Acaba de proclamarse subcampeona del mundo de enduro y el pasado año acabó tercera en el campeonato del mundo de trial. se llama Sandra Gómez Cantero y desde hace cuatro años estudia Fisioterapia en la Complutense. La retirada, al menos temporal, de Laia Sanz -trece veces campeona del mundo de trial y tres de enduro- de estas disciplinas ha hecho que recaiga sobre sandra la difícil misión de mantener al motociclismo femenino español en lo más alto del podio mundial de las pruebas de habilidad.
Laia Sanz necesitó ganar el Mundial de Trial en más de una decena de ocasiones para que las pruebas femeninas del motociclismo de habilidad comenzaran a tener cabida en los medios de comunicación y alcanzaran una cierta popularidad. Su reciente noveno puesto en el Rally Dakar, el mejor alcanzado por una mujer en toda la historia de la prueba ha agrandado aún más su leyenda. Sustituir, por tanto, a un mito como Laia Sanz -centrada en las dos últimas temporadas en las pruebas de resistencia- no es nada fácil. Sin embargo, Sandra Gómez Cantero lo está haciendo con naturalidad. Lejos de penar o quejarse porque sus logros siempre se minusvaloren o comparen con los de Sanz, Sandra prefiere quedarse con la parte positiva de compartir deporte con "un caso único, una pionera. Laia -señala Sandra- nos ha abierto las puertas. Ha hecho que el mundo femenino del motor sea más conocido. Que sea española como yo para mí ha sido bueno. Además es mi amiga, y como tal siempre me ha apoyado, aunque también hayamos sido rivales".
Sin rehuir las referencias a Sanz, y siempre reconociéndola, Sandra (Cercedilla, Madrid, 1993) quiere forjarse su propia carrera y palmarés. A sus 21 años recién cumplidos ya ha sido tercera en el Campeonato del Mundo de Trial (2014), tercera y segunda en el Campeonato del Mundo de Enduro (2014 y 2015), subcampeona de los prestigiosos X Games (2014), campeona del Mundo del Trial por Naciones (2012), además de actual campeona de España de Trial. "Mi objetivo, ya para este año, es ser campeona del mundo de Trial, y para ello entreno y me preparo", señala con ambición.
A Sandra el mundo de la moto de campo le llegó, podría decirse, que a través de la sangre. Su padre y su hermano mayor han competido y ella desde los 2 años era asidua espectadora. A los tres ya se montó en una moto, "y de ahí poco a poco fui cubriendo etapas. Según fui creciendo empecé a participar en campeonatos de España, luego de Europa... Pero realmente hasta que no llegué a la Universidad no tomé la decisión de dedicarme a las motos en serio. Entonces tuve que tomar la decisión de centrarme en las motos o en los estudios. Y, claro, opté por las motos. Si quieres ser alguien en esto y competir al máximo nivel, tienes que estar volcada al cien por cien. Los estudios por ahora son como un hobby, una mochila para mi futuro".
Cuando Sandra habla de centrarse en la moto al 100 por 100, habla de entrenamientos de 5 horas diarias, 3 de ellas sobre la moto y el resto haciendo preparación física, corriendo, escalando, nadando o machacándose en el gimnasio. "Por supuesto, es duro, pero merece la pena. Al final, es mi trabajo, pero tengo la suerte de que es un trabajo que me gusta, me apasiona, y eso hace que el esfuerzo se lleve mejor".
En cuanto a su hobby de estudiar Fisioterapia, Sandra tiene claro que es algo que quiere tener ahí. Por ahora sólo se está matriculando en asignaturas teóricas, ya que los entrenamientos la impiden acudir con regularidad a la Facultad. "Vivir de las motos es muy difícil. De hecho, en categoría femenina creo que sólo quien queda primera puede decir que vive de esto. Yo, se puede decir que por ahora sobrevivo, pero mi ambición es poder vivir de ello. Lo de la Fisioterapia es para después. Además es algo que me gusta. Creo que ser deportista me puede ayudar a entender mejor a los demás. Yo he tenido lesiones duras. He estado, por ejemplo, seis meses parada por una lesión de tobillo y sé lo que se siente y cómo un fisio te puede ayudar a salir de ello, a esforzarte, a mejorar y, al final, conseguir ser tercera en el Mundial", explica Sandra.
Otra cosa en la que Sandra quiere ayudar es en equiparar al menos un poco el motociclismo femenino respecto al masculino. "Es algo que hablo mucho con los organizadores. Creo que se puede hacer mucho en este sentido. Por ejemplo, el mundial femenino está compuesto únicamente por tres pruebas, mientras que el masculino son diez. Una medida como que se celebraran las pruebas en paralelo populizaría mucho más el femenino y haría que los esponsor tuviesen mayor interés. También, por ejemplo, se podrían organizar pruebas del Mundial fuera de Europa, ya que hay muchos sitios en los que también hay mucha afición... No sé, creo que hay mucho por hacer, y que aunque haya bastante diferencia entre chicos y chicas por la fuerza que tienen ellos, el trial o el enduro femenino también es muy atractivo", concluye Sandra.