Los días 4 y 5 de febrero se celebraron en la Facultad de Veterinaria de la UCM las I Jornadas Nacionales de Innovación Docente en Veterinaria, organizadas por la Conferencia de Decanos de Veterinaria de España.
Como explica el decano complutense, Pedro Lorenzo, la relación entre las facultades españolas de esta especialidad es constante. "Somos pocas facultades, 11 en total, 9 públicas y 2 privadas, y eso nos hace tener mucho contacto entre nosotros. Desde la entrada en vigor del Espacio Europeo de Educación Superior -explica el decano- nos hemos visto obligados a replantearnos muchas cosas. La enseñanza basada en meter en una clase a noventa personas está muy bien, pero te deja corto muchas cosas. En los últimos años, han surgido diferentes ideas para complementar esa formación tradicional y, por eso, en la Conferencia de Decanos pensamos que sería interesante organizar unas jornadas en las que entre todos pusieramos en común lo que estamos haciendo".
Las Jornadas reunieron profesores de las once facultades españolas. "En total, ha habido más de 140 asistentes y se han presentado 63 comunicaciones y pósteres". La mayor parte de estas presentaciones han coincidido en introducir las nuevas tecnologías como complemento a la formación tradicional. "Las nuevas tecnologías -valora el decano de la Facultad de Veterinaria de la UCM- te abren múltiples posibilidades. Por ejemplo, y muchas de las presentaciones han ido por ese camino, se pueden utilizar simulaciones por ordenador o maniquíes para evitar manipular animales reales. Además de ser muy costoso trabajar con animales, las nuevas normas de bienestar animal limitan ese uso, por lo que desarrollar proyectos en este aspecto es muy importante".
Para Pedro Lorenzo, los grados solo tienen sentido si están acompañados de una fuerte innovación docente. "No se trata de huir de la clase convencional -insiste el decano-, pero sí de complementarla con nuevas herramientas, tecnologías o estrategias. Por ello es necesario invertir más dinero en calidad.Si no se invierte en innovación docente, los grados no tienen sentido. También sería deseable un reconocimiento a la labor de los profesores que innovan. Otras actividades, como la investigación, tienen una valoración objetiva, mientras que esta que es muy importante no está valorada. En la mayor parte de las ocasiones son labores muy voluntaristas, que en el mejor de los casos están apoyadas en proyectos de innovación con dotaciones muy escasas. Proyectos de 1.000 ó 2.000 euros, que en la mayor parte de los casos se van en pagar al informático que desarrolla la aplicación que el profesor ha tenido en mente. Insisto -concluye Lorenzo-, es necesario que la innovación tenga un reconocimiento, porque en ella está el futuro de nuestras titulaciones".
La mayor parte de las experiencias de innovación ya se están aplicando en las aulas, e incluso, como señala el decano, van a tener un reflejo importante en el nuevo plan de estudios de la titulación que se pondrá en marcha el próximo curso. Así, algunas de las experiencias presentadas por profesores complutenses en las jornadas ya se están implementando en la Facultad. "Por ejemplo, todo lo relacionado con el uso de herramientas para minimizar el uso de animales de experimentación ya lo estamos utilizando. Lo mismo pasa con programas y herramientas que se han diseñado, por ejemplo, para temas de toxicología clínica virtual, inmunología o virología. En este último caso -continúa explicando el decano- un grupo de profesores han desarrollado un trivial, que han denominado ´Virópolis" que está puesto en la red con acceso libre, de tal manera que los estudiantes puedan acceder desde su casa o desde los laboratorios y jugar en línea. La aplicación está elaboradísima y está dando excelentes resultados".