Lobo marino sudamericano (Arctocephalus australis) ¿sistema digestivo carnívoro o adaptado a la vida marina?
Palabras clave
Arctocephalus australis, Anatomía, Sistema digestivo, Adaptaciones
Contenido del artículo:
Julio 2022. Los mamíferos marinos son vertebrados de sangre caliente que se comportan de manera similar a los mamíferos terrestres. Los pinnípedos, cetáceos y sirenios son mamíferos que desarrollan su vida en el medio acuático marino, gracias a la gran cantidad de adaptaciones anatómicas y fisiológicas que han desarrollado. Una parte del ciclo de vida de los pinnípedos, como la alimentación o la exploración, tiene lugar en el agua, mientras que otra parte, normalmente ligada a los periodos de reproducción, caída del pelo y descanso, tiene lugar en la tierra. En cambio, el ciclo de vida de los sirenios y cetáceos es completamente acuático [1-6].
La especie objeto de nuestro interés es el lobo marino sudamericano o Arctocephalus australis, un carnívoro clasificado dentro del grupo de los pinnípedos. Los estudios previos sobre estos pinnípedos son numerosos y se centran en campos muy diferentes. Sin embargo, el conocimiento sobre la anatomía básica del lobo marino sudamericano para comprender sus procesos fundamentales y adaptaciones fisiológicas, es escasa [5,7–9].
Una de estas adaptaciones en los mamíferos marinos (incluido el Arctocephalus australis) es su capacidad para posponer la digestión durante varias horas mientras bucean. Gracias a este proceso, es posible evitar el consumo de oxígeno y, mejorar la oxigenación de músculos y órganos vitales, para prolongar el tiempo de buceo de forma segura [10–14]. La duda que surge es si esta capacidad u otras adaptaciones fisiológicas modifican las características anatómicas del sistema digestivo del Arctocephalus australis, o si, por el contrario, presenta las mismas características generales del sistema digestivo de otros carnívoros [15–18]. Tomando el aparato digestivo del perro como modelo de carnívoro, por ser el carnívoro doméstico por excelencia, estudiamos el sistema digestivo del lobo marino sudamericano desde el punto de vista anatómico, sistemático y descriptivo. Para ello, realizamos un estudio anatómico sobre 11 cadáveres de la especie Arctocephalus australis, (2 adultos y 9 juveniles). En todos los casos, los animales fueron encontrados varados en la costa y trasladados al Centro de Rescate y Rehabilitación Fundación Mundo Marino (FMM, San Clemente del Tuyú, Buenos Aires, Argentina), donde fallecieron. Los individuos nunca fueron sacrificados.
Sorprendentemente, observamos que las características anatómicas y topográficas del sistema digestivo del lobo marino sudamericano son muy similares a las que presentan otros carnívoros no marinos, como es el caso del perro. Sin embargo, destacan algunas diferencias anatómicas específicas con otros carnívoros no marinos [19]. Por ejemplo, se han observado cambios en su fórmula dentaria (Fig. 1), consistentes en una falta de diferenciación morfológica entre premolares y molares, así como una reducción del número de piezas dentales. Probablemente la falta de diferencia entre molares y premolares se deba a que actualmente estos dientes han llegado a tener la misma función, mientras que la disminución del número de piezas podría estar ligada a una progresiva pérdida de funcionalidad de las mismas, ya que los lobos marinos sudamericanos no mastican la comida, simplemente desgarran presas grandes antes de tragarlas. Esta falta de uso ha podido provocar su desaparición.
Figura 1. Imágenes del paladar y de los dientes maxilares (a) y mandibulares (b) de Arctocephalus australis, que comprenden: (1) paladar duro; (2) crestas palatinas; (3) papila incisiva; (4) incisivos; (5) caninos; (6) premolares; (7) molares. Las imágenes también muestran una sustancia negra adherida a la superficie de los dientes.
Por otro lado, el esófago se parece al de otros carnívoros (Fig. 2). En comparación con los perros, hay dos características a destacar que podrían estar relacionadas con los hábitos alimentarios de la especie. En primer lugar, la longitud del esófago del lobo marino sudamericano adulto tiene una media de 61 cm, lo que duplica la de un perro de tamaño mediano (15-25 Kg), donde es de unos 30 cm [15]. En segundo lugar, el esófago del Arctocephalus australis es particularmente ancho y distensible, probablemente para evitar obstrucciones o diferentes potenciales daños en los tejidos al tragar presas grandes sin apenas masticar.
Respecto al estómago, es interesante remarcar que en el lobo marino sudamericano, la curvatura mayor del estómago es similar a la menor; mientras que en el perro, la curvatura mayor es casi cuatro veces más grande que la menor [26]. La relación entre ambas curvaturas, mayor y menor, es un indicador de la morfología del estómago que, a su vez, se adapta a la morfología corporal (alargada o fusiforme en estos animales). Otro dato a destacar es la capacidad de almacenaje de este órgano, que es escasa en comparación con otros carnívoros. Así, en adultos es de 2 a 3 L y en juveniles de 0,6 a 1 L; esto es mucho menor que en los perros, donde es de aproximadamente 5 L en individuos de un tamaño promedio de 15 a 25 kg. El estómago del lobo marino sudamericano recuerda al del caballo, que también es muy pequeño en comparación con el tamaño de su cuerpo [15]. Esto es probablemente una indicación de que la capacidad de almacenamiento de alimento, una de las funciones principales del estómago, es escasa en el Arctocephalus australis en comparación con otros carnívoros.
Al estudiar individuos adultos de lobo marino, encontramos que tanto el intestino delgado como el grueso duplican su longitud y peso con respecto al de los juveniles. Sin embargo, sorprendentemente, en lobos marinos adultos, la luz de ambos intestinos solo aumenta en un 50%, por lo que estos parámetros no parecen ser proporcionales. En comparación con el perro, ambos intestinos también muestran diferencias significativas. El intestino grueso del lobo marino sudamericano es el doble que el del perro, mientras que el intestino delgado puede ser hasta ocho veces más largo. No hay evidencia que pueda explicar la mayor longitud del intestino delgado de Arctocephalus australis, aunque planteamos la hipótesis de que podría estar relacionado con sus hábitos alimenticios, o tratarse de una estrategia diferente para extraer los nutrientes de los alimentos en comparación con el perro. Por tanto, a pesar de las diferencias con respecto al aparato digestivo del perro, el Arctocephalus australis presenta características correspondientes a un animal carnívoro más que adaptaciones significativas al medio acuático.
Figura 2. Sistema digestivo aislado de Arctocephalus australis (juvenil), (1) e sófago; (2) esfínter cardiaco; (3) estómago; (4) bazo; (5) píloro; (6) duodeno; (7) mesoduodeno; (8) yeyuno; (9) mesoyeyuno y vasos mesentéricos; (10) linfonodos mesentéricos del intestino delgado; (11) íleon; (12) ciego; (13) colon; (14) mesocolon y vasos mesentéricos; (15) linfonodos mesentéricos del intestino grueso; (16) recto; (17) canal anal.
Artículo completo disponible en: https://www.mdpi.com/2076-2615/12/13/1634/pdf
Autores, filiación
Rosario Martín-Orti 1, Carlos Tostado-Marcos 2, Juan-Pablo Loureiro 2, Ignacio Molpeceres-Diego 2, Enrique Tendillo-Domínguez 2, Inmaculada Santos-Álvarez 1, Pilar Pérez-Lloret 1 y Juncal González-Soriano 1,
1 Departamento de Anatomía y Embriología, Sección Departamental de Anatomía y Embriología (Veterinaria), Facultad de Veterinaria, Universidad Complutense, Avenida Puerta de Hierro s/n, 28040 Madrid.
2 Fundación Mundo Marino. Av. X 157, B7105 San Clemente del Tuyú, Provincia de Buenos Aires
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