Resumen y estructura del proyecto
La investigación que proponemos querría actualizar la pregunta que en 1946 Jean Beaufret dirigía a Martin Heidegger: Comment redonner un sens au mot Humanisme? Si la palabra había perdido su sentido o se había vuelto sospechosa era, naturalmente, porque las posiciones filosóficas del humanismo habían sido a menudo incapaces de enfrentarse a un anti-humanismo práctico al que a veces sirvieron de coartada intelectual, que dio lugar al gigantesco desastre antropológico de las dos guerras mundiales y de los totalitarismos. Y probablemente como reacción a ese uso sofístico de las palabras, la respuesta de Heidegger a Beaufret constituye (al menos en su lectura dominante) la matriz de lo que luego fueron los grandes antihumanismos teóricos que concentraron algunas de las corrientes más relevantes del pensamiento contemporáneo (Althusser, Foucault, Deleuze), y que frecuentemente se justificaron en la necesidad de dar cuenta de un mundo señaladamente anti-humanista, anti-humano o post-humano. ¿Por qué, entonces, volver hoy a plantear esta vieja cuestión? Quizá pueda ser suficiente motivo para ello la dolorosa evidencia de que, al contrario de lo que vaticinaban las utopías vanguardistas de principios del siglo XX, el hombre no ha sido superado o abolido por el devenir histórico de una técnica que, en cualquier caso, domina su mundo y sobrepasa sus facultades.
Parafraseando a Adorno, podríamos decir que el hombre, a quien se había dado ya por sobrepasado junto con el contexto del humanismo burgués, ha sobrevivido a ese decreto precisamente porque dejó pasar el momento de su superación, aunque lo haya hecho en condiciones de inferioridad, de marginalidad, de penuria o, como dice G. Anders, de obsolescencia. El humanismo cuya actualidad deseamos replantear se refiere a este residuo humano que la técnica no puede reciclar ni desechar, y con respecto al cual carecemos en buena medida de instrumentos conceptuales para pensar su realidad. No es, sin embargo, el humanismo de la época de los ismos lo que aquí puede servirnos de guía principal, sino justamente lo que de atención a esta noción modesta de lo humano como resto u obsolescencia encontramos en algunos de esos discursos que se han catalogado como anti-humanistas (Foucault, Deleuze) o como nihilistas o negativistas (Benjamin, Adorno, el propio Heidegger), a veces incluso en contra de sus pretensiones más explícitas.
Por todo lo anterior, el replanteamiento del humanismo es inseparable de una reconsideración de la cuestión misma de la técnica, es decir, del significado de la técnica en este contexto de crisis sistemática de lo humano. En este sentido, no solamente hemos de acudir a las reflexiones sobre la técnica que operan en el mismo momento histórico al que comenzábamos refiriéndonos (la Meditación de la técnica de Ortega, La pregunta por la técnica de Heidegger, etc.), precisamente para superar el concepto ingenuo de técnica y alcanzar su significado epocal, sino que es preciso retrotraerse hasta el origen moderno de esta cuestión de la relación técnica-humanidad (en la "Crítica del Juicio" de Kant), por una parte, y, por otra, sondear críticamente las desembocaduras contemporáneas del mismo problema en aquellas formaciones teóricas que de un modo más expreso intentan reformular lo humano en contextos netamente tecnológicos (las fuerzas productivas, las máquinas deseantes, los dispositivos pulsionales o la microfísica del poder).
En consecuencia, nuestra investigación se orientará según tres áreas temáticas, a las que se vincularán distintos seminarios de investigación y doctorado:
1. La disputa sobre "humanismo" y "antihumanismo" en el Siglo XX. Elementos para una tópica.
2. La técnica moderna y las “superaciones del hombre”. Examen del motivo de la actualidad del humanismo a la luz del problema de la inactualidad del hombre.
3. La determinación de la humanitas del hombre en la Crítica del Juicio y el humanismo clásico. Reconstrucción de una tradición desplazada.