La CRUE, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, ha presentado su informe anual "La Universidad española en cifras", en esta ocasión con datos del curso 2014-2015. En total se han analizado más de un millón de datos facilitados por 48 universidades públicas y 16 privadas. El resultado son 200 cuadros clasificados en cinco grandes grupos: demanda de las enseñanzas universitarias; precios, becas y ayudas al estudio universitario; oferta de enseñanzas universitarias; recursos del sistema universitario, y resultados. Más allá del análisis y estudio pormenorizado de cada cuadro, el informe viene a desmontar algunas falsas creencias difundidas en los últimos años y que parecen haber calado en la opinión pública, y también a apoyar muchas reivindicaciones y quejas de las universidades.
Falsas creencias
Ni la sociedad española está sobrecualificada, ni van más jóvenes a la universidad que en ningún otro país ni en España hay más universidades per capita que en ningún otro lugar. El informe demuestra que el acceso a los estudios superiores en España es incluso inferior al del conjunto de los países desarrollados de nuestro entorno. En los países de la OCDE, un 57% de los jóvenes estudian un grado y un 22,2% un máster. En la Unión Europea, las cifras son similares, con un 56% de estudiantes de grado y un 25,7 de máster. España se queda en un 46,3% de jóvenes que cursan grados y en un bajo 10,2% que hacen másteres.
Sobre la supuesta sobrecualificación, los datos dicen que el 35% de la población española de entre 25 y 64 años posee estudios superiores (el 24% universitarios) y la media de la OCDE es un 34%, aunque en países como Estados Unidos llega al 44% y en Reino Unido al 42. En Estados Unidos, por cierto, hay una universidad por cada 376.455 habitantes; en España una por cada 566.781.
La crisis económica ha hecho que desde el curso 2008-2009 hasta el 2014-15 la demanda de ciclo y grado haya caído un 6,56 por ciento en España, aunque esta ha sido compensada por un fuente incremento de los estudios de posgrado (hay que tener en cuenta que en 2008 apenas había oferta de estos estudios), que han crecido hasta en un 58% en los másteres oficiales y un 20,2 en títulos propios.
Confirmación de datos preocupantes en precios, becas y financiación
Estudiar un grado en España y no en otro país de la Unión Europea sólo es más barato que en Reino Unido, Irlanda y Holanda. Los precios de máster también son los cuartos más caros, sólo por detrás de Irlanda, Reino Unido y en este caso Grecia. Llama la atención ver cómo en los países europeos más consolidados económicamente o de democracias más avanzadas, estudiar en la universidad no cuesta ni 200 euros anuales, como sucede en Alemania y Francia, o incluso es totalmente gratuito, como es el caso de los países nórdicos.
El informe analiza la subida de los precios públicos por comunidades autónomas. Las desigualdades son alarmantes. Si en Cataluña desde 2008 se han incrementado los precios un 158% y en Madrid, un 117,3%; en Galicia apenas han subido un 5,1 por ciento. Es interesante ver el cuadro que relaciona el coste de la matrícula con la capacidad de renta de las familias de cada comunidad autónoma. Para una familia media catalana, el importe anual de la matrícula universitaria es el 7,5 de su renta per capita, mientras que para una vasca es del 3,4 por ciento.
Las becas y ayudas que se deberían conceder para ayudar a las familias de rentas más bajas, han, valga la redundancia, bajado. En el curso analizado un 27% de los alumnos de grado (muy por debajo de los datos europeos) recibió algún tipo de ayuda. Quienes la recibieron, de media fueron becado por 2.637 €, muy lejos de los 3.256 € que se concedían en el curso 2012-13.
En cuanto a la financiación de las universidades, de 2014 a 2010 en España se han recortado 1.213 millones de euros, lo que supone una bajada del 17,89 por ciento. Se habló de que esta se compensaba con la subida de los precios públicos. No fue cierto, el aumento de recaudación se situó en los 419 millones. El resultado lo calcula un niño de primero de primaria: 1.213-419 = 794 millones de euros menos han llegado a las universidades.
Y sin embargo, los resultados son mejores
Los resultados tanto ligados a la docencia como a la investigación han mejorado. En el primer caso es importante saberlo, de cara a los devaneos sobre el 3+2 o el 4+1, ya que la primera promoción de estudiantes íntegramente adaptado al 4+1 implantado en España en su Espacio Europeo de Educación Superior ha mejorado su rendimiento académico (porcentaje de créditos aprobados sobre créditos matriculados) un 21%.
Los datos relacionados con la producción científica de las universidades también han mejorado. Salvo uno, por supuesto: el gasto que realiza España en I+D ha retrocedido a niveles de 2007. Pese a ello, desde 2005 hasta el 2014, las publicaciones de artículo científicos en revistas del primer cuartil (alto impacto) se han incrementado un 54%. También han aumentado indicadores ligados a la transferencia a la sociedad de los resultados de la investigación, como los ingresos generados por licencias como el número de patentes. En este campo, no obstante, todod los expertos están de acuerdo en que aún hay mucho margen de crecimiento.
Volviendo al retroceso del gasto en I+D en España. El informe incluye también un cuadro que compara la inversión española en 2014 con los países con los que se codea en las cifras de mayor número de artículos científicos publicados en las revistas de alto impacto. En Alemania se gastaron en i+D 1.395,22 millones de dólares por cada universidad con producción investigadora; en Estados Unidos, 1.156,90; en Corea del Sur, 1.147,09. La media de los países son 885,11 millones de dólares por universidad. En España se dedicaron 326,20 millones.
El informe, que ha sido dirigido por los profesores Juan Hernández Armenteros, de la Universidad de Jaén, y José Antonio Pérez, de la Politécnica de Valencia, aporta muchísimos datos más sobre variados aspectos, como la internacionalización (solo los Erasmus salvan las cifras), empleo (ser titulado continúa siendo una ventaja), recursos humanos de las universidades (la situación es grave tras años sin reposición) o el posicionamiento en los ránking internacionales (que prácticamente todas las universidades españolas estén entre las 1.000 mejores del mundo, no es tan mal dato). Los interesados en acceder al informe completo, lo pueden descargar desde la página web de la CRUE.