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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Sábado, 21 de diciembre de 2024

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Leticia García Villaluenga, la fuerza de la mediación

Hablar de mediación en la Universidad Complutense es hablar de Leticia García Villaluenga. Ella ha sido, y sigue siendo, la gran impulsora de esta otra manera de resolver conflictos, una manera dialogada, participativa, "más democrática", como le gusta decir. Profesora de Derecho Civil, en 1997 puso en marcha uno de los primeros títulos universitarios de postgrado sobre mediación en España. Entonces era un título de experto, luego fue un especialista y ahora un máster. Después, en 2004, de la mano de la entonces inspectora jefe de servicios, Tebelia Huertas, introduce la mediación en la resolución de conflictos entre los trabajadores. Cuando en 2005 es nombrada inspectora jefe, pone en marcha un ambicioso proyecto de implantación de la mediación en la organización universitaria, a través de la formación y la intervención. Decenas de docentes con tareas de gestión, así como personal de administración de servicios, han pasado por algunos de los 16 cursos de formación continua que se llevan impartidos en la UCM, en colaboración con la Unidad de Formación del Pas. "Para el próximo, ya tenemos 200 personas en lista de espera", informa. En 2007 García Villaluenga es una de las cofundadoras del Instituto de Mediación y Gestión de Conflictos (IMEDIA). Este próximo mes de diciembre, agota su segundo y último mandato al frente del mismo. Lejos de conformarse con lo ya hecho, prefiere centrarse en el futuro. Habla de los retos que tiene el Instituto, en el que se quedará para ayudar "desde una segunda línea", y de sus planes de expansión internacional de la Conferencia de Universidades para el Estudio de la Mediación y el Conflicto (CUEMYC), que seguirá presidiendo. La mediación, al fin y al cabo, trata de eso, de abrir nuevos caminos.

 

García Villaluenga nos recibe en la sede del IMEDIA, ubicada en una vivienda de las casas de profesores que comparten jardines con el Pabellón de Gobierno de la UCM. Lo primero que hace es mostrar la colección de ilustraciones sobre la mediación que les regaló Guillermo Summers y también una colección de grabados donados por el Instituto de la Paz de la Universidad de Granada. En la mesa de su despacho, junto al ordenador, enmarcada, hay una caricatura suya hecha por los alumnos de una de las promociones del Máster de Mediación. En el bocadillo que sale de su boca se lee una de sus frases fetiche: ¡Seguro que podemos llegar a un acuerdo!

 

- Todo esto nace en la época del rector Berzosa, cuando se ve la necesidad de impulsar otros métodos de resolución de conflictos, más colaborativos, que complementen los existentes. Se entiende que en el ámbito que más se necesita es en el disciplinario y surge la oportunidad de desarrollar la mediación, incluso como una fase previa en los expedientes administrativos. Muchos conflictos tenían un componente interpersonal muy amplio y, además, la resolución final en muchos casos no satisfacía a ninguna de las partes, ni siquiera a la institución. También se comprueba que los conflictos reducen la productividad. Es ahí cuando desde rectorado se me encarga desarrollar un proyecto de mediación en la UCM. Fue una experiencia pionera en la administración. Tenía que ver con innovación social, con formular pautas de convivencia más democráticas, más participativas, ya que son decisiones que se toman entre las partes, aunque sean veladas y conformadas por la Administración, pero principalmente se trata de transmitir valores, es un proceso educativo...

 

Por supuesto, ni todo fue de color rosa ni la mediación resolvió todos los problemas.

 

No fue fácil al principio. Hay dinámicas dentro de la propia universidad que hacen muy difícil cambiar las reglas de juego, pero sí es cierto que todo ese proyecto se enmarca en un cambio de cultura de la organización. Nos dimos cuenta de que crear simplemente un servicio de mediación no tenía sentido porque la gente no iba a demandar algo que no conoce. Sin embargo, era muy importante que la gente fuera adquiriendo habilidades, herramientas para poder gestionar los conflictos que ocurren en su centro. Empezamos entonces a trabajar en esta línea, junto a compañeros como Ignacio Bolaños, que estaba en los juzgados y que se vino a colaborar e iniciamos la formación del personal de la UCM, que es el origen del equipo de mediadores actual. Llevamos 16 ediciones y es uno de los cursos más demandados dentro de la Universidad. Si en un principio se ofrecía solo para el PAS y PDI que tuvieran personal a su cargo, ahora es abierto a todos los miembros de nuestra comunidad universitaria que estén interesados, y hemos incorporado a las asociaciones de estudiantes. Diseñamos entonces -estamos en 2004 y siguientes- un proyecto de innovación que requería todo el apoyo del equipo rectoral y que fuera tratado como un proyecto institucional. Y así se consideró, y se ha seguido considerando por todos los rectores, primero Berzosa, luego Carrillo y ahora Andradas. Ha sido una política sostenida que nos ha permitido ir permeando la organización. , y  También creamos el equipo de mediadores con personal docente y PAS, que pasaron por un proceso de selección y se les habilitó a través del máster de mediación de la Complutense. Ahora somos unas 20 personas y estamos abiertos a intervenciones a cualquier miembro de la comunidad que tenga un conflicto y nos lo solicite y también nos pueden derivar de cualquier órgano de la UCM: recursos humanos, prevención de riesgos, inspección, defensoría, cualquier decano, gerente...

 

2007 fue el año del salto cualitativo. Se crea el IMEDIA y en 2008 se comienza a prestar desde él los servicios de mediación. Es más fácil acudir al Instituto, entonces alojado en la Facultad de Medicina, que a la Inspección de Servicios.

 

- Muchas personas nos planteaban que querían ir a mediación, pero no a Inspección de Servicios. Algunos responsables de servicios nos decían que  mandarían temas a mediación, pero que no querían hacerlo a la inspección. Vemos que la mediación tiene que ser algo transversal, que pueda estar al servicio de toda la comunidad universitaria, pero que tiene que tener una cierta independencia.

 

El Instituto permite abrir el abanico de actuaciones. Se continúa con los cursos de formación continua, el máster sigue consolidándose y se amplían las mediaciones en los conflictos internos... Y se añaden dos nuevas patas: los servicios externos y la investigación.

 

- Se aprobaron las tasas en Consejo de Gobierno y estamos haciendo tanto mediación familiar, como escolar, sanitaria, organizacional... Ahora estamos cerrando un convenio con el Ayuntamiento de Madrid para desarrollar mediación en las escuelas, y también un proyecto muy interesante con la Policía para formarles en habilidades para su trabajo cotidiano. También hemos desarrollado proyectos con la red de atención primaria de la Comunidad de Madrid. Al mismo tiempo instituciones con valores parecidos a los nuestros nos han pedido ayuda para poner en marcha proyectos similares, como la AECI, en proyectos de prevención e intervención y también capacitación. Otro proyecto interesante ha sido un I+d+i (Proyecto de investigación, desarrollo e innovación), de 2011 a 2013, del que fui IP, y vinculamos al Hospital Clínico de Madrid y al Campus de Excelencia Internacional. En él tratamos de trasladar el proyecto de convivencia de la UCM al hospital. Por ejemplo, el equipo de enfermería destacó, en su día, que había adquirido mayores competencias para resolver su trabajo día a día y con ello dar mejor atención al paciente. La filosofía en el fondo que nos planteamos es que dentro de las organizaciones es posible modificar nuestras pautas de conducta y mejorar la convivencia para, primero, trabajar sintiéndonos mejor en el día a día. Pero, sobre todo, para que el resultado de nuestro trabajo sea eficaz y que redunde en una mejora de calidad de servicio, que sería el objetivo último.

 

Leticia García Villaluenga estaría horas y horas hablando del Instituto, de lo que han conseguido, de lo que les gustaría llegar a hacer. Por ejemplo, cuenta que hace escasos días el rector Andradas firmó en nombre de la UCM un convenio con el Consejo General del Poder Judicial para que la UCM sea una de las instituciones de mediación a las cuales se va a derivar mediación intrajudicial. "Es decir vamos a recibir aquí en la sede del Instituto casos de mediación intrajudicial tanto civil como familiar en una primera etapa, con posibilidad de seguir ampliando. Significa que cuando hay un proceso abierto en los juzgados, el juez puede parar el proceso y mandar el caso a mediación. Es decir, a nosotros. Ello es posible porque hemos conseguido convertirnos y ser reconocidos como Institución mediadora en el Ministerio de Justicia. Somos la primera Universidad española en conseguirlo".

 

Pese a que le queda menos de un mes al frente del IMEDIA, García Villaluenga sigue hablando de las prioridades que tienen marcadas para el futuro. Explica que todo lo que se ha hecho en el Instituto ha sido gracias al trabajo en equipo y sabe que la persona que la va a sustituir seguirá trabajando de esa misma manera.

 

- En este momento queremos potenciar muchísimo la mediación intrauniversitaria. Nos damos cuenta en los cursos de formación que impartimos que las personas vienen con sus problemas y te piden que les ayudes. Tenemos que incidir mucho más en la difusión. Estamos dándole vueltas a cómo impulsarlo en los campus para que se fomente en las facultades. Es muy importante implicar a los estudiantes. Hay un proyecto muy bonito que está coordinando un compañero que se llama Juanjo Hidalgo, vicedecano de Odontolología, que está permitiendo que los estudiantes que vienen de colegios, como mediadores escolares, al llegar a la universidad los recibamos e incorporemos a nuestro proyecto de mediación en la universidad. Esto lo estamos haciendo también en colaboración con Mari Luz Sánchez, que es quien está impulsando la mediación escolar con el ayuntamiento, por parte del IMEDIA. Lo que planteamos es una especie de círculo que se retroalimente, en el que la universidad beba de la sociedad y la sociedad de la universidad. Este servicio de mediación intrauniversitaria cada vez lo estamos impulsando más entre docentes, PAS y estudiantes. Cada vez se tiene que dar más a conocer. Nos tienen que enviar casos los decanos, los gerentes, recursos humanos... Es un servicio gratuito.

 

Cuando deje la presidencia del Instituto, García Villaluenga se volcará un poco más en su labor al frente de la Conferencia de Universidades para el Estudio de la Mediación y el Conflicto (CUEMYC), un organismo que se creó hace cinco años y que aglutina a las 35 universidades en las que hay posgrados o institutos dedicados mediación.

 

-    Ahora estamos planteando crear una red a nivel internacional con las 35 españolas y las iberoamericanas. La idea es crear un observatorio que nos permita entender cuáles son los conflictos que está viviendo una sociedad líquida o globalizada como ésta. Nos servirá para hacer diagnóstico, asesoramiento e intervención. Nos va a permitir entender qué ocurre en la sociedad, intervenir y utilizar nuestras herramientas para pacificar. Esto es transferencia de conocimientos a la sociedad...

 

Antes de acabar nuestra visita al IMEDIA, la profesora García Villaluenga nos cuenta que el 17 de noviembre, la Asociación de Mediadores de Madrid le ha concedido el premio por su trayectoria profesional en mediación. "Me ha llenado de orgullo porque el reconocimiento entre pares tiene que ver con un trabajo de años de abrir caminos. Es también un reconocimiento a todo el equipo que me ha acompañado durante todos estos años. Desde la época de la Inspección hasta ahora. Hay nombres muy importantes como Ignacio Bolaños, Fernando Díe, Paloma del Hoyo...". García Villaluenga se emociona cuando habla de lo que ha sido capaz de hacer con otros muchos, pero aún más por lo que está por venir.

 

- Me voy ahora a Brasil por un tema de un proyecto de cooperación para el desarrollo que estoy dirigiendo allí. Estamos en la zona de la Amazonía desarrollando mediación escolar y mediación comunitaria. Uno de los temas que más nos apasionó conocer fue el de la justicia itinerante. Unos barcos van por la Amazonía dos veces al año, van impartiendo justicia, hay jueces que reconocen a los niños que van naciendo, médicos... Y nos hemos subido a ese barco de la justicia itinerante y hemos incluido la mediación. Esta semana me voy para cerrar el proyecto. Tenemos allí ya dos mediadoras que se han capacitado con nosotros en el Máster de Mediación y con ellas colaboran otras mediadoras brasileñas que se han formado también con nosotros. Lo estamos llevando a cabo con la Universidad de Rondonia, los tribunales de justicia y el gobierno del Estado de Rondonia. Son proyectos que nos permiten sobre todo trasladar todo lo que estamos aprendiendo aquí a nivel internacional y seguir aprendiendo de ellos. Por otro lado, también dirijo una colección de mediación en la Editorial Reus. Es la primera colección específica sobre resolución de conflictos y tiene netamente nuestro sello, así como el Anuario de mediación, que es la primera revista científica en España en estas materias.

 

Y sigue, y sigue, y sigue.

 

- Lo olvidaba. Estoy también muy contenta porque en la modificación de los Estatutos de la UCM que votará el Claustro el 15 de diciembre se incorpora la mediación como derecho de los trabajadores y los estudiantes.

 

Misión, casi, cumplida.

 

 

Leticia García Villaluenga, junto a algunos mediadores del Instituto
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