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La cuenca del río Guadalentín presenta las mayores tasas de hundimiento de terreno de toda Europa

Texto: Jaime Fernández, - 15 DIC 2011 a las 13:29 CET

El estudio, elaborado por Pablo González y José Fernández Torres, del Instituto de Geociencias (CISC-UCM), se ha publicado en la revista Geology. La idea original de la investigación era estudiar tectónicamente la zona, pero las tasas de hundimiento del terreno llamaron la atención de los científicos. El estudio se ha realizado en el marco del Campus de Excelencia Internacional de Moncloa.

En 2008, el investigador Pablo González y el profesor José Fernández Torres comenzaron un estudio de la deformación del sur de España, para conocer la tectónica de la zona. Consiguieron imágenes de satélite desde 1992 y comenzaron el estudio. Pronto descubrieron que en una zona concreta, la asociada a la cuenca del río Guadalentín, afluente del río Segura, los hundimientos del terreno no eran los esperables milímetros anuales sino que llegaban incluso hasta los 15 centímetros por año y que probablemente ese hundimiento esté relacionado con épocas de sequía y con el uso excesivo de las aguas subterráneas.
González y Fernández Torres explican que hay otros ejemplos en el mundo de hundimientos relacionados con este fenómeno, en ciudades como México, Bolonia y Yakarta, o en zonas rurales, como las cuencas iraníes. De todos modos el hundimiento no suele ser tan exagerado como en esta zona del sur de España.
El método empleado para hacer el estudio es el que se conoce como interferometría radar diferencial. José Fernández Torres explica que el satélite emite una señal de microondas que refleja el terreno y es recibida de nuevo por el mismo satélite. Se compara la imagen en esos dos momentos y se pueden determinar "cambios topográficos con una resolución milimétrica y su evolución con el tiempo". Los datos se han confirmado además con GPS que llevan años instalados en la zona.


Tasa no constante
Uno de los resultados del estudio es que la tasa de hundimiento no es constante, sino que se acelera y desacelera. La velocidad máxima fue de 15 centímetros anuales entre 1996 y 1997. Ahora se ha reducido hasta los 10 centímetros y ha habido periodos como el comprendido entre 1992 y 1995 en el que el hundimiento fue de 5 centímetros anuales.
La primera interpretación que se puede hacer de esas diferentes velocidades es que están relacionadas con las sequías. En periodo de escasez de lluvias hay más sobreexplotación del agua subterránea y eso parece que determina un mayor hundimiento del terreno. De todos modo la relación entre hundimiento y sequía no es inmediata en el tiempo, así que González y Fernández Torres esperan avanzar más en sus estudios para poder dar una explicación exacta e incluso elaborar un modelo que incluya otros datos como la composición del terreno.

 

El placer de servir a la sociedad

 

Tanto Pablo González como José Fernández Torres se muestran igual de satisfechos con que las investigaciones científicas básicas sean de provecho para la sociedad. Aseguran que no puede olvidarse "el componente social de un estudio que puede ayudar a mejorar la gestión de los recursos y los servicios públicos".
Es cierto que en sus estudios, y a pesar de la tasa de hundimiento del terreno, no se han detectado fracturas en el terreno. Y también es una suerte que no haya ningún núcleo urbano dentro de la zona importante de deformación (en la imagen superior se ve que Lorca está por encima del límite de dicha deformación). A pesar de eso, todos los estudios que sirvan para prevenir posibles desastres son de gran utilidad y así lo han entendido un gran número de instituciones. Los investigadores informan de que ya están trabajando de manera conjunta con la Confederación Hidrográfica del Segura para estudiar los acuíferos de la zona y su sobreexplotación.
Además, junto con investigadores del Instituto Geológico y Minero de España y la Universidad de Alicante, estudian la caracterización mecánica en laboratorio con simulaciones por ordenador de materiales. De aquí podrían surgir aplicaciones en seguridad en la edificación, así como mejoras en la gestión de los recursos hídricos.
El estudio continúa en la Universidad de Western Ontario en Canadá, donde investiga ahora mismo Pablo González, y en el Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia de Italia, que están analizando la serie sísmica de Lorca del pasado 11 de mayo.
Los dos miembros del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM) quieren además seguir investigando para saber si en los hundimientos del terreno no sólo influyen las sequías, sino también otros factores como la actividad sísmica de la zona o incluso si afecta el buzamiento (inclinación) de la cercana falla de Alhama-Murcia.

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