"El mejor invento académico del siglo XX que el resto del mundo se afana en imitar", define la vicerrectora de Relaciones Internacionales y Cooperación, Isabel Durán. "Una idea feliz, extraordinaria, posiblemente la que más ha contribuido a construir un sentimiento europeo", afirma el rector Carlos Andradas. "Un éxito colectivo ", considera Pablo Martín, director de SEPIE. "El mayor éxito de Europa", recalca el profesor Álvaro Martínez del Pozo. "Un virus perfecto", concluye la hoy escritora Nuria Coronado. Faltan palabras para subrayar la importancia del Programa Erasmus, esa feliz idea que la Comisión Europea puso en marcha hace 30 años y de la que se han beneficiado ya más de 9 millones de jóvenes europeos. La Universidad Complutense, la que más estudiantes erasmus recibe en sus aulas de toda Europa, no ha querido cerrar este año en el que se cumplen estas tres primeras décadas del Programa sin celebrar un acto conmemorativo, en el que se habló no solo de su inolvidable pasado, sino también de su magnífico presente y de su ambicioso futuro.
El acto celebrado en la Facultad de Medicina en la tarde del 14 de diciembre trató de hacer un recorrido por el devenir del Programa, desde sus comienzos en 1987 cuando 11 países, como recordaron el director del SEPIE (Servicio Español para la Internacionalización de la Educación), Pablo Martín y el entonces vicerrector de Relaciones Internacionales de la UCM, Carlos Seoane, se pusieron de acuerdo para poner en marcha una iniciativa que casi recibía más críticas e incredulidad que elogios. La Complutense se sumó al proyecto desde el primer momento y se integró en una red con otras prestigiosas universidades europeas que, al contrario del resto que se conformaron, apostó por los intercambios multidisciplinares. A los dos años "recibimos -recordó el profesor Seoane- el premio a la mejor red". De que saliera adelante aquella iniciativa que buscaba el intercambio de estudiantes entre universidades europeas tuvo mucha parte de culpa el entonces comisario europeo Manuel Marín, fallecido hace escasas fechas, y a quien el director del SEPIE y el rector Andradas no olvidaron recordar.
El Programa Erasmus - nombre que, como recordó la vicerrectora Isabel Durán, no solo sirve de homenaje al gran pensador y humanista Erasmo de Rotterdam, sino que es acrónimo de European Region Action Scheme for the Mobility of University Students (Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios)- nació con el objetivo de involucrar a un 10 por ciento de los estudiantes europeos. Durante años esa cifra quedó muy lejana -no fue hasta 2003 cuando se alcanzó el primer millón de intercambios-, pero en los últimos años las cifras se han multiplicado de manera espectacular, alcanzándose ya más de 9 millones. La Complutense, como destacó el rector Andradas, no solo es la Universidad que más erasmus acoge de toda Europa, sino que más del 10 por ciento de sus estudiantes participan en la actualidad en el programa. "Algo que no muchas universidades pueden decir", recalcó el rector. En concreto, en los últimos años llegan a la UCM alrededor de 2.000 erasmus y 1.800 complutenses salen al exterior (al multiplicarse por los 4 cursos de grado se alcanza el porcentaje de más de un 10 por ciento de estudiantes que participan en el programa).
Pero el Programa Erasmus ha sido mucho más que un programa de intercambio de estudiantes -de hecho, como recordó Isabel Durán, el actual Erasmus + tiene múltiples posibilidades que involucran también a profesores, personal de administración y servicios, instituciones...- convirtiéndose en una experiencia vital que ha cambiado la vida de esos millones de estudiantes que lo han disfrutado. Según diversos estudios, como destacó la vicerrectora Isabel Durán, la experiencia erasmus se liga al aumento de la curiosidad, la confianza, la capacidad de decisión, la resolución de problemas, la autoestima, las habilidades lingüísticas y comunicativas, el conocimiento de la cultura de otros países, la empleabilidad... "Además, de ese millón de bebés erasmus del que algunos hablan", bromeó la vicerrectora.
Erasmus + implica hoy a 157 países de todo el mundo. Ha saltado, por tanto, las fronteras de Europa en ambas direcciones, tanto de quienes vienen como hacia donde se va. ¿Cuál será su futuro? "Está abierto", se responde el director de SEPIE, pero todo indica que puede ir aún a muchos más. Como subrayó Pablo Martín el futuro del Programa se ha situado en las últimas fechas en el centro del debate europeo. El presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker habló en la reciente cumbre de Goteborg de reforzarlo y el presidente francés, Emmanuel Macron, ha afirmado que el objetivo es llegar al 50% de estudiantes europeos que lo realicen. "En la Comisión ya se habla abiertamente -señaló el director de SEPIE- de la posibilidad de duplicar su presupuesto". El actual es de 15.000 millones de euros en 7 años. "Ojalá suceda", desea Martín, quien, no obstante, menciona tres premisas que, a su juicio, no deben faltar en el futuro del Programa: "Más sencillo, más integrador y más inclusivo".
De que el Programa Erasmus ha merecido, merece y merecerá la pena se encargan de recordarlo testimonios de los millones no solo de estudiantes, sino también de profesores y personal de las universidades que han tenido relación con él a lo largo de sus 30 años de vida. El acto celebrado en Medicina reunió a varios de ellos en una mesa redonda titulada ¿Cómo ha influido Erasmus en sus vidas? A Nuria Coronado, erasmus en Roma en 1994 directamente se la cambió. "Descubrí quien era; me descubrí a mí misma. Sigo diciendo que fue el mejor año de mi vida", señala afectada aún hoy por el que llama "virus" erasmus, "un virus perfecto". También Pablo Montesinos, a quien el programa llevó a Finlandia, ha sentido un antes y un después en su vida. Hoy vive de su trabajo en una empresa de comercio internacional, pero sin dudar un instante "volvería a repetir año tras año" aquel curso en la Universidad de Jyväskylän. También repetiría -en su caso ni siquiera se quiere ir- el estudiante danés Rasmus Klausen, que disfruta en estos momentos de su estancia en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM. Rasmus anima a todo el mundo a pasar por esta experiencia, incluso más si, como es su caso, se tiene algún problema físico. Sus problemas de movilidad no le impiden estar viviendo "un tiempo inolvidable, en el vas confirmando tus propias capacidades", reflexiona.
El profesor de Químicas Álvaro Martínez del Pozo no pudo ser erasmus cuando más le habría gustado -"Cuando yo estudiaba aún no existía"-, pero es todo un experto en el Programa. Lo ha vivido durante décadas como profesor recibiendo a cientos de erasmus en sus clases y en el laboratorio. Dice que su sola presencia ya es enriquecedora para todos y que, aunque por supuesto los hay desde los que solo vienen de fiesta hasta los que buscan un verdadero beneficio académico e incluso investigador, al Programa solo le ve aspectos positivos. "Erasmus es el gran éxito de Europa", llega a afirmar antes de contar que también ha tenido experiencia en los intercambios que el programa contempla para docentes. Él ha ido a Estados Unidos y a Finlandia en estancias de una semana, y gracias, cuenta, que en momentos de dificultad económica como los de los últimos años, gracias a estos dos viajes ha podido establecer redes de colaboración en sus líneas de investigación que están deparando magníficos resultados.
También el personal de administración y servicio de las universidades tiene posibilidad de participar en el actual Erasmus +. Como explicó Elsa García Manzano, de la Oficina Erasmus de la Facultad de Educación, cada vez son más los miembros del personal que piden estas estancias de intercambio encaminadas a mejorar la formación en su respectivo ámbito laboral. Ella misma ha realizado varias estancias y, según afirma, "merecen la pena en todos los sentidos".
El acto también incluyó la entrega de un "reconocimiento erasmus" a ocho estudiantes complutenses que participaron en un concurso de relatos convocado este año por SEPIE en el que animaba a los que han pasado por el Programa a contar su experiencia. También el rector Andradas se animó a hacer una propuesta a la Oficina de Relaciones Internacionales de la universidad. Se trataría de convocar un concurso de fotografía para "ver la UCM a través de los ojos de los erasmus que nos visitan. Estoy seguro -concluyó el rector- que nos enseñarían a los de aquí a descubrir nuestra propia universidad".