Poniendo en marcha comunidades de aprendizaje en un colegio situado en una de las zonas más pobres de Madrid, donde conviven inmigrantes de 26 nacionalidades. Diseñando y grabando un pequeño curso en línea (NOOC) para mostrar a los estudiantes y profesionales de la salud la mejor manera de comunicarse y relacionarse con personas con enfermedades mentales o discapacidad. Colaborando con un programa alternativo de formación con los jóvenes que quedan por diversos motivos fuera de los circuitos habituales de escolarización. La ApS, la metodología conocida con el nombre de Aprendizaje-Servicio, se comienza a materializar en la Universidad Complutense en acciones concretas.
A comienzos de este año 2017 un grupo de 19 profesores de las Facultades de Educación, Trabajo Social y Enfermería inició el proyecto de investigación "El valor del compromiso cívico en la universidad: diseño, aplicación y evaluación de un programa integral de aprendizaje en servicio en la Universidad Complutense". En apenas unos meses han conseguido no solo integrar en el proyecto a más de 80 estudiantes, sino pasar de la fase de diseño a la aplicación real de esta metodología que ante todo consiste en aprender mientras se presta servicio a la comunidad.
Las actividades mencionadas son tres de las acciones concretas que está deparando este proyecto financiado a través de la convocatoria 2016 de Proyectos de Investigación Santander-UCM, como se mostró en las II Jornadas de Formación sobre la Metodología de Aprendizaje-Servicio en la Universidad, celebradas en las Facultades de Trabajo Social y de Enfermería, Fisioterapia y Podología los pasados días 2 y 3 de noviembre. Según explicó el coordinador del proyecto, el profesor de la Facultad de Educación Juan Luis Fuentes, estas acciones que ya se están comenzando a implementar no están vinculadas a asignaturas en concreto, sino que están planteadas como actividades complementarias por las que los estudiantes reciben 3 ECTS por cada uno de los dos cursos en los que las van a realizar.
Comunidades de aprendizaje
La acción de Aprendizaje-Servicio en la que mayor número de estudiantes está implicado es la que se está desarrollando en el Colegio Bienaventurada Virgen María, situado en el madrileño distrito de Latina, en el antiguo barrio de Caño Roto. Esta zona, según explicó el propio profesor Juan Luis Fuentes, coordinador también de este grupo de trabajo, es una de las más pobres de Madrid. En concreto, el 90 por ciento de los padres de las niñas y niños de este colegio perciben ayudas sociales, y muchos de ellos tienen como único ingreso la Renta Mínima de Inserción, es decir poco más de 500 euros mensuales. Además, es un barrio que reúne a personas de muy diversas nacionalidades. En el colegio los hay hasta de 26 países; cerca del 30 por ciento de los estudiantes son inmigrantes de primera generación, casi el 20% son de segunda generación (nacidos en España) y más del 15 por ciento son de etnia gitana. El rendimiento escolar es "muy bajo". Hay un gran absentismo y son muy frecuentes las denominadas conductas "disruptivas". Según explica el profesor Fuentes, los profesores del Bienaventurada Virgen María lo han probado todo. O mejor dicho, casi todo. "Ahora quieren apostar por implementar las denominadas comunidades de aprendizaje. Aprovechando la vinculación del colegio al barrio, quieren atraer a los padres al colegio, que se impliquen en la formación de sus hijos".
Las comunidades de aprendizaje se pueden, como explica Juan Luis Fuentes, desarrollar de muchas maneras, y de hecho el colegio quiere poner en marcha distintas iniciativas como tertulias literarias dialógicas, biblioteca tutorizada, formación de familias... Por ahora, solo se han desarrollado los denominados grupos interactivos, en los que con la participación de familias y voluntarios se llevan a cabo en el aula actividades diseñadas por el profesor para el refuerzo de materias instrumentales. Tras dos primeras sesiones formativas impartidas en el propio centro por los profesores de la UCM que participan en el proyecto, se han comenzado a incorporar los estudiantes. Su papel es participar en los grupos interactivos dinamizando las sesiones con los alumnos del colegio y sus familias. "Están participando, pese a los problemas para compaginar los horarios, alrededor de 40 estudiantes, aunque el colegio nos pedía 120. Son estudiantes de Educación Infantil, Educación Social y de Trabajo Social, en su mayoría", explica Fuentes, quien confía en que la experiencia sea positiva tanto para los alumnos del colegio como para los estudiantes de la UCM, y que incluso poco a poco puedan ir poniéndose en marcha otras actividades siguiendo la metodología de las comunidades de aprendizaje.
Tecnología contra la incomunicación
El profesor de la Facultad de Enfermería David Carabantes, ex vicerrector de Calidad y de Estudiantes de la UCM, coordina el grupo creado en el proyecto de investigación sobre enfermedad mental y discapacidad. Según explica, el grupo partió sin nada preestablecido y ha sido durante las reuniones con las aportaciones de las experiencias y visiones de sus integrantes cuando se ha ido viendo qué tipo de acciones podría ser interesantes llevar a cabo. Fue en la segunda reunión del grupo, celebrada a mediados de junio, cuando una de las estudiantes, Tamara García Garrofé, llegó acompañada de una persona con la que trabaja en la Fundación Magdalena. Entre las cosas que aprendieron ese día destacó las dificultades de comunicación que tienen las personas con diversidad intelectual cuando tienen que relacionarse con personal sanitario, no al tratar su enfermedad sino cuando simplemente acuden como cualquier otro ciudadano a una consulta médica o a realizarse alguna prueba. "En la tercera reunión tuvimos ya claro lo que queríamos hacer: un MOOC, para así llegar al máximo número posible de estudiantes o profesionales, sobre atención a personas con discapacidad en el ámbito sociosanitario", resume Carabantes, explicando que finalmente se ha decidido en una primera fase limitar la difusión del curso a la comunidad complutense, convirtiéndolo por tanto en un NOOC que se alojará en Campus Virtual. La idea es que el curso esté disponible para quien quiera realizarlo a partir de enero. Ya se han comenzado a realizar las grabaciones y los doce estudiantes están desarrollando contenidos interactivos.
Quiere-T-Mucho
La tercera acción concreta en la que van a participar profesores y estudiantes del proyecto de investigación se denomina "Quiere-T-Mucho". En este caso es una actividad dirigida a los alumnos de una de las Unidades de Formación e Inserción Laboral (UFIL) de Puente de Vallecas. Las UFIL son la última oportunidad formativa que tienen los chicos y chicas que quedan fuera de la Enseñanza Secundaria. Lo cierto es que no muchos aprovechan la ocasión, cercados por la droga y por lo general poco motivados. El CMS de Puente de Vallecas ha diseñado "Quiere-T-Mucho" para intentar cambiar esa situación. La actividad estrella es la participación de los alumnos en Radio ValleKas. La emisora ha cedido varios horarios semanales a estos chicos y chicas para que hablen de lo que les gusta o preocupa. Desde hace unas pocas semanas estudiantes, en su mayor parte de Trabajo Social, están colaborando no sólo en estos programas de radio, sino también en sesiones de gimnasio que se han habilitado en el propio CMS de Puente de Vallecas, en los talleres de baile, de "ligue" o "de chicas", asesorías en centros juveniles, "chococharlas" o cursos de dinamización. Los estudiantes podrán, según explica el profesor de Trabajo Social, Andrés Arias, ir proponiendo nuevas actividades.
También con el Ayuntamiento
El proyecto de investigación "El valor del compromiso cívico en la universidad: diseño, aplicación y evaluación de un programa integral de aprendizaje en servicio en la Universidad Complutense" está mostrando cómo esta metodología puede hacerse realidad de muy diversas maneras. No obstante, este proyecto no es lo único que se está haciendo en la UCM sobre ApS. De hecho, coordinado desde la Unidad de Apoyo a la Diversidad e Inclusión (UCM d+i), que dirige la delegada del rector, Mercedes García, la universidad ha presentado diferentes proyectos de ApS a la convocatoria lanzada por el Ayuntamiento de Madrid, para la que se firmó un convenio de colaboración entre el consistorio y las universidad públicas madrileñas, la UNED y la UIMP. De los once proyectos seleccionados por ahora para desarrollar durante el curso 2017-18, según informó Guillermo Mañanes, de la Dirección de Proyectos del Ayuntamiento de Madrid, en estas II Jornadas de Formación sobre ApS, cinco han sido propuestos y están coordinados por la UCM. En concreto, los proyectos están dedicados a adicciones, cuidados en salud, atlas de Madrid en guerra, vocación científica en estudiantes de Primaria y Secundaria, y mejora de la seguridad vial.
En las jornadas también estuvo presente la delegada del rector para la Formación Permanente, Prácticas Externas y Empleabilidad, Lucila Finkel. Según explicó en la oferta de formación para el profesorado que se ha recuperado este curso se han incluido, y se va a potenciar aún más en la próximas convocatorias, cursos sobre esta metodología que, como definió el profesor de Trabajo Social, Luis Nogués, uno de los pioneros en su puesta en práctica en la UCM, presente también en las jornadas, "significa, ante todo, poner alma a lo que se hace. Bueno, y también, en salir un poco de la comodidad del aula", concluyó.