Hasta el 17 de junio se puede visitar, en la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes, la muestra "Nexo", que de acuerdo con Margarita González, vicedecana de Cultura de la Facultad de Bellas, vincula trabajos y proyectos de los alumnos que terminan los grados de Diseño y de Bellas Artes de la promoción 2012-2016.
La coordinación de "Nexo" ha estado en manos de estudiantes. Así, la responsable de la parte de Bellas Artes ha sido la alumna Ania Pedraza, mientras que María Eugenia Casamayor ha coordinado la parte de Diseño, y lo han hecho "tratando de hacer una convocatoria y una presentación de exposición donde los dos grados se relacionaran de una manera dinámica y fluida, porque la disposición en sala de las piezas permite que haya una relación entre ellas".
La selección de las obras expuestas también la han hecho los propios estudiantes con la ayuda de profesores, pero a pesar de esa ayuda, este es un proyecto autogestionado por los alumnos, y en la elección de obras se ha querido primar la calidad por encima de cualquier otro criterio. Para que no hubiera ninguna influencia externa más allá de la valoración de la obra, estas se presentaban de manera anónima.
La vicedecana confirma que la idea de esta muestra es que "la selección, la gestión y la organización sean un proyecto profesionalizante para los propios alumnos, tutelados un poquito por la estructura de la Facultad, pero donde son ellos los que defienden su trabajo, lo seleccionan, lo montan y lo ponen en diálogo con el espacio y con las otras piezas".
Cuando ya estaban todos los trabajos seleccionados se llevaron a la sala de exposiciones y se vio qué encajaba con qué. Según la coordinadora de Diseño "se exponen fotos de ese grado y otras de Bellas Artes, pero el conjunto dialoga porque tienen los tonos pasteles similares, o por ejemplo hay otras zonas en las que se ha intentado un diálogo con la naturaleza, o la maternidad, o unas puertas con unas imágenes de aspecto industrial... A partir de juntar todas las obras es cuando se estableció el diálogo".
Margarita González reconoce que "es una muestra del talento y del emprendimiento que tienen los alumnos, que han sido capaces de sacar adelante un proyecto que es muy complejo por la cantidad de piezas, por la puesta en común de obras de dos grados diferentes que a priori no tienen relaciones... Se puede decir que es una última experiencia destinada a profesionalizar lo que han aprendido estos años".
Casamayor también considera que "hay mucho talento, mucha capacidad y también mucha valentía en lanzarse a la piscina y tomar decisiones". Según ella, los alumnos están preparados para asumir el mundo profesional que les espera después de su graduación.
Las obras
La coordinadora de Diseño informa de que para ese grado "había un margen de 40 proyectos según las medidas que se habían pensado para imprimir los carteles, porque eran todas obras digitales y había que imprimirlas, algo que no hace falta en Bellas Artes donde eran obras originales". Luego se vio que sobraba algo de espacio y se invitó a otros dos proyectos más.
De acuerdo con Casamayor "hay un poco de todo, dentro de la sensibilidad de cada uno, desde cosas más ilustrativas hasta cosas más conceptuales, esculturas, vídeos, proyecciones... Respetando que cada uno tiene su lenguaje, su manera de hacer las cosas y su manera de contarlas, se ha tratado de darles voz".
Las hay reinvidicativas como la obra Nest, de Silvia Grimaldi, que "critica el maltrato a la Naturaleza, sacando al propio árbol de su contexto y convirtiéndolo en una pieza de indumentaria que se convierte en un grito de protesta contra la deforestación y la extinción de nuestra fauna".
Otras hacen referencia al metalenguaje artístico como las cuatro pinturas de Óscar Nafría Giraldo agrupadas bajo el título "Líquido In Fluyente". Según él, "normalmente el lienzo define, da forma y contextualiza a la materia pictórica, impone unos límites físicos tangibles además de lo que la obra representa. Sin embargo, en este trabajo, es la materia pictórica la que define la forma del lienzo, haciendo de su naturaleza regular y geométrica, algo caótica y orgánica".
Las hay enfocadas al diseño de un producto como "Mahou out", de Bárbara Alonso Cabrero o "Mahou Cake", de la propia María Eugenia Casamayor Leyva. O esculturas conceptuales como "Quizás mañana", de Ricardo Fernández y Rosa Bernárdez, que la definen como "patatas que se elevan a las alturas mientras sus raíces buscan el suelo, o no, quizás constituyen una investigación estética que conforma un volumen especial abstracto".
Otras provocan algo de desazón, como el "Retrato", de Tomás Blanco López, cuyo proceso "se basa en realizar pintura volumétrica a partir de una tabla entelada con poliamidas a la que después de la capa pictórica se ha añadido una gruesa capa de resina teñida".
Hay incluso ilustraciones de una gran belleza como las del libro "North, Ice & Life", de Isabel Barba, en el que se encuentran "30 especies de animales diferentes llenos de color, textura y dibujos a línea, combinando ilustración digital y tradicional, en un proyecto lleno de cariño y esperanza".
Algunas explican mucho, como los "Mitos modernos", de Pascual Artigas Conesa, que realiza grabados en los que mezcla esculturas clásicas de dioses con elementos modernos distorsionadores en un diálogo evidentemente crítico hacia los valores modernos. Y otras explican poco y hacen reflexionar, como la escultura de un joven con sudadera, aparentemente derrotado, realizada por Roberto Martín Martínez, y que se pregunta "¿Y dónde están?".
La lista continúa hasta los más de 50 artistas que exponen sus trabajos en "Nexo", una muestra abierta al público hasta el viernes 17 de junio.