Garantizar el acceso de todos los ciudadanos que habitan el planeta a una serie de bienes que garanticen una vida digna. Ese es el objetivo que se persigue cuando se habla de bienes públicos globales, concepto en el que están incluidos desde el derecho a la alimentación, el acceso a la salud y la educación o la conservación medio ambiental del planeta. Durante dos días, el 29 y 30 de octubre, el salón de actos de la Fundación Ramón Areces, acogió un amplio debate sobre esta aspiración global que, por el momento, está aún muy lejos de ser una realidad.
El encuentro, dirigido por el catedrático de Economía Aplicada de la UCM José Antonio Alonso, trató el tema desde diversas perspectivas. ¿Quién debe garantizar el acceso global a los bienes públicos? ¿Qué derechos deben formar parte de esa categoría? ¿La crisis está siendo utilizada de excusa para aplazar o echar por tierra esta aspiración?
Lo que está claro, y en esto todos los participantes estuvieron de acuerdo, es que hasta ahora no se han dado los pasos suficientes para garantizar el acceso a estos bienes públicos globales. En palabras de la ex vicepresidenta del Gobierno español y presidenta de la Fundación Mujeres por África -institución promotora junto a la Fundación Ramón Areces y la UCM de la celebración de este encuentro-, María Teresa Fernández de la Vega, "debemos reconocer que en algo hemos fallado. Una sociedad justa es una sociedad cohesionada, sin grandes brechas de desigualdad; es una sociedad que se ocupa y se preocupa de quien vive en situaciones más desfavorables; es una sociedad que promueve la igualdad. Reivindicar una sociedad más justa tiene sentido siempre y más aún en tiempos difíciles, de crisis, como los actuales".
Y es que, como señaló Fernández de la Vega, la crisis en lugar de acercarnos a quien más la sufre, a los que peor lo están pasando, lo que está provocando es que algunos estén aprovechando para retirar el foco de esta aspiración a una sociedad más justa. "Se dice que es insostenible, que lo que era una avanzadilla en la consecución de estos bienes públicos, como ha sido Occidente, no es más que un experimento fallido. Y no es cierto -enfatizó la ex vicepresidenta-; la cohesión social jamás puede ser considerada un fallo".
Admitida esta necesidad de garantizar el acceso a los bienes públicos globales, de incluirlos incluso entre los objetivos prioritarios de cualquier plan o política de desarrollo -como de hecho lo hace el Plan Director de la Cooperación Española aprobado el pasado año, según recordó Alberto Virella, director de Cooperación con África y Asia de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)- el reto es claro: ¿Cómo garantizar el real y efectivo acceso de los ciudadanos de cualquier lugar del planeta a este derecho global? O dicho de otra manera: "El desafío es gobernar la globalización -señaló Fernández de la Vega-. Estamos ante un reto histórico de alcanzar respuestas comunes y globalizadas. Los problemas globales requieren soluciones globales. La dificultad es enorme, sí, pero como dijo John Fitzgerald Kennedy, la dificultad es una excusa que la Historia nunca acepta".
Para la presidenta de la Fundación Mujeres por África, las instituciones supranacionales hasta ahora existentes se han mostrado incapaces de lograr este objetivo. Incluso en casos evidentes como el incumplimiento por muchos países de los acuerdos de Kyoto se ha demostrado que no existe unos organismos de justicia que se haga valer a nivel mundial.
La solución, a juicio de María Teresa Fernández de la Vega, pasa precisamente por quien es objeto de estos derechos, es decir por la propia ciudadanía. "Es en este momento -señaló- en el que la sociedad civil tiene que ser consciente de la importancia de su acción y debe imponer la necesidad de crear nuevos cauces de participación guiados por la solidaridad, la cooperación y la corresponsabilidad, de los que emanen las decisiones políticas". Otro aspecto fundamental, de acuerdo con Fernández de la Vega, es que se cuente con las mujeres. "El mundo que se abre ante nosotros o será con las mujeres o no será para bien. Y como será para bien, será con las mujeres", concluyó la ex vicepresidenta.