misma medida que el proyecto europeo.

En la actualidad –y por diferentes razones a las que no son ajenas la crisis del proyecto europeo–, el objeto de estudio principal se dirige hacia el análisis de las consecuencias del proceso de integración sobre los Estados miembro de la Unión Europea, es decir, sobre los procesos de europeización y su impacto sobre los Estados miembros. Todo ello ha conducido progresivamente a una renovada agenda de investigación, en la que tanto los enfoques específicamente históricos y en perspectiva comparada son un valor al alza.

Desde esta aproximación, múltiple y compleja a la vez, abordamos este proyecto de investigación. Nuestro objeto de estudio es el análisis comparado del impacto de la segunda ampliación comunitaria sobre España y Portugal entre 1974 y 1986, esto es, desde la “Revolución de los Claveles” hasta la entrada en vigor del Acta Única Europea y los primeros pasos en la implementación de los tratados de adhesión. O, dicho de otra manera, nuestro propósito es analizar la relación triangular entre España, Portugal y la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) en el amplio marco de las “relaciones intraibéricas”. En este sentido, se pretende arrojar luz en torno a la distancia existente en el fondo y en la forma de la relación con Europa; dilucidar el origen en el pasado inmediato de esa diferente mirada hacia la integración europea; y averiguar cómo se sustancian esas diferencias a lo largo del proceso negociador de cara a la adhesión de los dos países ibéricos.

En cualquier caso, no pretendemos considerar sólo las diferencias del modelo de relación con Europa de los dos países ibéricos, sino también poner de relieve cómo el largo y proceloso camino recorrido hacia el ingreso a la CEE influyó en la nueva relación entre España y Portugal tras la adhesión en el marco europeo; una relación con claroscuros y desencuentros, pero en la que dominaron las sinergias desarrolladas a partir de procesos comunes de aculturación y europeización –algunos de ellos en marcha incluso antes del inicio de las negociaciones–. De hecho, tras la adhesión, se producirá rápidamente una convergencia en las posiciones de ambos países en defensa de intereses comunes en el marco europeo, situación que es extrapolable a otros ámbitos simbólicos e identitarios, en especial a todo lo relativo al papel de Europa en la construcción de los relatos nacionales.