"Aunque en estos dos años he sido en muchas ocasiones tildada de "buenista", con toda su carga negativa, estoy convencida de que la tarea de un ayuntamiento es cuidar a todos, prestando por supuesto mayor atención a quien más lo necesita, pero sin dejar a nadie de lado". La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, lo tiene claro: los poderes locales están para gestionar, servir o, como el propio Ayuntamiento de Madrid lo define, cuidar. "Madrid quiere ser la ciudad de los cuidados", afirmó la alcaldesa en la conferencia inaugural del curso "La vulnerabilidad y los cuidados en las grandes ciudades", que se celebra del 26 al 30 de junio en el Pabellón de Gobierno de la UCM y que está incluido en la programación de la trigésima edición de los Cursos de Verano de El Escorial.
Manuela Carmena aclaró al comienzo de su intervención que quería aprovechar el contexto de un curso de verano para lanzar algunas ideas que quizá sorprendieran a algunos de los presentes, pero que están basadas en sus experiencias personales. Así, antes de explicar las acciones que forman parte del programa "Madrid, la ciudad de los cuidados" que su Ayuntamiento ya está poniendo en marcha, la alcaldesa habló sobre el rechazo que en el feminismo puede causar el término "cuidados" cuando se relaciona con las mujeres. Para la alcaldesa, al contrario, la presencia de las mujeres en los puestos de gobierno debe plasmarse en una "visión diferente al gobernar masculino", y la dimensión de "la mujer cuidadora no de su casa, sino de la ciudad" es un factor de diferenciación, a su juicio, muy positivo.
A la vez que quiso puntualizar al feminismo, Carmena también reprochó a los movimientos de izquierdas su tendencia a denostar los valores individuales, "cuando lo verdaderamente importante es el ser humano". Tampoco le gusta que la izquierda huya "de forma visceral" de utilizar términos como ética o moral, o que, por ejemplo, no se vea con buenos ojos que a alguien altruista y comprometido con los demás, "como son la mayor parte de las personas de izquierdas", se le califique de "generoso". De acuerdo con la alcaldesa, la izquierda debe reflexionar sobre esta serie de prejuicios que no tienen razón de ser.
La alcaldesa critica que en ocasiones se anteponga la literalidad de las ordenanzas al espíritu de las mismas. "Es necesaria una gestión más humanista", reclamó
Carmena también trata de hacer autocrítica en el ayuntamiento que regenta. Uno de los aspectos en los que hay que "repensarse" es en la manera cómo se presta el servicio público. Según alertó, en muchas ocasiones se antepone la literalidad de las ordenanzas sobre el espíritu de las mismas. "Es necesaria una gestión más humanista", reclamó la alcaldesa, quien puso como ejemplo, la ordenanza que regula las ayudas a personas en situaciones de emergencia, y como éstas son obligadas a justificar con tickets en qué se gastan el dinero recibido. Esto hace, por ejemplo, que en lugar de acudir a la panadería de su barrio tengan que comprar el pan "en el Carrefour" para tener el ticket, o que un funcionario les deniegue la jusitificación de la compra de un detergente por no ser el más barato.
Para dar solución a situaciones como las descritas, el Ayuntamiento de Madrid propone "el cuidado como superación de la justicia". Lo hace a través de un gran plan, "Madrid, la ciudad de los cuidados", basado en cuatro grandes líneas, de los que la alcaldesa se centra en tres, ya que "la cuarta creo que está más orientada hacia la producción social, la economía de la ciudad, y no tanto a esto". La primera de estas líneas se titula "La ciudad que administra con cuidado" y se va a materializar en la obligación de que todos los funcionarios municipales reciban formación sobre cuidados, es decir sobre "empatía, comunicación, solidaridad...". El segundo eje es "La ciudad que cuida el espacio público y la vida en común". Un buen ejemplo de lo que se busca es, como explicó Carmena, lo espacios que a petición de los propios adolescentes se les quiere dar en los parques públicos, donde ya hay bancos para las personas mayores, columpios para los niños, pero nada para ellos. "Vamos a sacar un concurso de ideas para ver qué es lo que proponen", anunció la alcaldesa. El tercer componente del plan se denomina "La ciudad sensible a la vida cotidiana" y contiene, por ejemplo, programas contra la soledad no programada, "que ya este año se ha llevado a cabo en dos distritos y tengo especial interés en que se generalice".
Para concluir, la alcaldesa -quien estuvo acompañada durante su conferencia por el rector Carlos Andradas, la directoras de este curso de verano, Margarita Barañano y Marta Domínguez, y los secretarios del mismo, Sara Porras y José Manuel García Vázquez, director de Encuentros Complutense- señaló que la labor del Ayuntamiento en esta extensión de los cuidados a todos los que habitan la ciudad es "con nuestra batuta abrir camino", pero que realmente "es la propia sociedad la que tiene que cuidar de sí misma". Hay, según indicó Carmena, muchas maneras de hacerlo. De hecho, cuando llegó a la alcaldía la llamó la atención que hubiera 10.000 voluntarios en el Ayuntamiento, y que la mayoría no estuviesen vinculados a ninguna asociación o movimiento reivindicativo. "Esto también me hace reflexionar sobre formas de asociacionismo que se dan ahora distintas a las que conocíamos", apuntó la alcaldesa.