La Universidad Complutense y la Fundación Mujeres por África organizaron el pasado 7 de marzo, en el Jardín Botánico de la UCM, un acto en homenaje a Wangari Maathai, Premio Nobel de la Paz 2004 en reconocimiento a su labor en favor de la libertad y la igualdad de las mujeres en África. Fallecida en septiembre de 2011, Maathai se ha convertido en símbolo de esa lucha, y son muchos los movimientos feministas que la ponen como ejemplo de que ese camino hacia la libertad en África es posible. En el acto celebrado en la Complutense el pasado 7 de marzo, enmarcado en la celebración del Día Internacional de la Mujer, la presidenta de la Fundación Mujeres por África, María Teresa Fernández de la Vega, resaltó la trascendencia de la labor desarrollada por Maathai desde los años 70: "África es hoy un continente libre, con problemas y con carencias, y con mucho camino por recorrer, pero que gracias a muchas mujeres como ella avanza con paso firme. De África se dice que será el continente del futuro, pero entre todos, y siguiendo el ejemplo de Wangari Maathai, debemos hacer que también sea un continente de presente".
En homenaje a Wangari Maathai, la UCM ha decidido dar su nombre a uno de los paseos principales de su Jardín Botánico, así como plantar en él 71 árboles, en recuerdo de los 71 años que tenía Maathai en el momento de su fallecimiento el pasado año. De acuerdo con el rector Carrillo, Maathai es merecedora de este homenaje no sólo por su actitud intransigente frente a la deforestación, sino ante todo por la lucha que emprendió para defender a la mujer y rescatarla de la marginación, así como para facilitar la llegada de la democracia y el respeto de los derechos humanos en África. Carrillo, quien destacó también el hecho de que Maathai fue la primera mujer que alcanzó el grado de doctora en su país, eligió una frase de la homenajeada para cerrar su intervención: "Hay lugares a los que muchos hombres llevan la destrucción y la muerte. En otros hay mujeres que plantan árboles". Fernández de la Vega, por su parte, recordó que en muchos lugares de África la libertad se representa con árboles de enormes ramas, y que gracias entre otras mujeres a Wangari Maathai, y a su programa de reforestación, hoy son millones de mujeres las que en África "creen que es posible algo mejor y luchan por tener un papel relevante en las instituciones públicas, la sanidad, la educación, las empresas o en sus propios hogares".
El movimiento Cinturón Verde
En 1976 Wangari Maathai fundó el movimiento Cinturón Verde, a través del cual se han plantado desde entonces más de 47 millones de árboles en diferentes países del continente africano. Cinturón Verde, creado para combatir la deforestación, la erosión del suelo y las sequías, es uno de los movimientos feministas más eficientes de África. Toda mujer que se une al programa recibe clases sobre el mundo natural y cómo preservarlo. Las mujeres asumen papeles de liderazgo, dirigen viveros, trabajan con silvicultores, planeando e implementando proyectos para la recolección de agua y la seguridad de los alimentos.
Desde finales de los 90 hasta su fallecimiento en 2011, Maathai se embarcó en nuevos desafíos. Lideró la campaña Jubilee 2000, que buscaba la condonación de la deuda de los países atrasados; fue viceministra de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Vida Salvaje de Kenia, y se convirtió en participante habitual de foros en favor de la igualdad de las mujeres.