En la ceremonia de Santo Tomás que ha albergado este año el Paraninfo de San Bernardo, se ha procedido a la investidura de los nuevos doctores de todas las facultades de la Universidad Complutense de Madrid. A ellos se ha unido un nuevo doctor honoris causa, el director Costa-Gavras, reconocido internacionalmente por filmes como Z, Missing, La caja de música o El capital.
El rector Carlos Andradas considera que la obra del director griego "es un imperativo categórico de denuncia de la maldad y el odio, es un combate contra la injusticia". De acuerdo con Andradas, "su cine nos saca de la zona de confort en la que vivimos para meternos en la historia de lo que ocurre o ha ocurrido en diversos lugares del mundo, con lo que nos enfrenta a una realidad que a menudo preferimos no conocer".
El laudator de Costa-Gavras, el profesor de la Facultad de Ciencias de la Información José Antonio Jiménez de las Heras, recordó que este es el tercer cineasta que recibe el doctorado honoris causa por la Complutense, tras Berlanga y Saura. Hubo un cuarto, que fue Buñuel, pero sólo lo recibió a título póstumo.
Jiménez de las Heras reconoció que el contacto con el director griego se consiguió gracias al tesón de Ricardo Jimeno, que dedicó su tesis doctoral al estudio de la obra de Costa-Gavras y Marco Bellocchio.
Consideró el laudator que el cine de Costa-Gavras es político, pero no ideológico, ya que "trata la política como materia dramática". Al mismo tiempo opinó que sus obras, al menos desde Z, combinan "la forma discursiva europea con el ritmo narrativo americano".
La obra del director es tan libre que "nunca se casa con nadie" y por eso ha recibido críticas tanto desde la derecha como desde la izquierda. A pesar de eso, o quizás por eso, ha conseguido captar el interés de varias generaciones de espectadores que tras ver sus filmes han decidido indagar más para conocer la verdad que en ellos se muestra.
Por su parte, Costa-Gavras recordó parte de su vida, desde sus orígenes en su Grecia natal hasta la actualidad. Con bastante humor, contó que en 1960 vino por primera vez a España, a rodar un filme en Torrevieja como ayudante de dirección. Allí decidió dirigirse a los técnicos en español con la ayuda de un diccionario. A los pocos días, la script-girl le dijo que los técnicos querían "partirle la cara" porque no eran capaces de entender sus órdenes. Desde ese momento utilizó a la script como intérprete y todo funcionó mucho mejor. De aquellos tiempos todavía recuerda expresiones como "Me lo dices o me lo cuentas", y otras que no consideró conveniente decir en voz alta en su investidura como doctor.
Repasó después su vida desde que llegó a París, donde pudo estudiar gratuitamente en la Universidad de la Sorbona y donde descubrió que el cine "puede tener el mismo papel que el teatro para mostrar la realidad".
De acuerdo con sus palabras, tanto Francia como el cine francés le aceptaron y decidió quedarse allí. Pronto conocería a Jorge Semprún con quien compartiría varios guiones y también una larga amistad.
Entre sus otros contactos con nuestro país, rememoró con orgullo el homenaje que le hizo la Semana Internacional de Cine de Valladolid en 2003, un acontecimiento que supuso el estreno en España de Hanna K., rodada en 1983, y una de sus películas más queridas. Para aquella ocasión también se publicó el libro De traidores y héroes, escrito por Esteve Riambau, que es uno de los mejores y más completos análisis de la obra cinematográfica de Costa-Gavras.
El rector Carlos Andradas alabó el trabajo del cineasta y con él al resto de nuevos doctores de la Complutense. Afirmó que el número de doctores en las empresas españolas es "testimonial, y eso es algo que hay que cambiar". La UCM es la universidad de nuestro país que más doctores produce y ahora "hay que conseguir que formen parte del tejido empresarial, para elevar el nivel de nuestras empresas".
De hecho, entre los muchos proyectos que espera poner en marcha este rectorado está la estrategia UCM2020, que entre otros muchos objetivos tiene el de incentivar la formación de nuevos doctores.