Visita a la exposición

Nuestra segunda sesión tuvo lugar el 7 de febrero del 2021, donde tuvimos la oportunidad de acercarnos y crear juntas a través del itinerario Haciendo visible lo invisible. Con esta propuesta, reflexionamos sobre todo aquello que permanece invisible, que se escapa de la mirada, que está en un punto ciego; a veces esta invisibilidad es oscura y misteriosa, otra transparente, y otras pasa desapercibida. Cuestionar la invisibilidad nos permite preguntarnos sobre qué es aquello que permanece invisible dentro de mí que me gustaría detenerme a mirar o qué quiero hacer visible de mí que normalmente no muestro. 

Comenzamos nuestra visita frente a la obra de Zoé Vizcaíno, Into the Maestrom, y nos detenemos para preguntarnos, qué veo, qué pienso, qué me hace sentir, a dónde me lleva. Uno de los participantes nos comparte “me lleva a un recuerdo salado, y me trae cerca de mí familia, del mar y pescadora”. Desde esta escucha sensible, también descubrimos que se nos despierta una sensación de vértigo y profundidad a partir del movimiento de las aguas que genera el remolino. Como la misma Zoe nos trae, los remolinos nos conectan con una “fuerza centrípeta que arrastra y concentra la materia hacia una profundidad invisible”

Nuestra siguiente parada nos situó frente a las obras de Carlos Irijalba y Marco Godoy. Viendo la superficie de las obras, del muro y de las cuevas, nos preguntábamos sobre la historia que cada una de ellas recogía, una cultura, una mirada del pasado, una experiencia, o incluso recogen momentos de la historia de los que no se habla dejándolos invisibilizados de nuestra propia historia. 

Nuestra última parada son las obras de Elena Bajo, All tangled up in a fading star, y Patricia Dauder. Para ello colocamos sillas en un extremo de la sala de forma que podemos ver la obra de Patricia a nuestros pies y la obra de Elena al fondo, queriendo traer un momento final de reflexión sobre el pasado, el presente, el futuro, y las huellas invisibles que vamos dejando a nuestro paso por la tierra y por la vida. Juntas nos preguntábamos ¿qué dejaremos enterrado? ¿qué huella quedará? 

La obra de Patricia, es parte del proyecto Groundworks, en el que envuelve en tela trozos de madera quemados, y los deposita debajo de la tierra durante un periodo de tiempo. Al desenterrarlos las piezas habían dejado huellas en las telas permitiéndonos reflexionar sobre lo orgánico, la memoria de la piel, de los huesos, y el valor del paso del tiempo. Nuestra visita en la exposición terminó con una frase de una canción que despertó en uno de los participantes:

“El tiempo tiene una extraña forma de pasar ya que pasa para quedarse”.

Taller de Arteterapia

La propuesta del taller de hoy consistió en crear algo a partir de todo lo recogido durante la exposición, las sensaciones. Con la ayuda de un marco en una mano, y con una cámara en la otra, propusimos recorrer el espacio de Conde Duque, y dedicarnos un tiempo a mirar de nuevo todo lo que nos rodeaba deteniendonos en aquello que despertara algo en nosotros. 

Después recogimos todas las fotografías y las miramos juntas visibilizando y compartiendo las miradas de cada uno de los participantes. Algunos temas que las creaciones despertaron fueron la melancolía, con que conecto, cuál es la mirada de cada uno, la libertad interior cuando integras al otro, la melancolía de lo que teníamos antes, como la vida se cuela donde pareciera que ya no se puede, incluso en las pendientes hay luz.

En palabras de los participantes ¿qué te llevas de esta experiencia? 

“El juego, jugar. Me encantó poder explorar con otros y con otras”. “He podido resignificar el espacio y el arte, compartir miradas”. “He descubierto la importancia de la escucha y de distintos puntos de vista”. “He disfrutado la posibilidad de interactuar, compartir y cocrear”. 

Algunas obras de nuestro itinerario

(Al fondo). ELENA BAJO. All Tangled Up in a Fading Star, 2016. Poliuretano, plástico encontrado y hormigón. 

(Delante). PATRICIA DAUDER. Sin Título (Tejido y maderas), 2015. Maderas quemadas envueltas en tela.