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Historia de la liquenología española

Breve historia de la liquenología española

Parte de la información sobre la liquenología española peninsular ha sido extraída de la checklist de la península Ibérica e islas Baleares (Llimona & Hladun 2001), de la versión on-line de la mencionada obra (Hladun & Llimona 2003: http://liquens.bio.ub.es/checklist/index.htm) y de Clementeana 5 (2004). En la relación que aparece sólo se incluye la primera publicación de los autores

Poco era lo que se sabía sobre los líquenes de España peninsular antes de Acharius. Asso (1779) publica 13 especies pertenecientes al géneroLichen. Asimismo, Quer (1784) trata 31 taxones de líquenes con la nomenclatura prelinneana.

Simón de Roxas Clemente, puede considerarse el padre de la liquenología española ya que como apéndice a su libro sobre variedades de vid (1807), publicó una lista de 122 taxones siendo varios nuevos, otros trabajos de éste autor quedaron inéditos. Posteriormente, algunos de ellos fueron publicados por Miguel Colmeiro (1863, 1867, 1889), que fue un mero recopilador del conocimiento que había hasta entonces.

Desde finales del siglo XIX hasta principios del XX, asistimos a la aparición de un buen número de trabajos dedicados a los líquenes, realizados por naturalistas españoles. Romualdo González-Fragoso (1883), José María de Lacoizqueta (1885), Francisco de las Barras (1896, 1899, 1900), Benito Vicioso (1898, 1899), Blas Lázaro-Ibiza (1898, 1900), José Pardo Sastrón (1903), Longinos Navás (1899-1910), Manuel Llenas-Fernández (1905-1909) y Luis Crespí (1930). Se aprecia cierta apertura al exterior con la colaboración de liquenológos europeos como Jacques Maheu (1935), Abel Gillet (1921, 1922) o Roger-Guy Werner (1935).

Con posterioridad a nuestra guerra civil existe un flagrante desinterés por la liquenología, y hasta Llimona (1969) no aparecen nuevos trabajos de liquenólogos españoles.

En esta nueva y productiva etapa se han agrupado, cronológicamente, los autores dedicados a la investigación básica (florística, corología, taxonomía, fitosociología y ecología de campo). Cuando parece que alguno de los autores ha abandonado la liquenología, se incluye la fecha del último trabajo conocido, marcada con un asterisco.

  1. Los pioneros: Xavier Llimona (1969), Presentación Espinosa (1971-1972*), Ana Crespo (1973), Eva Barreno (1975), Regina Carballal (1976).

  2. La primera oleada: Esteban Manrique (1977-1995*), Estela Seriñá (1977), Víctor M. Vázquez (1978-1981*), Leopoldo G. Sancho (1978), Néstor Hladun (1979), José María Egea (1981), A. Merino (1981*), Manuel Casares (1982-1996*), Jorge G. Rowe (1982), Víctor J. Rico (1980), Antonio G. Bueno (1980-1994*), Violeta Atienza (1981), Antonio Gómez-Bolea (1982), Bernarda Marcos (1982), María Eugenia López de Silanes (1983), I. Bravo (1983*), Ana Rosa Burgaz (1984), Pilar Torrente (1984-2002*), Begoña Aguirre (1984), Lluis Fiol (1984).

  3. La segunda oleada: Javier Etayo (1985), Pedro-Pablo Moreno (1985-1994*), Gustavo Renobales (1985-1996*), J. G. Pedreño (1985-1987*), Maurici Mus (1985-1990*), Aída García-Molares (1986), Pere Navarro-Rosinés (1986), Mireia Giralt (1986), Montserrat Boqueras (1986), M. V. Sequeiros (1986*), Leopoldo Bahillo (1987), Josefina Álvarez (1987), Arsenio Terrón (1987), Iris Pereira (1987-1992*), Rosario Arroyo (1988), Luis Balaguer (1989), M. A. Monsó (1989), Francisco-Leandro Alonso (1989-1996*), R. Iglesias (1989-1990*), M. J. Baeza (1989-1991*).

  4. La tercera oleada: María José Sanz (1990), Mercedes Barbero (1990), Magdalena Ventureira (1990*), J. Manzanero (1990*), Carlos P. Valcárcel (1991), Rosario Noya (1991-1993*), Fernando Valladares (1992), Simón Fos (1992), Antoni Canals (1992-1995*), Javier Blasco-Zumeta (1992*), M. Carmen Molina (1992), María José Sánchez-Biezma (1992), A. Muñoz (1992-1994*), Vicent Calatayud (1993), Isabel Martínez (1993), Francisco Sarrión (1993), Leonardo Gutiérrez-Carretero (1993-1994*), J. Martínez-Piñeiro (1993-1999*), Graciela Paz-Bermúdez (1994), Xavier Ariño (1994), Simón Fos (1994), Rosa Mª Ros (1994-1995*), Gregorio Aragón (1995), Bea Prieto (1995), Inés Ibáñez (1995-1998*).

  5. Los novísimos: Teresa Azuaga (1996), Ester Gaya (1996), Esperanza Calvo (1996), Vicente Deltoro (1997-1999*), Oscar F. Cubero (1997-2002*), Pilar Barquín (1997), Àngels Longán (1998), J. G. Segarra (1998), Maria Muntañola-Cvetkovic (1998), A. Díaz-Espejo (1998*), Esteve Llop (1999), Oscar Blanco (1999), Ana Belén Fernández-Salegui (1999), Montserrat Freire-Dopazo (1999), Fina Méndez-Anta (1999), R. Gavilán (1999), Vanesa Bernárdez (1999), Silvia Ortega (1999*), Mariona Hernández-Mariné (2000), José María Barrasa (2000), María Paz Martín (2000), Victòria Serra-Terzi (2000*), Manuel Cepeda (2000), Silvia Casas-García (2002), Jesica Seijo-Troncoso (2002), Yassin Aharchi (2002), Sergio Pérez-Ortega (2003), María del Carmen López-Prado (2003), Guillermo Amo de Paz (2004).

Hay liquenólogos españoles que trabajan en otros campos; como la ultraestructura, fisiología y ecofisiología y se pueden citar los siguientes: Florencio Bustinza (1947-1954*), Carmen Ascaso (1974), Carlos Vicente-Córdoba (1975), J. Galván (1975-1982*), Pilar Estévez (1976), Estrella Legaz (1980), María Teresa Tarazona (1980-1994*), María Isabel Orús (1982), Blanca Cifuentes (1983), Sonia Rapsch (1983-1988*), Fernando Valladares (1984), Adolfo Ávalos (1985), Elena Pérez-Uria (1888), Cesáreo Sáiz-Giménez (1991), José Luis Mateos (1991), William Sanders (1992-1997), Jacek Wierzchos (1993), María del Carmen Molina (1993), María Segovia (1994*), Angeles Calatayud (1994), Asunción de los Ríos (1996), Susana Vázquez (1996*), Ana Pintado (1997), Francisca Sojo (1997*), Burkhard Schroeter (1997), Khalid Bouaid (1998), Virginia Souza-Egipsy (1999), Ruth del Prado (1999), A. Guéra (2000).

Hay numerosos autores, no españoles, que publican datos procedentes de España peninsular: Maurice Bouly de Lesdain (1905), Herman Knoche (1921), Adolf Hugo Magnusson (1919), Roger Guy Werner (1935), Jósef Motyka (1938), Henry R. N. des Abbayes (1946), Joseph Poelt (1954), Gunnar Degelius (1954), Hans Rünemark (1956), Eduard Frey (1956), Rolf Santesson (1960), Teuvo Ahti (1961), Aino Henssen (1963), Oscar Klement (1965), Hannes Hertel (1970), Klaus Kalb (1970), Leif Tibell (1971), Gerard Follmann (1973), Volkmar Wirth (1975), Per Magnus Jørgensen (1975), Claude Roux (1976, 1992), Roland Moberg (1978), Harald Kilias (1978), David Hawksworth (1979), Joseph Hafellner (1979), Ingvar Kärnefelt (1979), Tor Tönsberg (1980), Christian Leuckert (1981), Brian J. Coppins (1983), Mark Seaward (1983), Belá Hankó (1983), Helmut Mayrhofer (1984), Einar Timdal (1984), David H. Brown (1985), Orvo Vitikainen (1987), Pierluigi Nimis (1987), J. Vivant (1988), Othmar Breuss (1988), Christhof Scheidegger (1988), H. Thorsten Lumbsch (1988), Ludger Kappen (1989), Emmanuel Sérusiaux (1989), Dagmar Triebel (1989), Johannes Knoph (1990), Paul Diederich (1991), P. van den Boom (1991), Guido Benno Feige (1993), Gerhard W. Rambold (1993), Martin Grube (1993), Jan-Eric Mattsson (1993), Mauro Tretiach (1998), Jack Elix (2000), Ingvar Nordin (2002), François Lutzoni (2003), etc.

 

Las Islas Canarias

Las Islas Canarias por pertenecer a la región Macaronésica han tenido una historia liquenológica algo distinta a la de la España peninsular. Su historia va muy ligada a la de las otras islas atlánticas que pertenecen a Portugal. La información que ofrecemos se ha extraído de Hafellner (1995, 1999).

Los primeros interesados en las biotas liquénicas canarias fueron naturalistas europeos como L. v. Buch (1825), J. F. C. Montagne (1840), G. Hartung (1857), P. Hepp (1864), F. C. Noll (1872), C. J. F. Bunbury (1875), J. M. Crombie (1877), A. M. Hue (1890-1892) que publicaron algunas referencias de líquenes en trabajos, en general, más amplios.

El comienzo del siglo XX continuó con la misma tónica y tampoco fue excesivamente prolífico, se publican pequeños listados: J. Steiner (1904), M. Bouly de Lesdaine (1911), J. Maheu & A. Gillet (1922), V. Gyelnik (1934), siendo el trabajo de C. J. Pitard & J. Harmand (1911) el más completo.

Una importante contribución a la flora canaria ha sido el trabajo de C. N. Tavares (1952) que a pesar del título de su obra incluye amplia información sobre la flora macaronésica y canaria en particular.

A partir de los años sesenta comienza a renacer el interés por estas islas, apareciendo numerosas referencias en trabajos taxonómicos amplios, como T. Ahti (1961), S. Kurokawa (1962), O. Klement (1965), H. Ullrich (1968), P. M. Jørgensen (1969). La década de los setenta tiene las mismas características y aparecen trabajos de G. Follmann (1970), S. Huneck (1970), D. L. Hawksworth (1973), O. Almborn (1974), J. Bystrek (1974), G. Degelius (1974), C. L. Champion (1976), H. Krog (1976), H. Østagen (1976), T. L. Esslinger (1977), G. Höfle (1977), W. Steglich (1977), B. J. Coppins (1978), P. James (1978).

Con la excepción de O. Fernández (1958) y A. Pizarroso (1958) puede decirse que hasta finales de la década de los setenta no aparecen españoles interesados en la flora canaria, de ellos existe un número variable de trabajos publicados entre los que destacan: Consuelo Hernández Padrón (1978), Lorenzo Sánchez-Pinto (1978), Pedro L. Pérez de Paz (1980) y Javier Etayo (1992). El resto de los autores han realizado aportaciones a la flora canaria, en general, puntuales: A. Crespo (1981), J. Naranjo (1981), A. G. Bueno (1982), A. Santos (1982), J. M. Egea (1984), P. P. Moreno (1984), X. Llimona (1987), P. Torrente (1989), E. Beltrán (1990), M. L. Gil González (1990), J. M. González (1990), J. L. Martín (1990), L. Sánchez (1990), M. Giralt (1991), M. Barbero (1993), V. J. Rico (1993), V. Atienza (1995), E. Barreno (1995), V. Calatayud (1995), F. L. Alonso (1996), J. M. Gónzalez-Mancebo (1996), A. R. Burgaz (1997), I. Ibáñez (1998), I. Martínez (1998).

En la década de los ochenta junto a los españoles se incorporan nuevos autores europeos: J. Poelt (1981), L. Tibell (1981), O. L. Gilbert (1982), T. D. V. Swinscow (1982), P. B. Topham (1982), F. J. Walker (1982), B. Hanko (1983), A. Tehler (1983), B. Büdel (1984), A. Henssen (1984), H. Hertel (1984), T. Nash III (1985), J. Hafellner (1986), S. Huneck (1986), R. Santesson (1986), O. Breuss (1987), G. B. Feige (1987), H. Mayrhofer (1987), P. L. Nimis (1987), B. Viethen (1987), F. J. White (1987), A. Vezda (1987), G. Rambold (1988), B. Ruef (1988), C. Scheideger (1988), D. Triebel (1988), C. Ruoss (1989).

Esta participación continua durante la siguiente década con los trabajos de L. Arvidsson (1990), M. Grube (1990), I. Kärnefelt (1990), M. Matzer (1990), P. Clerc (1991), P. Diederich (1991), T. Feuerer (1991), E. Timdal (1991), H. Vänskä (1991), K. Kalb (1992), H. T. Lumbsch (1992), O. W. Purvis (1992), E. Sérusiaux (1992), T. L. Esslinger (1993), H. Kümmerling (1993) C. Leuckert (1993), Sattler (1993), M. Schulz (1993), Wirth (1993), M. S. Christiansen (1994), B. Mies (1995), R. Lösch (1995), G. Rambold (1995), J. A. Elix (1995), P. M. McCarthy (1996), W. M. Malcom (1996), F. Berger (1998) y M. Westberg (1998).

 

Portugal

El conocimiento de la liquenología portuguesa es importante para la flora española ya que pertenece a la península Ibérica, no existiendo una frontera natural que separe ambos países.

En Portugal, la liquenología se inicia con Brotero (1804) que también incluyó todas sus citas en el género Lichen. Durante el siglo XIX y principios del XX hubo publicaciones dispersas: G. R. W. Arnold (1868), S. P. M. Estacio da Veiga (1869), J. A. Henriques (1881), J. Daveau (1883), I. Newton (1887), W. Nylander (1881), B. Lázaro-Ibiza (1898), L. Navás (1901), J. Harmand (1906), V. A. Cordeiro (1914), A. X. P. Coutinho (1916), A. R. Jorge (1918), J. Steiner (1918) y Gonzalo Sampaio (1916) que también tiene contribuciones a la flora liquénica española (1918), todo el material de Sampaio está en el herbario del Jardín Botánico de Oporto (PO).

Carlos das Neves Tavares (1914-1972), considerado como el liquenólogo moderno más importante, publicó numerosas contribuciones sobre Portugal y la Macaronesia, y una importante exsiccata de líquenes lusitanos (Lichenes Lusitaniae selecti exsiccati, 1951-1968). El herbario de Tavares está depositado en el Jardín Botánico de Lisboa (LISU). Lamentablemente, Tavares no pudo formar escuela, sólo la publicación de un trabajo (Reis do Barros 1942). Actualmente, hay publicaciones diversas sobre liquenología lusitana: Cecilia Sérgio (1981), S. Gonçalo (1981), Fernando Catarino (1991), Cristina Branquinho (1991), M. C. Freitas (1993), R. Figueira (1994), A. J. Sousa (1994), A. M. G. Pacheco (1994), M. A. Reis (1995), Palmira Carvalho (1997), Cristina Máguas (1991), Gisela Gaio-Oliveira (1999), E. Folhadela (1993), H. Aguiar-Branco (2000).

También, hay muchos autores no portugueses que han aportado datos sobre los líquenes de Portugal: M. Bouly de Lesdain (1922), E. Du Rietz (1926), A. Davy de Virville (1933), H. des Abbayes (1947), Teuvo Ahti (1961), W. Culberson (1969), G. Salisbury (1971), M. P. Jones (1980), O. L. Lange (1984), P. Clerc (1984), O. Breuss (1989), J. Jansen (1992, 1998), P. van den Boom (1990), M. Giralt (1991), W. O. van den Knaap (1992), A. Aptroot (1990-1995), J. M. Egea (1991), J. Etayo (1993), F. L. Alonso (1994), S. Fos (1994), P. Navarro-Rosinés (1994), A. R. Burgaz (1995), M. Boqueras (1996), X. Llimona (1997), F. Valladares (1997), J. Álvarez (1999), M. Sánchez-Biezma (1999), V. J. Rico (1999), A. Gómez-Bolea (2000), M. Barbero (2000), G. Paz-Bermúdez (2000), J. M. Barrasa (2001).