Rafael Valeriano Orden Jiménez, catedrático del Departamento de Filosofía y Sociedad, ha tomado este 19 de diciembre posesión como Defensor del Universitario de la Universidad Complutense, cargo en el que sucede a la profesora Isabel Aranguez. El nuevo defensor se ha comprometido a trabajar por las personas que integran la UCM con el único objetivo de mejorar entre todos la institución. "Pediré lo que me pidan las universitarios que tenga que pedir", ha señalado mientras mostraba un folio en blanco en el que debía haber anotado las "tradicionales" peticiones que cualquier nuevo cargo universitario suele hacer al rector. "Yo estoy dispuesto -añadió minutos después Joaquín Goyache-, a rellenar entre todos ese folio en blanco de acciones para mejorar la universidad".
El profesor Orden explicó que la finalidad de la Oficina del Defensor del Universitario no puede ser otra más que defender los derechos de los universitarios, y se comprometió "a asumir este trabajo con todo mi compromiso y a disposición de todas las personas de la Universidad Complutense". La Universidad, según defendió, no puede ni siquiera anteponer sus fines a los de las personas que la componen. "Su sentido se lo dan sus funciones y su humanismo", sentenció, antes de indicar que los dos motivos principales que le animaron a presentar su candidatura al puesto -fue elegido por votación del Claustro Universitario el pasado mes de octubre- fueron precisamente su creencia en que la institución "debe ser humana", así como su confianza en que en la UCM "hay corazón en cada persona. Hay corazón en las actuaciones del rector y de los decanos, en las decisiones que se adoptan en las secretarías o por los gerentes, y hay corazón en quienes abren y cierran los edificios", indicó. "Sé que voy a recibir comprensión y apoyo por parte de todos, al igual que yo tendré esa comprensión y apoyo para todos", concluyó.
En el acto de toma de posesión, celebrado en la Sala de Juntas del Rectorado, estuvieron presentes las tres predecesoras de Rafael Orden al frente de la Oficina del Defensor, las profesoras Mercedes Gutiérrez, Rosa Galán e Isabel Aranguez, presencia que fue agradecida por el nuevo defensor. La profesora Aranguez, en sus palabras de despedida, lamentó haber dejado algunos de sus proyectos sin concluir, pero no obstante se mostró satisfecha con su labor. "No he hecho todo lo que quería haber hecho, pero no ha estado mal", indicó. A su sucesor en el cargo le hizo el encargo de lograr que la figura del Defensor tenga un mayor peso en la universidad. "Es necesario que se crea más en la figura del Defensor como un elemento de calidad del sistema. Nadie conoce mejor la universidad que el Defensor, y sin embargo, se nos pregunta muy poco, cuando tenemos muchos datos y sabemos lo que está fallando y lo que nos dice la comunidad. Se nos debería preguntar más y se nos debería utilizar más", concluyó la ex defensora.
El rector Joaquín Goyache reconoció que el de Defensor del Universitario es un "puesto complicado", ya que "se encarga de contar cosas que no nos gustan a los que llevamos la gestión de la universidad. A nadie -continuó Goyache- nos gusta que nos critiquen, pero va en nuestra labor aceptarlo, y tener un grupo de personas que trabajan para que lo hagamos mejor es algo muy necesario y deseable". Goyache se comprometió a escuchar al nuevo defensor, a tener las puertas siempre abiertas para él y a entre todos "rellenar ese folio en blanco de acciones para mejorar la universidad". El rector, por último, se comprometió a contribuir a difundir la existencia y labor de la Oficina del Defensor, ya que aún son muchos los complutenses que no conocen bien sus funciones.