El paraninfo de San Bernardo ha acogido, el jueves 21 de febrero, la entrega de diplomas de los V Premios UCM a la Docencia Excelente, correspondientes al curso 2017-2018. María Castro, vicerrectora de Calidad, ha asegurado que este es un día alegre, un acto de felicitación y reconocimiento a la excelencia de 429 profesores, que suponen cerca del 10% de los profesores de nuestra Universidad. Este año, en la ceremonia, se ha querido resaltar el lado festivo con la actuación del Golden Apple Quartet que dieron la bienvenida con su música a capella cantando: "Más que un diploma, un compromiso con la sociedad". En esa misma línea, el rector Carlos Andradas quiso dar las gracias a todos los profesores premiados por su "trabajo, dedicación y compromiso con la actividad de esta Universidad".

La vicerrectora María Castro opina que los profesores universitarios son un colectivo peculiar, incomprendidos tanto por los alumnos como por amigos y familiares, pero también son "uno de los colectivos más evaluados, en todas las facetas de su actividad". De acuerdo con la vicerrectora, los procesos de evaluación son saludables e informativos porque "ponen en valor el esfuerzo, trabajo y buena voluntad de los profesores".

En el curso pasado 2017-2018 se inscribieron un total de 4.150 profesores en los procesos de evaluación, lo que "supone la mayor experiencia de evaluación del personal docente de la universidad española". Esa cifra implica a un 80% de los profesores, un incremento muy importante desde el año 2015 cuando fue sólo de un 44%.

En los cuatro años de vida de este programa, que cuenta con apoyo institucional y personal, han pasado por él más del 50% de los profesores de la UCM. Este año, los 429 profesores excelentes representan un 10% de los que dan clases en la Universidad, una cifra que aumenta a 1.619 si a ellos se les suman los muy positivos.

De acuerdo con María Castro, las encuestas de los estudiantes son una herramienta habitual y generalizada en las universidades, que comenzaron a funcionar en los años 20 del siglo pasado en la Universidad de Washington, así que "están muy testadas y son altamente fiables". Reconoce la vicerrectora que hay miedos a que las valoraciones puedan estar sesgadas, por notas, por cursos, por asistencia, por disciplinas... Pero, en realidad, "en las valoraciones de los estudiantes impacta sobre todo el interés que sienten por la asignatura, seguido de la asistencia declarada a clase de los alumnos, y en tercer lugar la capacidad investigadora de los profesores, y no se puede decir que esas tres variables sean conductas sesgadas".

Otras variables que también impactan, aunque con menos incidencia, son las horas de estudio, la edad del profesor, la edad del estudiante, y la dificultad percibida. Por otro lado, los estudiantes de máster valoran igual que los de grado, los más activos que los menos y tampoco importa la rama del profesor ni el rendimiento del estudiante. Estos datos le llevan a la vicerrectora a reconocer que "nuestros estudiantes parecen ser adultos cabales que juzgan en torno a su experiencia, no evalúan sobre prejuicios ni son maleables en el juicio sobre lo que es una enseñanza universitaria de calidad".

Concluyó María Castro considerando que "ser profesor es una tarea grata, merece la pena", sobre todo cuando los estudiantes otorgan un 7,92 a la tarea cotidiana y sistemática con la que los maestros "se divierten y, a veces, también sufren".

Como ha informado la vicerrectora, este año, la conferencia habitual de la entrega de premios, se ha sustituido por la actuación de los Golden Apple Quartet, que ellos definen como "un colectivo que lleva más de treinta años creando espectáculos musicales, con el objetivo de divertir al público" y a ellos mismos. Tras su número se procedió al acto de entrega de los diplomas con un llamamiento nominal a cada uno de los asistentes.

El rector Carlos Andradas coincidió con la vicerrectora en que a veces la profesión de profesor no es bien entendida, porque consiste en guiar a los estudiantes a ratos, acompañarles durante mucho más tiempo y "contagiarles entusiasmo, curiosidad y gusto por aprender". Esta última es, para el rector, la cualidad fundamental que hay que preservar por encima de todo, porque a ello dedican los profesores su vida y su esfuerzo. Y esa capacidad de contagio la tienen todos y cada uno de los docentes premiados, porque "tres años consecutivos sacando más de 90 puntos en las evaluaciones por parte de los estudiantes, no es nada fácil, es encomiable".

Entre los premiados hay muchas caras que Andradas reconoce, pero también muchas nuevas, y eso quiere decir que por fin va habiendo una mezcla intergeneracional, gente joven, "medida en la escala complutense", bromeó el rector, que se van incorporando a las aulas.

Para Andradas hay dos palabras fundamentales que resumen el acto: colectivo y compromiso. La primera, porque la UCM es un empeño colectivo que sacamos adelante entre todos, y compromiso, porque es el que demuestran todos y cada uno de los profesores con esta institución a la que pertenecemos y de la que nos tenemos que sentir orgullosos, porque "se dedican a lo mejor del mundo, recibir a jóvenes con la ilusión de aprender y que luego serán los que tengan que luchar, trabajar y colaborar para el bienestar social de todos".