En junio de 2016 nació la Unión Iberoamericana de Universidades (UIU), formada por las universidades de Barcelona (UB), la de Buenos Aires (UBA), la Complutense de Madrid (UCM), la Nacional Autónoma de México (UNAM) y la de Sao Paulo (USP), con el apoyo económico del Banco Santander. Isabel Durán, vicerrectora de Relaciones Internacionales y Cooperación, explica que dentro de esta Unión, el porcentaje más alto de las acciones se destina a proyectos de investigación, mientras que el 40% restante va a actividades formativas. Dentro de esta categoría en noviembre de 2016 se celebró un congreso internacional en la Universidad de Buenos Aires sobre Smart cities y macrociudades, donde se juntaron investigadores de esa área, y en concreto, de la UCM de la Facultad de Políticas y Sociología, liderados por el profesor Jesús Leal, junto al equipo de Margarita Barañano. De todos modos, la primera actividad formativa realmente dirigida a estudiantes ha sido la Escuela UIU "Enfermedades Transmisibles Emergentes", celebrada en la UBA del 6 al 17 de marzo.
Explica la vicerrectora que esta Escuela UIU "se ha concebido un poco a imagen y semejanza de la Escuela Complutense Latinoamericana, de la que ya tenemos muchísima experiencia, y como ya estaba en rodaje el tema de las enfermedades transmisibles, porque ya había un equipo de investigadores de las cinco universidades trabajando (por parte de la UCM, el profesor José María Bautista), se pusieron de acuerdo los profesores y diseñaron un curso de 50 horas, impartidas de 10 en 10 por cada uno de los docentes".
Esa primera Escuela UIU se ha llevado a cabo en la UBA de Buenos Aires, "aprovechando que la Escuela Complutense Latinoamericana iba a ser también en esa ciudad, aunque en la Universidad 3 de Febrero". La vicerrectora acudió a la clausura, el día 17 de marzo y percibió "que ha sido un éxito rotundo tanto a nivel académico como personal".
El profesor José Manuel Bautista confirma que "la experiencia de este curso internacional ha sido muy gratificante por varias razones". La primera de ellas ha sido tener que organizar "un programa congruente y novedoso con profesores de varias disciplinas, con experiencias docentes e investigadoras diversas y por tanto con puntos de vista no totalmente homogéneos". Esta interacción organizativa, de acuerdo con Bautista, ha generado "un claro enriquecimiento de las perspectivas formativas que un curso internacional puede ofrecer a alumnos de varias universidades que no podría realizarse de forma independiente por una sola Universidad".
Por otra parte, el curso ha sido también gratificante porque "ha demostrado que el eje de investigación y docencia es fundamental en la enseñanza universitaria para dotar al estudiante de perspectivas novedosas y aproximaciones innovadoras a los problemas que se estudian". Explica Bautista que los profesores participantes poseían una elevada formación investigadora que ha permitido orientar a los estudiantes mediante ideas muy similares basadas en que la experiencia práctica directa es la base de una formación de calidad. Menciona además "que la interacción directa con jóvenes formados en otras disciplinas de otras Universidades que contemplan unas realidades sanitarias específicas en el entorno de sus respectivos países ha promovido un intercambio intelectual entre ellos y nosotros, incentivando el intercambio de experiencias para ampliar las inquietudes científicas de los participantes".
Abel Martínez Rodrigo, uno de los doctorandos complutenses que acudió al curso, asegura también que una de las partes más importantes del curso ha sido poder hablar con gente en una situación académica similar a la suya, además, debido a la interdisciplinariedad del curso, incluso había otros estudiantes de doctorado de otras universidades haciendo la tesis en la enfermedad foco de su estudio, "lo que ha supuesto un extra muy positivo".
Explica el profesor José Manuel Bautista que aunque no estaban alojados con los alumnos, sin embargo, "si se estableció una buena relación durante las clases y en los intermedios donde se compartía el café y las inquietudes". Además, aunque los cursos fueron intensos se realizaron con un buen grado de sosiego y de reflexión sobre las materias que se impartían y "era obvio, que por la propia naturaleza humana y especialmente la universitaria, que entre los estudiantes de las diferentes universidades se promovió la puesta en común, el intercambio de información, la exploración conjunta y la aproximación de puntos de vista".
Las becas
Isabel Durán explica que los cupos de las Escuelas UIU son máximos de 50 alumnos, de los que 25 son becados externos y otros 25 son para la universidad sede, que tienen la matrícula gratuita. Cada universidad, por tanto, sacó cinco becas, "para cinco estudiantes, seleccionados entre alumnos de posgrado de áreas de Biomedicina y Bioquímica". Reconoce que "en realidad fue una ayuda, porque no cubría el total de la beca, y de hecho los estudiantes se quejaron un poco de que como está tan lejos y tan caro no les cubría todo, por eso para la próxima convocatoria seremos un poco más generosos".
Martínez Rodrigo reconoce que "la única pega e impedimento fueron las limitaciones económicas de la beca, la cual no cubrió ni el coste total del desplazamiento en avión". Según el doctorando de Veterinaria, la beca no cubrió ni el transporte, mucho menos el alojamiento y las dietas, "mientras que miembros de otras universidades (en las que obviamente el billete de avión era mucho más barato) han podido incluso ahorrar dinero, pagándose avión, alojamiento, y dietas...".
Aparte de que se aumente la cuantía de la ayuda, la próxima Escuela UIU será más asequible para los estudiantes complutenses porque se celebrará en la Universidad de Barcelona, y versará sobre macrociudades. Explica Isabel Durán que la sede se cambiará de manera rotativa entre las cinco universidades, con dos escuelas cada año.
Satisfacción
A pesar de esa queja por la cuantía económica, Martínez Rodrigo reconoce que el curso le ha permitido recordar y aprender nuevas cosas aplicadas todas ellas en el ámbito de la salud pública. También le ha aportado mucho "en el ámbito social, y de la red de trabajo, ya que supone conocer a gente como tú, estudiando en ámbitos similares o muy diferentes, así como tener su contacto".
Por su parte, para el profesor José Manuel Bautista, poder adaptar su conocimiento fuera de su contexto habitual es un reto y una satisfacción si finalmente se consigue. Por ello cree "que todo profesor que participa de esta experiencia colaborativa adquiere una comprensión más amplia de qué enfoques docentes diferentes dotan finalmente de complementariedad a la formación global de un estudiante universitario". En particular, sobre este curso "las perspectivas con que se abordaron las enfermedades transmisibles, aun teniendo muchos puntos en común, permitieron extraer aspectos que pueden tener especial interés al entorno particular de cada país o de cada región del mundo y es importante que un profesor pueda enseñar en otros entornos y otros continentes alejados para desarrollar una visión realista de las necesidades de la educación universitaria".
Investigación
Paralelamente a la tarea docente, la UIU tiene una faceta de investigación. Explica Isabel Durán que ya se está terminando una convocatoria de proyectos de investigación, para sacarla en breve, en la que se convocarán proyectos en áreas estratégicas que interesan a las cinco universidades, dos ya están en marcha, que son enfermedades transmisibles y macrociudades y las otros tres temas son estudios hispano-portugueses, museos y patrimonio, y biodiversidad.
Los grupos deberán estar formados por investigadores de tres, cuatro o cinco de las universidades de la UIU, y dos de ellas de distintos lados del Atlántico, para que no se unan solamente las de un continente.
Contarán con una financiación de 60.000 euros por cada universidad, 300.000 euros en total dentro del patrocinio del Banco Santander, y no tendrán que ser cinco proyectos de áreas diferentes, sino que se seleccionarán por el interés.
Añade la vicerrectora que "la UIU es uno de esos proyectos de cooperación en los que hemos invertido las cinco universidades mucha ilusión en que salga bien, y el contacto entre personas es tan fluido que estamos haciendo que funcione, además creo que es uno de los proyectos más interesantes del programa académico iberoamericano, y eso lo decimos todos los que participamos en él".
Por último, Isabel Durán anuncia que en mayo, en la Facultad de Derecho de la UCM se va a montar una cumbre de tribunales supremos de los cuatro países participantes en la UIU, con lo que se va a unir la Justicia con la Universidad, porque vendrán los presidentes de los tribunales supremos y los rectores de las cinco universidades.