A modo de prólogo o de abrazo mediterráneo

El Mediterráneo excede su geografía delimitada. Es un manto tejido de mares de nombres distintos que son el mismo mar, de inabarcables culturas que han ido trazando senderos capaces de albergar infinitos laberintos. Es el mar de las muchas civilizaciones que salieron al camino allá en el oriente donde, cada día, se despierta el sol… Mediterráneo, mar del alba, donde han de empezar todos los viajes de iniciación, como enseñase nuestro señor Don Quijote…

Mediterráneo, un concepto nómada que se mezcla y enriquece en su peregrinar con una solemne parada en Grecia, desde donde se iniciará otro sueño: el de Europa. Grecia lo fue con India, con Mesopotamia, con Israel, con Turquía, con ese norte africano, con esas tierras pitagóricas, con el abrazo de España, tocando, con los dedos de agua, Portugal… Faltan nombres en el mar de los muchos nombres, que han ido cambiando de forma en el viaje del tiempo. Pero en sus orillas simbólicas, en el sur de ese “medio de la Tierra”, aún se reconocen los tres senderos unidos por la misma raíz: el pensamiento que crea un mapa capaz de dibujar y recorrer la vida aceptando la limitación que significa ser humano, y aprender, desde tal limitación, a estar en el mundo, es decir, la Filosofía. El Teatro que representa, ante los ojos del entendimiento y ante el cuerpo pensante, miedos, deseos, esperanzas y fracasos con el velo protector que supone compartirlos en esa comunidad que nos hace humanos. Y la Democracia, ese orden social -dice nuestra María Zambrano- que se fundamenta en no temer a quien no se nos parece. Tres pilares, sendas, raíces unidas en un principio “mediterráneo”, un “principio del sur” que ha llenado la mitología de nobles ejemplos y las constituciones de leyes que sembraban respeto: la hospitalidad.

Poéticas del sur, poéticas mediterráneas. Una poética de los caminos donde cabe el mundo porque cada poeta inaugura “el Medi-terrae” para que pueda decirse, en cualquier lugar de la Tierra, “mar nuestro”… Matria.

Matria aunque los textos fundacionales de la literatura “europea” parezcan hablar de guerra y exilio. Hemos leído la Ilíada y la Odisea, desde órdenes que habían enterrado, interesadamente, ese deber de hospitalidad. Pero si nos detenemos en los matices, en los detalles, la Ilíada es un alegato, a voces no escuchadas, por la paz: la guerra es un combate que causa lágrimas. Y la Odisea es la imposibilidad de “volver a casa”, acaso porque esa casa que ciertas violencias exigen abandonar se convierte en un fantasma, en una fantasía que no reconocemos… Y, sin embargo, las poéticas mediterráneas, tanto las que lo son geográficas como las que lo son por hospitalidad, siguen proclamando la revolución de los afectos.

Así quisimos que fuera el nacimiento público de nuestras Poéticas Mediterráneas, ese hermoso capítulo dentro del Grupo de Investigación “Poéticas de la Modernidad”, de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Un año más dicha Facultad protagonizaría la Semana de las Letras presentando al Grupo desde estas Poéticas llegadas de Israel y Sefarad, de Marruecos, de Irak, de Grecia, Italia, España… Casa Mediterráneo se sumaría a este hermoso viaje por ese Mar de mares. Alumnado de la Facultad de Bellas Artes, de la misma Universidad, modelaría manos que “recitarían” en lengua de signos dándole voz a tantas voces olvidadas. Y alumnado de cuarto año del Grado de Artes Visuales y Danza de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), y del Título Superior de la misma especialidad (Instituto Universitario de la Danza “Alicia Alonso”-URJC) danzarían esos poemas. Iba a ser el día 21 de abril, en el Paraninfo de la Facultad de Filología, en la Ciudad Universitaria de Madrid…

Iba a ser… Una experiencia difícil todavía de relatar se ha llevado los planes… Pero no la Belleza… Aquí está el libro que recoge estas Poéticas Mediterráneas 2020. En él, de un modo simbólico, está esa lengua que las manos ayudan a expresar: cuando vayamos pasando cada página, recorriendo cada verso hemos de recordarla. Y ahí está el cuerpo de todos los versos, atravesando el aire, dándole imagen y vida y movimiento a la vibración y a la longitud simbólica de las palabras. Cuando notemos que nuestro corazón late emocionado al encontrarse con la hermosura del alfabeto árabe, hebreo, griego, latino en castellano, acordémonos de las y los creadores plásticos y escénicos que trabajaban, con tanto talento como generosidad, para que estas Poéticas Mediterráneas ayudaran a purificar y engrandecer nuestras existencias.

Recuérdenlo: pensamiento, creatividad, respeto… Hospitalidad.

Y así lo seguirá siendo año tras año.

Y año tras año las Poéticas Mediterráneas entrelazarán voces y danzas, sonidos y lenguas, esculturas y letras en un abrazo que permita reconocernos y reencontrarnos.

Este es solo el comienzo del viaje. Un viaje por las siempre creativas aguas del Mediterráneo.

Grupo de investigación UCM. Poéticas de la Modernidad.