Proyectos de Investigación

 
La motilla de El Acequión es un yacimiento arqueológico situado en la finca del mismo nombre, a 14 km de Albacete. En él encontraremos evidencias de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. Entre ambas épocas no hubo continuidad en el hábitat, sino un hiato de casi un milenio tras el abandono de este lugar en el Bronce Medio.
El asentamiento de la Edad del Bronce se sitúa en medio de la laguna homónima y cuenta con dos potentes muros concéntricos.

La primera ocupación de este lugar se situó en el fondo de la laguna seca, en un momento caracterizado por una aridez de escala mundial que se prolongó siglos: el Evento Climático 4.2 ka BP. Con el paso del tiempo se creó en este sitio un verdadero tell: un montículo artificial generado por la acumulación de restos constructivos de diferentes fases, superpuestos unos sobre otros a lo largo de años.
La ocupación de la Edad del Hierro se ubicó encima de esta elevación, que sobresalía de la lámina de agua desde la finalización de la megasequía. Además, la cultura ibérica colonizó la ribera de la laguna, que fue utilizada como área funeraria.
El Acequión fue la primera motilla en ser declarada Bien de Interés Cultural. Entre los años 1986 y 1989 fue excavada cuatro meses por el equipo dirigido por Manuel Fernández-Miranda, Mª Dolores Fernández-Posse y Concepción Martín Morales. En la actualidad los trabajos arqueológicos en esta motilla son dirigidos por el profesor Luis Benítez de Lugo Enrich; en 2023 el Ayuntamiento de Albacete firmó un convenio con la Universidad Complutense de Madrid para avanzar en la investigación y recuperacióm de esta motilla.

El Ayuntamiento de Albacete ha publicado una página web con abundante información: elacequion.es.

 

Secuencia cultural

 

El Acequión fue un lugar habitado durante la Edad del Bronce y también en la Edad del Hierro, con un hiato entre ambas ocupaciones de aproximadamente 1.200 años, durante los cuales el lugar se abandonó.

Este sitio se caracteriza por la presencia de una laguna, cuyas oscilaciones han influido de forma determinante en los asentamientos aquí generados.

 

La fase de la Edad del Bronce tuvo una ocupación de aproximadamente 510 años, fechada entre 2275 cal BC y 1765 cal BC a partir de muestras de vida corta. Se trata de un rango cronológico compatible con los límites establecidos para la Cultura de las Motillas, también conocida como Bronce de La Mancha.

Hoy sabemos que la primera instalación en El Acequión (Bronce Antiguo) se situó sobre el fondo seco de la laguna (no en llano por tanto, sino en una zona deprimida), en relación con la megasequía provocada por el Evento Climático 4.2, que duró varios siglos. Investigaciones recientes parecen indicar que el propósito original de esta instalación fue la captación del agua subterránea que se encontraba muy somera en el lugar. Aquel momento de gran aridez a escala mundial es sincrónico con el comienzo del asentamiento en la motilla.

Con el tiempo, las aguas regresaron a la laguna. En el Bronce Medio, momento en el que la motilla fue abandonada, el sitio carecía de torre y contaba con un doble recinto de mampostería caliza irregular, que separaba el interior del asentamiento de las aguas de la laguna. No se ha constatado la existencia de puerta de ninguna clase. El montículo artificial de la motilla sobresalía entonces sobre las aguas de la laguna.

En el interior de la motilla se han encontrado tanto contextos de hábitat como funerarios. Un individuo adulto y tres infantiles fueron enterrados en el estrecho espacio situado entre ambos recintos.

 

Durante la Edad del Hierro un pequeño asentamiento ibérico fue instalado sobre la ruina de la motilla. Esta ocupación no puede considerarse un poblado, en sentido estricto, dado que se limita a unas pocas edificaciones de pequeño tamaño, sin entrada ni muralla de protección. Las construcciones de la Edad del Bronce no fueron aprovechadas por esta comunidad ibérica, dado que se encontraban arruinadas y bajo tierra, en el interior del tell. En este momento no existe espacio funerario dentro de la motilla, sino en las orillas de la laguna.

 

Las excavaciones arqueológicas desarrolladas en la motilla entre 1986 y 1989 por el equipo dirigido por Manuel Fernández Miranda, María Dolores Fernández Posse y Concepción Martín Morales condujeron a la declaración de este espacio como Bien de Interés Cultural, en 1991. Fue la primera motilla en alcanzar este nivel de protección administrativa.

Numerosos objetos de la vida cotidiana de la Edad del Bronce fueron recuperados en el trascurso de aquellas investigaciones. Los materiales selectos se encuentran hoy depositados en el Museo Arqueológico Nacional o, mayoritariamente, en el Museo de Albacete.

Fotografía: José Luis Sánchez-Oppida