"La Universidad Complutense es un espacio de libertad, de convivencia, de seguridad, en el que todas las personas pueden estudiar, investigar, estar, independientemente de su género, identidad sexual, raza o condición académica". El rector Carlos Andradas ha inaugurado con estas palabras la Jornada de Identidad de Género en la Universidad Complutense, que se ha celebrado este 25 de mayo en el Edificio Multiusos del campus de Moncloa, organizada por la Delegación del Rector para la Diversidad y el Medio Ambiente y por Arcópoli, asociación LGBT de la UCM, y en la que se ha presentado el Protocolo UCM de Gestión Académica de la Identidad de Género, que desde 2016 garantiza que en toda la documentación complutense figure la identidad elegida por cada estudiante.
Según explica Esteban Sánchez, delegado del rector para la Diversidad y el Medio Ambiente este protocolo es la aplicación en la UCM de la Ley 2/2016 de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y No Discriminación de la Comunidad de Madrid. "Nuestro protocolo es el primero que en la Comunidad de Madrid aborda de manera integral la identidad de género. Es un documento vivo con vocación constante de mejora y adecuación, y que es resultado de la colaboración fructífera entre esta Delegación, el Vicerrectorado de Estudiantes y la Asociación Arcópoli. La UCM es un reflejo de la realidad, y la realidad social es diversa, y la diversidad enriquece. La UCM contempla la diversidad como un activo, como una fortaleza de la institución", concluyó Esteban Sánchez.
La jornada reunió en la primera de sus mesas de debate a representantes de los cuatro partidos políticos con presencia en la Asamblea de Madrid. Carla Antonelli, del PSOE; Tomás Marcos, de Ciudadanos, y Eduardo Fernández Rubiño, de Podemos, lamentaron que la Ley, la más avanzada en esta materia no solo de España sino también de buena parte del mundo, no se esté materializando "simplemente porque -señaló Carla Antonelli- el partido del Gobierno, el PP, no cree en ella y ya se abstuvo en su aprobación". Para Ana Camins, del Partido Popular, el gobierno madrileño "está trabajando en elaborar el reglamento de aplicación de esta ley, pero no es una ley de fácil aplicación. No obstante -concluyó Camins- va a a ver la luz y va a ser una realidad espero que en breve".
La Ley 2/2016, más conocida como la Ley Trans, según explicaron los representantes de los partidos de la oposición, fue consensuada entre las tres fuerzas políticas y sacada adelante gracias a la pérdida de la mayoría absoluta del Partido Popular en la Asamblea de Madrid en esta legislatura, ya que, como recordó Carla Antonelli, ya se había planteado su necesidad en las dos legislaturas anteriores. Es una ley, como recalcó Tomás Marcos, muy consensuada con el tejido asociativo, y que debe servir también para superar los estigmas sociales que aún hoy sufre el colectivo trans. "Es necesario que la ley llegue también a la cotidianeidad", deseó el representante de Ciudadanos.
Los representantes de los cuatro partidos elogiaron a la UCM por el paso dado al desarrollar su Protocolo de Gestión Académica. No obstante, de acuerdo con el representante de Podemos, Eduardo Fernández Rubiño, sería necesario que la Ley del Espacio Madrileño de Educación Superior, que se está debatiendo en la Asamblea, se garantice también los derechos de las personas trans y LGBTI, para que estos no dependan de la voluntad de los Rectorados de las universidades.
Como resaltó en la inauguración de la jornada la presidenta de Arcópoli-UCM, Laura Jiménez, el Protocolo de la UCM ya está dando resultados. De hecho, son veintinueve los estudiantes que ya han visto modificados sus datos personales en toda la documentación generada por la Complutense (carné de estudiante, certificados, listas de clase, actas, censos electorales...) desde que se aprobó en 2016 el Protocolo. El rector Carlos Andradas no quiso olvidar la labor realizada por su anterior delegada en materia de Diversidad, la profesora Mercedes García, quien promovió que en lugar de esperar el desarrollo reglamentario de la ley, aún hoy pendiente, la UCM debía ser pionera. "En la universidad perseguimos la excelencia académica, pero también debemos perseguir la excelencia social, ser un espacio de convivencia, de libertad e igualdad", señaló el rector, para quien "se nos deberían abrir las carnes con que a estas alturas del siglo XXI aún tengamos que estar dando pasos en cosas que deberían estar hechas hace mucho tiempo".
