La Universidad Complutense homanejeó al profesor José María Arredondo, fallecido el pasado 3 de junio a los 67 años. Arredondo fue decano de la Facultad de Psicología entre 1986 y 1998.
El rector, el decano de su Facultad, compañeros y amigos del profesor fallecido participaron en un emotivo homenaje celebrado en un abarrotado salón de actos de Psicología, Facultad de la que fue decano entre 1986 y 1998 En un acto presidido por el rector Berzosa, la Universidad Complutense homanejeó al profesor José María Arredondo, fallecido el pasado 3 de junio a los 67 años. Arredondo fue decano de la Facultad de Psicología entre 1986 y 1998, periodo en el que, según indicó Pilar Ortiz, una de sus vicedecanas durante ese periodo, dió un enorme impulso a la Facultad, siempre a través del consenso. Entre sus numerosas iniciativas destacan la inclusión de las prácticas externas en los planes de estudios, la creación de la Unidad Clínica de Psicología o la puesta en marcha de proyectos de cooperación en países como Nicaragua o El Salvador. En palabras de Ortiz, gracias al “coraje y energía” de Arredondo “esta Facultad es hoy la que es”. En esta aseveración coincidieron también el profesor Juan Mayor y el decano que precedió a Arredondo en el cargo, Florencio Jiménez Burillo, quien señaló al homenajeado como “indiscutible protagonista en la breve historia de esta Facultad”. Destacó también su talante e incluso la dignidad que mostró durante su enfermedad. Pero Arredondo no sólo es recordado de puertas adentro de la Facultad de Psicología, uno de los antiguos decanos del centro homónimo de la Universidad Autónoma de Madrid, Amalio Blanco, se refirió a él como “el decano de los decanos”. Blanco destacó su trabajo y su defensa de esta ciencia a través de la conferencia de decanos de la especialidad. “Siempre supo mantener su rebeldía juvenil combinándola con su compromiso institucional. Luchaba por las cosas tal y como deberían ser, no como son”, añadió. Para Luis Jáñez, el actual director de Metodología de las Ciencias del Comportamiento, al que pertenecía Arredondo y del que también fue director, su predecesor era, ante todo, “un hombre de principios”, capaz de luchar por la estabiblidad de los jóvenes profesores antes que por su beneficio propio, “siempre anteponiendo al suyo el beneficio de la Universidad”. También se refirió a Arredondo como un “todoterreno”, un hombre polifácetico, que era capaz de impartir cualquier asignatura cuando fuese necesario y que, además de investigar en campos como la psicología matemática o el proceso de datos en psicología, luchaba por la inclusión de políticas de igualdad en la universidad. También, por supuesto, tuvo palabras de elogio hacia Arredondo el actual decano, Carlos Gallego, quien subrayó el legado que le dejó al frente de la Facultad. Gallego en su intervención leyó una carta enviada por un gran amigo del fallecido, el catedrático de Químicas Arturo Romero, quien se centró en el aspecto humano de Arredondo, destacando su cordialidad y generosidad. “Ante todo, era un hombre bueno”, señalaba la carta.