Sesión 1 De las cargas (reales y simbolicas)


Visita a la exposición

19/09/2021

La obra "Let's Rodeo" de Regina José Galindo, tras verla en su totalidad en silencio, suscita un diálogo sobre qué sentimos y pensamos al acercarnos a la obra. Va surgiendo poco a poco, al principio tímidamente, como la representación de un juego y algo aparentemente agradable pasa a verse y sentirse como algo incómodo y doloroso. Una obra que a algunas participantes les evocaba cargas cotidianas que afrontaban continuamente y para otras suponía el enfrentarse a una máquina -el toro mecánico- que identificaban con el capitalismo actual, frío, mecánico. Posteriormente surgió un diálogo entre la obra de Regina y la obra de Sigalit Landau -donde una mujer se autoinflinge daño con un alambre de espino emulando el juego del hula-hop- que se encontraba a un costado de esta. La conexión creó nuevas perspectivas en torno a la figura de la mujer y como esta se halla en la acción, bajo situaciones cotidianas que llegan a ser violentas desde la repetición.

En la mayoría de ocasiones pensar y reflexionar sobre aquello que nos oprime puede resultar complejo, asfixiante o abrumador, aunque si nos damos la oportunidad de echarle un vistazopodemos no sólo definir y focalizar las causas de nuestro malestar -primer modo de afrontarlo- sino generar un acto ritual de liberación, “No podemos liberarnos del yugo que no reconocemos” a través de la palabra, la acción y la creación nos permitimos exteriorizar, dar forma a aquello con lo que cargamos y que en ocasiones no sabemos ni que lo llevamos puesto.

En la visita se conjuga la palabra y la acción para darle sentido y liberar, dar sonido a un grito vacío que está listo para salir, del mismo modo que  desde la repetición de acciones simples como subir, mantener y caer de un toro mecánico se genera la perfecta metáfora de nuestra posible carga simbólica, aquella a la que  día a día subimos para ser expulsadas o vencidas  y volver a intentarlo esperando a que la máquina falle, hasta que uno de sus engranajes deje de funcionar y nosotras hayamos vencido.


Orgaización de la sala por el equipo L-ABE


Taller de Arteterapia

Una vez hecha esa reflexión calmada en el espacio recogido de la sala de bóvedas, se propone hacer un poema que hable del olor, el ruido, la textura, la palabra que evoca la obra, la sensación, los pensamientos que emergen de su contemplación y para ello se distribuyen fotogramas de la misma. 

Las personas, tras hacer un ejercicio de conciencia corporal y focalización, se concentran en la obra personal. Siempre somos testigos de veinte minutos o media hora de plena conciencia en el proceso, los materiales, donde las mediadoras somos facilitadoras de material, acompañantes mudas de un trabajo profundo y personal. La actividad artística propicia una concentración que pocas actividades lo hacen, conectando percepción, cuerpo, pensamiento y emoción. Tras esa realización, se propone que se unan a otra persona y compongan un texto o poema. Ello propicia salir de un trabajo íntimo y personal a un ejercicio cercano que permita abrirse a la otredad, en su diferencia y similitud, de la persona que tenemos cerca. 

Algunos de los resultados fueron poemas como:

“El toro huele a gasoil

intento dominar una máquina metálica

que sabe a hiel

Y me expulsa, resbalo,

caigo

Como una carga que no pedí

Y cada mañana me consume

Bájate, escapa, me digo cada noche

Y cada mañana pienso

Una estrategia nueva

Que haga una grieta en el mecanismo

Y, sóla, se rompa en mil pedazos.”

*

“Busco, no encuentro

¿Dónde pone que tenga

 que cabalgar este muerto?

Bestia de ojos sangrientos

Siento el olor nauseabundo

Que hace oler la derrota

amarga. No me hace bien.

Me descuelgo de las rutinas

Que me hacen mal, me libero

del chirrido inmundo, inquietante,

de este toro mecánico, para más Inri.”

*

“Si la obra fuera un color sería gris

Si fuera una palabra, sería exhausta

Si fuera un sabor, sería amargo

Si fuera un sonido, sería un grito

Si fuera una textura, sería rugosa,

Como una piedra

Si lo llevara a la realidad, sería

como la vida misma

Si fuera una carga

Sería la presión del éxito en

esta vida para poder

ser llamada “alguien”.

Tras la realización, los participantes comparten las obras de modo que la obra toma conciencia y se corporiza en cada uno, en cada una de las asistentes, como un nexo que implica sus vidas, sus cargas y sus modos de afrontarlasTras el taller se puso de relieve el espacio de libertad y confianza para hablar sobre arte, la importancia de centrarse en una sola obra y poder verla en su totalidad, la importancia del acompañamiento y la potencia de la creación.