Roberto de Frutos, el entrenador de los equipos de fútbol sala y fútbol 7 femeninos de la UCM, lleva años subrayando el salto de calidad que está dando el fútbol femenino en España. "Va para arriba de manera imparable, y de hecho el seguimiento que hacen los medios de comunicación cada vez es mayor, tanto de la liga de aquí como de lo que hacen nuestras mejores jugadoras en el extranjero. Esto está haciendo que, por ejemplo, cada vez haya más clubes con equipos masculinos de primer nivel que apuesten por tener buenos equipos femeninos. Ahí está el Barcelona, el Atlético de Madrid, el Espanyol, el Rayo Vallecano...".
Como sigue destacando De Frutos, la clave es que ahora las niñas cada vez empiezan más jóvenes a jugar y lo "hacen sin prejuicios sociales", lo que es muy importante. "De hecho, es raro ir a ver un partido de chavales de 9 o 10 años en los que no jueguen niñas que no desentonan nada. La diferencia viene después cuando son más mayores por el tema de la fuerza, pero técnicamente las chicas cada vez tienen menos que envidiar a los chicos".
La liga universitaria de Madrid es, para De Frutos, un buen ejemplo de este boom del fútbol femenino. "Es una liga con un nivel muy alto. Incluso algunas universidades cuentan en sus equipos con jugadoras internacionales y de división de honor. Nosotros mismos tenemos varias chicas que han jugado en división de honor o jóvenes que ahora están en la división de plata. El nivel, por tanto, es muy alto. Aunque luego se me enfaden los del equipo masculino, no digo ninguna tontería si afirmó que el nivel del fútbol femenino es bastante más alto en la universidad que el masculino".
Laura y Sara, que son, respectivamente, la jugadora más veterana y la más joven del equipo complutense coinciden con su entrenador en este diagnóstico, aunque sí creen que todavía es necesario dar algún salto más en algunos aspectos. "Es cierto que está mejor visto que una chica juegue al fútbol -opina Laura, estudiante de quinto de Derecho-, pero aún hay algunos que te siguen llamando ciertas cosas. También sería necesario que el fútbol femenino recibiera más apoyos tanto públicos como privados. Pero sí, la verdad es que la evolución es realmente importante".
Sara, que juega en la actualidad en el Majadahonda de división de plata de fútbol sala, ha sido una de las incorporaciones del equipo para este año, en el que como resalta su entrenador, "hemos dado un gran salto de calidad. Si no llega a ser por los dos primeros partidos, que perdimos, y en los que aún no se habían incorporado las nuevas, habríamos ganado el campeonato sin problemas", señala de Frutos, quien tras las vacaciones intentará prolongar este buen momento del fútbol femenino complutense en la liga de fútbol 7.