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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Sábado, 21 de diciembre de 2024

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El reto de aprender a diecinueve grados bajo cero

La primera ruta polar se realizó en Islandia y en ella se visitaron volcanes y glaciares. La segunda ha llevado a estudiantes, y a un profesor de Físicas, a Noruega, para asistir a conferencias, visitar museos y, sobre todo, dar los primeros pasos como expedicionarios expertos en regiones polares.

Para poder asistir a este viaje, los interesados tenían que asistir a una jornada previa sobre regiones polares en la que se les daba unas primeras nociones de lo que podían encontrar a su llegada a Noruega. Para lo que no estaban preparados, era para los 18 grados bajo cero que les esperaba a su llegada al aeropuerto de Oslo.

José María Jayme, presidente de la Asociación Regiones Polares y guía de la expedición, cuenta que entre los 15 estudiantes viajeros los había de titulaciones tan variadas como Informática, Biológicas, Aeronáutica e incluso Teología. Además contaban con un profesor de la Facultad de Físicas y con un coordinador de ruta que ya había participado en la edición previa en Islandia.

Tras dormir en un albergue, el tipo de alojamiento de todas y cada una de las noches del viaje, viajaron hacia Bergen, que es donde comenzó realmente la expedición. Tras hacer una visita cultural al muelle Bryggen y admirar sus casas de madera de casi 1.000 años de antigüedad, asistieron a su primera conferencia sobre los glaciares.

 

En el hielo

Tras eso, tomaron un ferry y viajaron hasta un parque nacional. Allí fue imposible visitar el glaciar por las condiciones climáticas, ya que solamente es posible acceder a él en primavera y verano. Lo que sí pudieron hacer fue senderismo hasta encontrarse con una serie de impresionantes cascadas heladas, según se dirigían hacia Engjeland.

La comida diaria la solucionaban sobre el terreno, prácticamente sin detenerse a comer, y sólo las cenas las hacían bajo techo. Aunque también había techos y techos. Los de los refugios eran realmente confortables y preparados para las bajas temperaturas, pero no así los de los vehículos que se helaban por dentro debido a la respiración de los ocupantes, lo que hizo que el rascador para eliminar la capa de hielo fuese una de las herramientas más utilizadas durante el viaje.

La siguiente parada en el camino fue en Jotunheim, las míticas montañas que aparecen asociadas a los dioses asgardianos en las leyendas nórdicas, pero que en la vida real conforman el "área de montaña más espectacular del país". Allí se enseñó a los expedicionarios a marchar con raquetas, la única manera de moverse en terrenos con mucha acumulación de nieve.

Poco después probaron la experiencia de moverse en trineos tirados por perros cruzando a toda velocidad un lago helado y con 19 grados bajo cero.

 

No es una excursión

Federico Morán, presidente del programa Ruta Polar, asegura que lo importante de esta experiencia no es sólo pasárselo bien (algo que evidentemente ocurre), sino que el viaje "tiene unos objetivos de aprendizaje y de ver cómo se trabaja en esas zonas. No es una excursión, ya que siempre incluye un background académico".

Los participantes, tras el viaje en trineo, siguieron disfrutando y aprendiendo con la visita al fabricante de un velero en aluminio capaz de cruzar las regiones árticas y con la visión del mítico barco FRAM que cuenta con su propio museo en Oslo y que fue utilizado hasta 1912 para expediciones por las dos zonas polares.

Por el camino quedaron aventuras como el vehículo atascado en la nieve y las cremas faciales que se quedaban congeladas. Y sobre todo nueve días con experiencias inolvidables.

 

¿Qué es el programa Ruta Polar?

De acuerdo con los organizadores, el programa Ruta Polar "es una propuesta de educación científica, centrada en el conocimiento e investigación en las regiones polares y subpolares de la Tierra, dirigida a alumnos de educación secundaria y universitarios". En ella pueden participar estudiantes de cualquier licenciatura y, de momento, cada cual tiene que financiarse su propio viaje. Federico Morán, catedrático de la Facultad de Químicas y presidente del programa Ruta Polar, asegura que se colabora con una agencia que ofrece precios bastante ajustados. Por su parte, José María Jayme, presidente de la Asociación Regiones Polares, informa de que se está buscando algún tipo de financiación para abaratar algo más los viajes

Federico Morán explica los orígenes de esta iniciativa que surgió dentro de la UCM. De acuerdo con Morán los motivos principales para crear el programa fueron "la celebración del Año Polar Internacional y la idea de aprovechar el conocimiento de todos los científicos de la Complutense que investigan en las zonas polares, sobre todo en la Antártida".

Asegura el catedrático que cuando decidieron crear el comité asesor del programa no hubo nadie que dijera que no de todos los profesores a los que les ofrecieron participar. Gran parte de los miembros de dicho comité son profesores complutenses, a los que se unen otros de instituciones como el INTA, el CSIC, el CIEMAT, la Comunidad de Madrid, la Universidad de Alcalá de Henares y la Asociación Regiones Polares.

 

La tercera ruta llevará a Laponia

La nueva ruta polar, ya en fase final de preparación, se celebrará a finales de agosto o como muy tarde a principios de septiembre, la fecha más tardía en la que se puede viajar al destino propuesto por motivos del frío.

Los responsables explican que el viaje de este año, con una duración de ocho días será a la Laponia europea. El periplo comenzará en Rovaniemi en Finlandia y llegará al Cabo Norte en Noruega. Por el camino se espera conocer la cultura y las tradiciones del pueblo sami, así como una importante estación científica desde la que se lanzan los globos sonda que se utilizan para hacer estudios meteorológicos.

La ruta terminará en la ciudad de Tromso (en la imagen), que es la población más boreal del mundo entre las que superan los 50.000 habitantes. En la universidad de esta ciudad se asistirá a conferencias sobre el Ártico y la investigación polar. Alí mismo se encuentra además un museo que muestra, de manera muy didáctica, la diversidad de la cultura y la naturaleza del norte noruego, con especial atención a la cultura sami indígena, así como a la arqueología, la geología y el espectáculo natural de la aurora boreal.

La información actualizada se puede encontrar en http://www.rutapolar.es/

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