Desde el año 2001 está prohibido el uso de perdigones de plomo en las zonas de humedales, debido a su alta contaminación. La Comisión Europea planea extender esta prohibición a cualquier tipo de terreno, pero antes de hacerlo está estudiando las alternativas existentes para no penalizar en exceso a la industria del sector cinegético. Es en este contexto en el que se enmarca la intervención de Francisco Javier Pérez Trujillo, profesor del Departamento de Ciencias de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la UCM, el pasado 9 de enero ante el Intergrupo Caza Sostenible, Biodiversidad, Actividades Rurales y Silvicultura, de la Comisión Europea. Y es que el grupo de investigación que lidera el profesor Pérez Trujillo ha diseñado en los últimos años más de 10.000 variantes de perdigones ecológicos, que además de no contaminar suelos y aguas presentan otras series de ventajas; desde su fácil recogida hasta por ejemplo la ausencia de retroceso al dispararse.
Como explica el profesor Pérez Trujillo, el proyecto de crear un perdigón con un material no contaminante que sustituyera al plomo arrancó en 2004, cuando ya era efectiva la prohibición. Fue entonces cuando la Real Federación Española de Caza decidió buscar alternativas al plomo, ya que las existentes -bismuto, plata y acero-, además de ser muy caras implicaban el cambio de las armas e incluso acarreban otros peligros como, por ejemplo, en el caso del acero su alto nivel de rebote.
El encargo recibido por el profesor Pérez Trujillo y su equipo era, por tanto, diseñar un tipo de perdigón con materiales no contaminantes, pero además que el precio final del mismo fuese competiivo respecto al de plomo, que fuera compatible con las armas que utilizaban plomo. "Ha sido un proyecto difícil. Una cosa que parece muy sencillita como un perdigón, en realidad es tremendamente compleja", señala el profesor Pérez Trujillo.
El trabajo de laboratorio se realizó entre 2004 y 2007, y la solución se encontró, como explica el profesor complutense, en los materiales denominados ODS (Oxide Dispersion Strengthened) o de dispersión por óxidos. "Los perdigones que hemos fabricado llevan una matriz metálica y luego unos óxidos dispersos dentro de la matriz. Eso hace que haya como unos perdigones mucho más pesados dentro del perdigón, lo que provoca que con menos densidad que un perdigón de plomo tenga más efectividad. Un perdigón de plomo tiene una densidad de 11,3 y estos a partir de 8,1-8,2. Esto, por ejemplo, hace que las armas no tengan retroceso".
El proyecto ha sido financiado en su mayor parte por la Real Federación Española de Caza, a la que luego se sumó el Ministerio de Medio Ambiente en la parte dedicada a la evaluación medioambiental. "Se han visto impacto en suelos y aguas con resultados excelentes, comprobando que los niveles de cesión son menores que los marcados por la Organización Mundial de la Salud".
En 2007 los nuevos perdigones (variando las composiciones de los ODS se pueden fabricar hasta cerca de 10.000 tipos diferentes de perdigones) estaban finalizados, y desde "entonces -explica el profesor Pérez Trujillo- hemos estado viendo la posibilidad de implantación industrial y los temas de patentabilidad. Lo primero se ha resuelto con el interés de una empresa, Azor Ambiental, que quiere industrializar la patente que hemos conseguido. Se trata de una patente a nivel mundial, patente PCT, que se tiene concedida en países como Estados Unidos, todos los de la Unión Europea, Canadá, Australia o China, donde no es nada fácil de lograr. Ahora Azor Ambiental está tratando de hacer el escalado industrial, en el cual también estamos colaborando. Somos optimistas en que de cara a la próxima temporada, en octubre, pueda haber si no una cantidad para todo el mercado, sí para introducirlo".
Como resalta Pérez Trujillo, el material que se ha desarrollado no solo tiene aplicación a la caza, también, por ejemplo a los contrapesos que los coches llevan en las ruedas para el equilibrado, y que en la actualidad son de plomo. También en pantallas de rayos X, e incluso en el nuevo reactor de fusión nuclear del ITER. "Realmente yo pienso que si se llegan a desarrollar plenamente las patentes, el tema de la caza puede ser minoritario. Todo esto implantado a nivel industrial tendrá unos royalties de vuelta a la universidad, que ahora nos viene mejor que nunca", concluye el investigador complutense.
"No es fácil cambiar algo de 6.000 años"
El sector armero está mostrando cierta resistencia a cambiar el perdigón de plomo. "Como ellos dicen, el plomo se lleva utilizando desde hace 6.000 años, y cambiar algo que se lleva utilizando 6.000 años genera polémicas".
No obstante, de acuerdo con Pérez Trujillo, su intervención en la Comisión Europea ha provocado que desde la propia industria algunos ya vean con mejores ojos la sustitución del plomo.
El principal escollo que la industria ha esgrimido era el alto coste de las alternativas. La presentada por Pérez Trujillo supone tan solo un incremento de entre el 20 y el 30 por ciento respecto al precio del cartucho de plomo actual. "Y, lógicamente, en cuanto los niveles de producción aumenten el coste bajará", apunta el profesor de Químicas.
Otro aspecto de gran interés de los perdigones ecológicos es la facilidad para su recogida una vez utilizados, ya que responden a imanes, por lo que desde el punto de vista de la reciclabilidad es muy interesante.