POLÍTICA ACADÉMICA
Los principios del nuevo PDA: aplicabilidad, equidad y reducción de la desigualdad
17 dic 2021 13:16 CET
El Vicerrectorado de Ordenación Académica se encuentra elaborando una nueva propuesta de Plan de Dedicación Académica que sea aplicable, equitativo y que ayude a reducir la desigualdad entre Centros y Departamentos.
El objetivo del nuevo PDA es reconocer el trabajo que excede las obligaciones normativamente establecidas y facilitar la conciliación de la vida personal, laboral y familiar de nuestro PDI. Se trata de dotar, progresivamente, los medios necesarios a los departamentos para mejorar las condiciones laborales de aquellos profesores, cuyas tareas exceden las estipuladas en la legislación vigente.
Además, el PDA debe marcar también objetivos que la Universidad considere estratégicos, y servir de incentivo para la consecución de los mismos, ayudándonos a mejorar la calidad de nuestro servicio a la sociedad, y como consecuencia, el prestigio institucional.
Durante los últimos años, la Universidad Complutense ha realizado un gran esfuerzo para revertir los efectos de sistemáticas limitaciones presupuestarias y de una mermada oferta de empleo público, que nos llevó a una peligrosa reducción de la plantilla, que envejecía mientras incrementábamos los contratos temporales. Y eso, a pesar de que las tareas crecientes, que para un profesional siempre vienen acompañadas de proyectos a explorar y desarrollar, estaban exigiendo ampliar la plantilla y reorganizar el trabajo, tanto de PDI como de PAS. Y es que, la distribución del trabajo debe hacerse además para ir armonizando la docencia y la gestión con la investigación y la transferencia, y tender al equilibrio de trabajo tanto entre profesores como entre los diferentes Departamentos y Centros de la Universidad Complutense.
Pero anteriores Planes de Dedicación Académica han generado una cierta frustración por la distinción entre PDA básico y PDA complementario, pues sólo se podían asignar plazas en base al PDA básico, y la mayor parte de los departamentos no tenían capacidad para aplicar el complementario. De esta manera, parte del PDA era reconocido como algo estéril, se perdía gran parte del componente de motivación, y se generaban dos peligrosas dinámicas: por una parte, la presión para que cada vez más actividades tengan asociadas exenciones docentes asociadas al cargo; y por otra, la idea de que toda actividad de carácter no docente debe tener una contrapartida en términos de descarga docente, lo cual puede conllevar una complejidad creciente en la gestión del PDA.
Este PDA que ahora se propone, pretende centrarse en las exenciones asociadas a las tareas más estratégicas y potenciar la gestión responsable de departamentos y centros.
En este contexto, una mejor descripción de las actividades que realizamos debe ayudar no sólo a distribuir mejor el trabajo, sino también a justificar ante la sociedad la necesidad de recuperar plantilla y presupuestos. Conviene, por tanto, dejar claro que una cosa es el necesario reconocimiento del trabajo que todos realizamos en la Universidad, que afectará directamente a nuestro prestigio como institución, y otra es la exención que podemos y debemos reconocer por la realización de tareas que no pueden asociarse a la dedicación prevista.
Actualmente, la propuesta está siendo negociada con la Mesa Sindical. Posteriormente será remitida a la Comisión Académica y al Consejo de Gobierno. Si la negociación se prolonga o no alcanzamos un amplio consenso, seguiremos prorrogando el actual PDA.