Tras ocho horas de travesía desde una isla a otra, superando una tormenta, la corriente en contra e incluso la picadura de dos medusas, Javier Mingueza reconoce que hay algo que siente más que el cansancio: "la satisfacción de poder ayudar".

Javier Mingueza, estudiante de Biológicas, es socio desde hace muchos años de Médicos Sin Fronteras. Hacía tiempo que rondaba por su cabeza la idea de llevar a cabo alguna actividad llamativa que sirviera para sensibilizar sobre la situación de las personas más desfavorecidas del planeta. A eso se unió su pasión por las Baleares y el reto personal de cruzar a nado desde Formentera a Ibiza (aunque finalmente el trayecto sería en dirección contraria para evitar las peores corrientes). La suma fue sencilla: reto personal y deseo de ayudar. Contactó con los responsables de Médicos Sin Fronteras y enseguida encontraron la campaña a la que podía adscribirse el acontecimiento, la de Enfermos Olvidados.

A principios del mes de octubre, y con unas condiciones meteorológicas poco favorables, Mingueza pudo realizar finalmente su travesía isleña. Cuenta que la primera parte fue bastante fácil porque las olas grandes iban a su favor y le ayudaban en el camino. De hecho tardó lo mismo en nadar los primeros once kilómetros que los cinco últimos del recorrido. Al final, tras el islote  de Espalmador la corriente era contraria a su paso lo que ralentizó su aventura. También ayudaron en el frenazo la picadura de dos medusas, una fuerte tormenta y el viento. De todos modos, Mingueza asegura que lo que sintió al llegar fue una gran satisfacción. Afirma además que tras ver las duras misiones a las que hacen frente los miembros de Médicos Sin Fronteras, lo suyo no ha sido más que "una milonga sin apenas riesgos".

La campaña

La campaña Enfermos Olvidados busca sensibilizar sobre todas aquellas personas enfermas que hay en el mundo y que no reciben tratamiento. Médicos Sin Fronteras calcula que tres millones de personas mueren cada año a pesar de sufrir seis enfermedades que pueden tratarse: malaria, sida, enfermedad del sueño, chagas, tuberculosis y kala azar.

Este último, el kala azar provoca la muerte de 60.000 personas al año. Más del 90 por ciento de los casos de los casos se dan en Bangladesh, Brasil, India, Nepal y Sudán. Sin tratamiento, es mortal en casi el cien por cien de los casos. El tratamiento es inaccesible para la mayoría de los habitantes de esos países, a pesar de que cuesta solo 160 euros.

Hay que tener en cuenta además que esa cifra es la más alta entre los tratamientos de las cinco enfermedades. Médicos Sin Fronteras informa de que tratar con antirretrovirales para el sida durante un año a un niño, cuesta 100 euros; tratar a un enfermo de tuberculosis durante seis meses, cuesta 70 euros; realizar pruebas de diagnóstico de la enfermedad del sueño a seis personas, cuesta sólo 60 euros;  hacer llegar un tratamiento a 55 niños enfermos de malaria tiene un coste de 20 euros, y un tratamiento a doce adultos con Chagas también cuesta 20 euros.

Mingueza no sabe cuánto se podrá recaudar con una acción como la suya, pero considera que eso no es lo más importante, sino sensibilizar a la sociedad. Considera además que "todo suma".

Todos los interesados en sumarse a la iniciativa no tienen más que visitar la página web http://www.yonolvido.org/. Ahí encontrarás información actualizada sobre la campaña, sobre las maneras de ayudar y sobre la prevalencia de las diferentes enfermedades en el mundo.