SESIÓN 4. Humanizando la tecnología


Visita a la exposición

Humanizando la tecnología, a través de las obras clásicas del arte y la basura digital.

Las visitantes llegan a tiempo para comenzar la experiencia L-ABE. Después de una ronda de nombres, se presenta al equipo y se contextualiza tanto el espacio de Conde Duque como la exposición que convoca. Al bajar a la sala de bóvedas, se abre el diálogo con dos obras que se enmarcan en dos de los cinco ejes de la exposición: la arqueología tecnológica y el transhumanismo. En primer lugar, se contemplan las esculturas Sin Título de Marián Garrido, pertenecientes a la serie Electric Slime, del año 2017, donde se invita a las visitantes a observar con detenimiento los elementos que contienen, mientras se hacen las siguientes preguntas: ¿qué elementos puedo reconocer? ¿qué me dice la distribución de los elementos? ¿el montaje? ¿en qué se basó la artista? Las participantes reconocen objetos de uso cotidiano desechados, hacen referencia a la industria textil y su contaminación, y ven en una de las obras la estructura de una máquina de escribir, un fósil contemporáneo. Sin saber conectan con la idea principal de la artista: la obra se presenta como objetos de arqueología contemporánea, que evidencian el vestigio, el rastro que dejamos los seres humanos en nuestro convivir y que hablan de la sociedad que somos. 

Después de esto se pasa a la segunda pieza, la obra de Carlos Sáez, Corpse, 2019, la cual invita a introducirse en un mundo tecnológico que se encuentra con aparente “vida” y que a través del montaje e iluminación de un objeto mecánico, hace diálogo con lo orgánico y traslada a la reflexión sobre cómo se tiende a humanizar los elementos tecnológicos. Observando detenidamente, una de las participantes comenta que le hace pensar en cómo constantemente los seres humanos utilizamos a otros para nuestro beneficio y desarrollamos patrones de dominio hacia un otro, sea animal u objeto tecnológico.


Taller de Arteterapia

Una vez en el espacio de creación se introduce la dinámica con un breve ejercicio de respiración consciente y de escáner corporal. Seguido de esto se invita a las visitantes a explorar con los materiales disponibles en dos mesas: una que contiene gran variedad de desechos electrónicos y otra que ofrece materiales plásticos tradicionales. La propuesta de creación es humanizar la tecnología a través de obras clásicas de la historia del arte, utilizando imágenes de obras de la investigación Proyecta y diversos materiales tecnológicos de desecho. Posteriormente, se invita a hacer una toma fotográfica al resultado, considerando la imagen como lenguaje expresivo y no meramente de registro y a compartir sus resultados en redes sociales para que el diálogo se expanda al mundo virtual.

Al momento de compartir las experiencias, una de las participantes, que utilizó la obra Judith decapitando a Holofernes, recrea a través de cables enmarañados como se siente resentida por las nuevas tecnologías, las cuales cada vez están más presentes en trámites cotidianos y hacen difícil la vida de las personas mayores o personas no asiduas al uso de herramientas tecnológicas pues “han quitado la persona física”. Otra de las participantes destaca que la vida slow y sus técnicas han surgido para contrarrestar esa inmediatez en el cotidiano, pues se necesita algo que nos conecte. 

Una de las participantes se anima a mostrar su obra inspirada en la Medusa de Caravaggio, la cual representa “cómo nuestro cerebro ya está tan enredado en cables y cómo de alguna forma estamos enganchados”. A raíz de esto, cada una relata desde su propia experiencia lo que sucede cuando, en el mundo cotidiano, “se cae el internet” y las emociones que conlleva esta pérdida en la red. Otra participante comparte que se ha inspirado en un cuadro de Magritte, Los amantes, y ha tomado una foto con dos modelos del grupo utilizando indumentaria tecnológica. Comenta que representa, por un lado, “que estamos atados a la tecnología los unos con los otros, porque siempre podemos ver donde estamos, en cualquier momento”, y por el otro, “que en las redes sociales finalmente no vemos a la persona porque vemos su perfil y los estereotipos que no son la realidad”. 

Para finalizar, se agradece la confianza en compartir todo el proceso creativo con el grupo y se destacan las fotografías realizadas por cada visitante, las cuales muestran su gran potencial creativo.