Mariano Peyrou
Mariano Peyrou nació en Buenos Aires en 1971 y desde 1976 vive en Madrid, donde trabaja de profesor de Escritura Creativa, Historia del Jazz y Estética de la Música. También se dedica a la traducción.
Sus últimas publicaciones son los libros de poemas Posibilidades en la sombra (Pre-Textos, 2019) y Diciembres iniciales (Pre-Textos, 2022), las novelas Los nombres de las cosas (Sexto Piso, 2019) y Lo de dentro fuera (Sexto Piso, 2021) y los ensayos Tensión y sentido. Una introducción a la poesía contemporánea (Taurus, 2020) y Oídos que no ven. Contra la idea de música intelectual (Taurus, 2022).
DEDICATORIAS Y DESEOS
A los que miran y envidian y surgen limpios y alegres de su envidia,
miran para otro lado y no vuelven a empezar:
que tengan que subir por una escalera cada vez más estrecha
y lleven cosas en las manos en vez de en los bolsillos,
y que se les vayan cayendo esas cosas
y un amigo los adelante y los releve cuando ya no puedan subir más
y eso baste para salvarlos.
A los que no me entienden pero me van a entender
antes de que sea demasiado tarde.
A la que quiero ver para ser yo,
tocar para salirme de mi lugar,
con quien ser yo es salirme de mi lugar.
A los que prefieren tener problemas.
A los orgullosos: que sigan repitiendo sus pasiones,
que la indiferencia no se enamore de ellos,
que los rechace y les enseñe el placer de negarse a uno mismo
negándoselo.
A los temerosos: que el mundo siga necesitándolos,
que su materia siga siendo obligatoria
y sus miedos lo más hermoso que hay a este lado de los animales.
A los deseosos que se mienten y viven en la espuma,
en la ida y vuelta de la sal y los labios,
que olfatean y esperan:
que los respiren sus fantasías,
que recuerden con más vehemencia lo que no pasó.
A los que prefieren que no se los mencione.
A los melancólicos que mezclan recuerdos e ideales,
confundiéndose con lo que más les gusta,
y cruzan sus recuerdos a modo de protesta:
que todos sus futuros los perdonen,
los elijan y abracen
antes de olvidarlos.
A los que estudian el contraste entre lo efímero y lo duradero
con una balanza inadecuada para pesar el viento:
que el viento se les meta en los bolsillos,
porque lo efímero está ahí y es infinito.
A los arrepentidos y a los sordos de espíritu:
que se pidan ayuda,
que se hablen con los ojos y se gusten con los ojos,
que se rocen en secreto con las yemas de los dedos,
que se acerquen al mar en medio de la noche y se laven las manos en el frío
y que no puedan despedirse nunca.
todo
del vuelo, las ganas
de la belleza, todas las imperfecciones
de los mejores jardines, lo indomable
de la inteligencia, el rechazo de lo fácil y brillante
de la oscuridad, la geometría
de lo que no fue, lo que es
del país, la ausencia
de un vaso lleno, el vaso
donde todo está permitido
cruzo la noche azul de la adolescencia
miro las luces la distancia las
señales del futuro
es un secuestro del futuro la manera en que
con granizo y niebla en la boca en los tobillos
humo azul en las arterias
elegir entre el granizo y la niebla
ésa es la libertad
entre el martillo y el clavo
entre la piedra y la arena en la imaginación
la piedra en el futuro
la arena en el alma
la piedra en el deseo
no deseo el objeto sino el momento de su
y el recuerdo
cómo estorba que te quieran
y todo lo que se puede compartir con alguien a quien no quieres
que ni siquiera te gusta
soñando con algo estable sin saber
que todo lo estable es muerte
sigo así pero eso ahora no
importaba entonces cuando todavía
el secuestro es que ya nunca más voy a ser yo
ahí era yo
iba y venía por mi vida
sin saber lo cerca que estaba de
por un lado
lo miré con mucha atención
por un lado estaba mal y por el otro estaba bien
lo cosí con mucho cariño
por un lado era verdad y por el otro era utopía
lo ausculté con muchísima esperanza
por un lado era una pregunta y por el otro un cambio de sentido
lo describí con mucha torpeza
por un lado estaba lejos y por el otro estaba en llamas
lo perdí con mucha alegría
por un lado era nuevo y por el otro era increíble
lo medí con bastante exactitud
por un lado era negro y por el otro era rojo
lo interrogué con cierta indiferencia
por un lado era igual y por el otro era distinto
lo acompañé con mucha ansiedad
por un lado estaba roto y por el otro estaba hablando
lo elegí con muchísima prisa
por un lado era suave y por el otro era húmedo
lo regalé muchas veces
y sólo tenía un lado