El Comité Permanente del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto dio el pasado 10 de mayo el visto bueno al proyecto presentado por los profesores de la Facultad de Geografía e Historia José Ramón Pérez-Accino y Francisco Moreno Arrastio para realizar una campaña de investigación en el Valle de las Momias Reales, en Luxor. Como destaca el profesor Pérez-Accino ésta será la primera campaña liderada por profesores complutenses desde los años 60 del pasado siglo, cuando el catedrático Martín Almagro dirigió una expedición en la presa de Assuan. "Martín Almagro dejó un gran sabor de boca y gracias a ello, además por ejemplo de la instalación en Madrid del Templo de Debod, la egiptología española ha estado presente en Egipto desde entonces, en proyectos como el del Yacimiento del Heracreópolis Magna, cuya concesión se mantiene desde 1966 coordinado por el Museo Arqueológico Nacional, y en el que yo también participo". La nueva campaña complutense, que se iniciará el próximo mes de octubre, quizá sea también recordada durante años, ya que en palabras de su director, el profesor Pérez-Accino, "podría desembocar en descubrimientos que incrementarían nuestro conocimiento de la historia de la necrópolis tebana".
Según explica Pérez-Accino, director del proyecto complutense, puede hablarse de dos grandes hitos en la historia de la egiptología: el descubrimiento de Tutankamon en el Valle de los Reyes, y el descubrimiento de las Momias Reales. Este último se produjo en 1881. En una tumba escondida aparecieron más de una veintena de momias de monarcas de las dinastías 18 y 19. Entre ellas estaban las de conocidas reinas y reyes como Hatshepsut, Amenhotep, Amenofis II, Tutmosis II, Tutmosis III, Tutmosis IV o Ramsés II, por citar algunos de ellos. Se cuenta que para evitar que fueran robadas por los "cazadores de momias" se sacaron de sus tumbas en una sola noche, y rápidamente llevadas en barco por el Nilo hasta El Cairo, en cuyo museo hoy se pueden contemplar. A las tumbas donde se encontraron las momias se accedió por una especie de pozo situado en un pequeño valle ubicado a la espalda del Valle de los Reyes. "Desde 1881, sorprendentemente -cuenta el profesor Pérez-Accino- no se ha hecho apenas más trabajo arqueológico en el denominado Valle de las Momias Reales, algo a principios del siglo XX y poco más".
Hace unos años un conocido mostró a Pérez-Accino una fotografía de una de las laderas del Valle de las Momias Reales, en las que apreció "algo" que decidió que debía ir a ver. En diciembre de 2014, algo más de un año después de ver la foto, por fin pudo aprovechar un viaje que hizo con estudiantes suyos "para ver otras cosas" y acercarse al lugar que aparecía en la foto. Comprendió que lo que había pensado al ver la fotografía posiblemente se quedaba corto en comparación "con lo que vi". Tomó muchas fotografías, unas 300, y tras más de un año estudiándolas, decidió presentar un proyecto de campaña de investigación al Ministerio de Antigüedades de Egipto. "Con la ayuda de la Embajada de Egipto en España, la de España en Egipto y finalmente el apoyo decisivo del secretario general de Antiguedades, Mustafa Amin, que es antiguo alumno de la Complutense, conseguimos la aprobación". El apoyo del decano de la Facultad de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero, también ha sido esencial.
Aunque es cauto con la información que ofrece -"debemos ser muy rigurosos e ir con pies de plomo-, Pérez-Accino explica que lo que han visto en las fotografías son "marcas en las paredes del wadi que nos indican una intervención humana que no se había detectado previamente. Nuestra hipótesis de trabajo supondría fundamentalmente dos cosas: por un lado, incrementaría nuestro conocimiento de la historia de la Necrópolis Tebana, y, por otro, explicaría probablemente por qué pusieron ahí las momias reales, probablemente destruyendo la idea de que esto era un escondite de protección, sino que casi con seguridad era un sitio con una especial significación".
"Nuestra hipótesis podría cambiar la historia que tenemos del desarrollo de la Necrópolis Tebana y explicar mejor por qué pusieron ahí las momias reales "
La primera campaña, para la que cuentan con financiación de la Fundación Gaselec, consistirá en una prospección fotográfica que documente las marcas de la acción humana que el equipo complutense cree haber visto en el Valle. "Vamos a hacer un mapeado de la pared, especialmente de las zonas en las que hemos visto cosas muy interesantes", señala Pérez-Accino, esperanzaso de estar ante "un descubrimiento muy relevante". "No puedo dar más información por ahora, pero esperamos que esta campaña irá seguida de otras muchas en las que podamos realizar excavaciones". El proyecto, como todos los que comienzan en Egipto, en un primer momento se realizará de manera conjunta con un organismo de allí, posiblemente con la Oficina del Consejo de Antigüedades de Luxor. "Por nuestra parte, a la primera campaña, que lo más probable es que sea en octubre, nos desplazaremos yo, como director, el profesor de Historia Antigua y gran arqueólogo, Francisco Moreno Arrastio, que es el subdirector; la conservadora de Egipto y Extremo Oriente del Museo Arqueológico Nacional, Carmen Pérez Die, decana de los egiptólogos españoles y antigua alumna complutense, y un fotógrafo. Aquí en España quedará un equipo base muy grande, en el que hay geólogos, documentalistas y estudiantes", explica Pérez Accino.
"El nivel de los egiptólogos españoles es muy alto a pesar de que la formación en egiptología que se ofrece en las universidades españolas en este momento es muy escasa"
El proyecto complutense será el noveno dirigido por españoles de los alrededor de 200 que en la actualidad se están llevando a cabo en Egipto. Este dato, de acuerdo con Pérez-Accino, revela que el nivel de los egiptólogos españoles es muy alto "a pesar de que la formación en egiptología que se ofrece en las universidades españolas en este momento es muy escasa". De hecho, como explica el profesor complutense, la mayor parte de esos egiptólogos que están allí trabajando se han especializado, como hizo él mismo, en el extranjero. "En mi caso, estudié aquí en la Complutense y luego me fui fuera. He sido profesor en Inglaterra durante 12 años hasta que volví hace ya una década con la clara intención de impulsar la egiptología". Hace 5 años, Pérez-Accino contribuyó de manera decisiva a la creación de la asociación Egiptología Complutense. A través de ella se ha ido promoviendo estos estudios, se han impartido cursos gratuitos de jeroglíficos, lengua y cultura, e incluso han organizado, hace apenas un mes, un congreso internacional. "Además, este año se ha impartido la primera edición de un posgrado en Orientalística y Egiptología, del que ya está abierto el plazo de inscripción para el próximo curso".
José Ramón Pérez-Accino está convencido de que la concesión de este proyecto en Luxor supondrá un gran empujón para la egiptología complutense. "Supone masa crítica de investigación, que se realicen tesis doctorales e investigaciones vinculadas temáticamente con lo que creemos que tenemos delante, que los estudios de egiptología en la UCM tengan visibilidad, que se haga transferencia de conocimientos a la sociedad en este campo... Además, el Consejo Supremo de Antigüedades nos exige que establezcamos una pequeña unidad docente, un field school, para formar a sus inspectores en técnicas que nosotros vamos a desarrollar en nuestro proyecto, como fotogrametría, análisis digital de imágenes, sistemas de información geográfica... Esta docencia la podrán impartir estudiantes de la Facultad, y así de esta manera podremos integrarles en el proyecto. Como se ve, son todo buenas noticias", concluye el profesor complutense, a quien ante todo "lo que más ilusión me hace es que la Complutense vuelve a Egipto. Es algo muy importante para mí".