Francisco Ramos Escalada ha reunido en los últimos 40 años una colección de más de 600 piezas de instrumentos ópticos de gran valor para el estudio de la historia de la óptica. Su decisión de donar la mayor parte de estas piezas a la UCM significa, además, un primer paso para la creación de un Museo Complutense de la Óptica, que sería el primero que se abre en España sobre esta materia
Diplomado en Óptica, doctor en Biología y coronel farmacéutico. Esos son los tres pilares formativos que destacan en el curriculo de Francisco Ramos Escalada. Sin embargo, como él afirma, quizá sea su labor de coleccionista la que más alegrias y momentos de orgullo le ha deparado cuando hace balance de sus 75 años de vida. "Me ha ayudado a superar tanto los buenos como los malos momentos", sentencia. Tanto es así que no duda en recomendar a todo el que le pregunta los porqués de su pasión coleccionista, la conveniencia de que todos tuviéramos alguna, no ya esta, quizá demasiado cara, pero sí alguna que sirva para olvidar el trabajo en los momentos libres que éste deja.
El hecho es que Francisco Ramos ha reunido en los últimos 40 años una magnífica colección de instrumentos ópticos, fabricados en los siglos XVIII, XIX y XX, entre los que destacan los numerosos modelos de gafas. Hay también catalejos, lupas, prismáticos, quevedos, monóculos, impertinentes, visores de postales estereoscópicos, brújulas, cámaras de fotos, lentes y campímetros. En total las piezas donadas a la UCM y a su Escuela Universitaria de Óptica han sido 567 piezas. "Hay -según cuenta a Tribuna Complutense- otras 50 piezas, más o menos, quizá las mejores y de mayor valor, que están en Estados Unidos. Las tiene mi hija, que es bióloga y vive allí. Quería llevarse un recuerdo de su padre y se llevó las mejores piezas. He hablado con ella y me ha dicho que si el Museo se lleva a buen puerto y veo que allí las piezas están bien, cuando venga en verano las irá trayendo. De esto -concluye Francisco Ramos- no he dicho nada a nadie de la Universidad, por lo que para ellos será una sorpresa".
Ramos explica que las piezas las ha ido adquiriendo a lo largo de los últimos 40 años en muy distintos lugares, anticuarios, subastas y "muchas en pueblos donde he encontrado coleccionistas de antigüedades que me las han dejado a muy buen precio".
Ramos también explica los motivos que le han llevado a desprenderse de su colección, y que han sido el detonante de la firma del convenio de donación que firmó con el rector Berzosa el pasado 16 de febrero. "La colección la tengo en casa en siete u ocho vitrinas y también en cajas, y un poco es cierto que ya me he cansado de verlas siempre ahí. De todos modos, el motivo principal es que a mi edad ya tienes que ir pensando ciertas cosas y al tener seis hijos he pensado que cuando yo muera la colección se iba a fraccionar y eso no me gusta. Por ello, pensé en la Escuela de Óptica y en la posibilidad de que, además de mantener la colección unida y preservada, puede servir para que la vean los estudiantes de Óptica". De acuerdo con el director de la Escuela, Javier Alda, los estudiantes no solo podrán observar las piezas, sino incluso estudiarlas dentro de la asignatura de "Historia de la Óptica".
El director de la Escuela también anunció que gracias a esta donación ha surgido la idea de crear en las instalaciones de la propia escuela el que sería el Museo Complutense de la Óptica. Se trataría del primero dedicado en España de manera exclusiva a mostrar objetos propios de esta profesión y ciencia. Según señaló el propio Francisco Ramos, en Europa solo hay tres de estas características, ubicados en Francia, Alemania y Bélgica, aunque estos cuenta con la gran ventaja de estar auspiciados por fabricantes de material óptico. Para Javier Alda, esta donación y el futuro museo son "el tipo de cosas que cambian la calidad de un centro, y que marcan un antes y un después en nuestra historia".
