Espacio Ankaria UCM ha nacido del convenio de colaboración suscrito entre la Fundación Ankaria y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Su misión es potenciar la producción gráfica contemporánea. El convenio se ha formalizado con las firmas de la vicerrectora de Relaciones Institucionales y Gabinete del Rector, Isabel Fernández Torres, y el presidente de la Fundación Ankaria, Ricardo Martí Fluxá. Las actividades de Espacio Ankaria UCM están encaminadas a fomentar y visibilizar la investigación en todo tipo de lenguajes y procesos gráficos, y muy especialmente, a apoyar el talento emergente, y para ello plantean la creación de una red internacional de acción dentro de estos ámbitos.
La primera acción de este convenio ha sido el seminario celebrado entre el 25 al 28 de abril en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid bajo el título Looking through the eyes of machines impartido por el artista, investigador y profesor de Grabado e Ilustración Paul Laidler. Dicho seminario se conecta con las prácticas del trabajo de creación e investigación que se lleva adelante en el Centre for Fine Print Research (CFPR) de la Universidad del Oeste de Inglaterra, en Bristol. Se trata de un singular proyecto que conecta el mundo de las tecnologías con la industria tecnológica, el ámbito de la ciencia y con los propios artistas. El seminario se desarrolló en dos partes: una primera conferencia en el Salón de Actos de la Facultad de Bellas Artes, y un seminario de tres días para los alumnos inscritos celebrado en los talleres de grabado de la Facultad.
Laidler explicó que en su taller Centre for Fine Print Research (CFPR), además del trabajo creativo, experimentan con las propias posibilidades de los productos tecnológicos, como las impresoras de tinta, que muchas veces tienen que ser modificadas por los propios creadores para conseguir unas prestaciones que esos mismos dispositivos, en su configuración original, son incapaces de ofrecer. Estas modificaciones son después comunicadas a los propios fabricantes con el fin de que puedan valorar su incorporación en las nuevas gamas de máquinas.
Entre los proyectos punteros que se han llevado a cabo en el taller de Laidler con el concurso de las tecnologías figuran la creación de piezas en 3D que consiguen hacer tangibles conceptos intangibles, como pueden ser las señales radioeléctricas, o el desarrollo de aplicaciones con un sentido comercial, como el que representa una aplicación llamada ColorStory, pensada para el teléfono móvil, que traduce en colores y en obra de arte aquellas imágenes fotográficas que una persona ha captado a lo largo del día.
Laidler también se refirió a los interrogantes y desafíos que abre el concurso de las tecnologías en el proceso de la creación artística, como los que se refieren a la propia autoría de unas obras en las que intervienen aplicaciones informáticas y archivos digitales o el propio valor en el mercado de unas piezas en cuya producción intervienen de forma directa los dispositivos electrónicos.
Como artista, la producción de Laidler ha recibido diversas distinciones y premios internacionales, y forma parte de colecciones internacionales en importantes instituciones internacionales, como The V & A, Tate Britain, School of the A rt Institute Chicago, National Gallery of Australia Canberra, The Royal West of England Academy y The Print Centre Philadelphia, entre otros.