Colectivo Menores Save the Children. Avatar /Cyborg. Reconocimiento de nuestro cuerpo virtual
Visita a la Exposición
En esta sesión se recibe al grupo en la entrada de Conde Duque. Está compuesto por 5 niños y 1 niña (de 6 y 7 años), con cinco acompañantes: la coordinadora del centro de Save the children), 2 mamás y 2 arteterapeutas.
Los y la niña llegan corriendo a curiosear las obras que se hallan instaladas en el patio central. Les damos una cordial bienvenida, permitiendo la exploración del lugar, para ello estuvimos unos momentos interactuando con la pieza Refugio (2022) del artista Dagoberto Rodríguez. En ella, se puede entrar y recorrerla desde su interior al exterior, lo cual hace muy atractiva la invitación para los niños. “Son como ventanas”, dice uno de ellos y otra participante menciona que le trajo recuerdos de la tumba de su abuela. La obra presenta desde la mirada del artista, la relación de la soledad y la individualidad que se visualiza en el mundo contemporáneo.
Pasamos al patio Sur donde se encuentra la pieza favorita de los niños: Rainmaker, del artista Miler Lagos. Apenas descubrieron la obra instalada en medio del patio no pudieron resistir sus ganas de ir a probarla así que se incluyó para que fuera parte del recorrido.
Imagen de la obra en el patio sur.
Esta obra en particular, es una instalación que invita a crear lluvia al hacer girar la rueda que contiene, caminando en su interior para producir dicho movimiento.
Posteriormente, se introduce a grandes rasgos de que tratará esta travesía hacia las profundidades de la Sala de Bóvedas, en donde se encuentra la exposición Súper SúperLike.
Se inicia el recorrido al bajar y la sala se encontraba más oscura de lo habitual por las lluvias que han caído estos últimos días en la ciudad, esto causó temor en algunos participantes, sobre todo al ver la obra de Yosi Negrín. Se dirige el grupo hasta llegar a la obra que se abordará dentro de la mediación, la pieza de Rubén Grilo “Mouse over” (2019) En esta pieza, se pregunta a los niños si reconocen las manos de la obra y mencionan entre todos que “son las manos de Mickey Mouse”, también les llama la atención que mueva los dedos y pueden percatarse por sí mismos que había manos humanas debajo de estos guantes de Mickey. Una de las participantes seguía con temor sobre la oscuridad del espacio expositivo. Se procede a salir para ir al taller de creación y tranquilizar a la pequeña.
La obra muestra las manos del artista moviéndose como si estuviera escribiendo en un teclado de ordenador y encima de estas se ven unos guantes del ratón Mickey. El artista nos muestra por un lado, un diálogo con lo orgánico y lo digital, al presentarnos las manos tapadas por estos guantes digitales de Mickey. Todo esto fue posible a través de la técnica MOCAP, que permite capturar el movimiento de la persona que ejecuta dichos movimientos a partir de un traje, el que contiene puntos que captan las señales de los movimientos, es por ello que los guantes se mueven en conjunto con las manos del artista. En cuanto la obra en su totalidad, está presentada en una pequeña pantalla anclada a una mesa de escritorio y junto a este, se halla una silla que invita al/la espectador/a a posicionarse frente a la obra de forma íntima. La pieza de Grilo, también rescata como en ocasiones nos sumergimos tan intensamente en las pantallas virtuales, y nos olvidamos que somos humanos y que habitamos un cuerpo que tiene sus necesidades, cuando surge el dolor en alguna zona del cuerpo nos recuerda que aún estamos vivos/as, es por ello el temblor en las manos del artista.
Durante el recorrido de vuelta hacia la superficie, se pregunta a uno de los niños sobre cuál había sido la obra que más les había gustado y dijo que la Rueda que se encuentra en el patio, haciendo referencia a la obra Rainmaker. Luego, pasamos de vuelta por la pieza de Negrín y preguntamos qué se imaginaba que podía ser ese lugar, él comparte que reconoce trozos de auto en el espacio y le preguntamos ¿dónde crees que van los desperdicios de un auto cuando este ya no sirve? Respondiendo que en un cementerio de carros.
Llegamos a la superficie y seguimos subiendo para llegar a la sala de ensayo de teatro, y mientras subíamos las escaleras les contamos a parte de los niños sobre cuántos años creen que tendría el edificio, uno dice 100 y le decimos que más, otro dice 1000 y respondemos que menos, hasta llegar a los 300 años que son los que tiene el espacio cultural Conde Duque.
Taller de Arteterapia
En la sala de ensayo, los niños se dirigen a la mesa de materiales y comienzan a revisarlos con curiosidad, desde allí se les invita a realizar un juego corporal y antes de terminár de explicarlo, uno de los niños dice que lo conocía, se le da la palabra para que termine de explicarlo y comenzar a explorar el cuerpo. Una de las niñas participantes se retira del juego y se va a un rincón, se mantiene allí mientras dura el ejercicio. Una de las profesionales va en su compañía para saber qué le ocurría con la actividad propuesta, si había algo que le molestaba y tenía relación con la música y el movimiento corporal.
Durante el ejercicio, se invita al grupo a bailar mientras suena la música y cuando se detiene, tienen que adoptar una postura pensando en cómo sería su personaje o avatar, propuesta surgida desde el diálogo con la obra de Grilo. Después, se procede a realizar la presentación de los materiales disponibles para que pudieran explorar con ellos a través de la expresión y creación artística desde la propuesta: ¿Cómo sería mi personaje o avatar?
Cada participante se dispuso en el suelo para marcar su silueta corporal en un trozo de papel que abarca todo su cuerpo, definiendo además la postura corporal surgida durante el ejercicio corporal. El equipo apoyó a los niños en esta parte mientras que las profesionales se marcaron entre sí. Luego, comenzaron a intervenir esta silueta con los materiales plásticos y desechos tecnológicos disponibles y mientras creaban los niños, interactúan con alguna profesional del equipo, preguntándoles sobre el personaje creado, ¿qué colores tiene? y ¿dónde vive?.
Ya finalizado el momento de creación, se invita a los niños a que compartan la historia tras su personaje:
Un niño se ofrece y comienza a compartir lo dibujado: “Está matando una oveja y un zombie” y le preguntamos ¿cómo se llama tu personaje? “Armando” (es el nombre de su padre), responde el niño, “¿en qué mundo lo creaste?” pregunta una de las AT y responde “Minecraft” (videojuego) “puede matar y coger cosas”… “El cerdo también lo puede comer, come lo que le conviene” termina.
Otro compartir nos presenta su personaje, le preguntamos cómo se llama a lo que responde “Alex”, “que buen nombre” le responde uno de sus compañeros. Le preguntamos que nos cuenta el personaje y nos responde que “puede encontrar diamantes” y ¿ha encontrado alguno? mencionando que si.
Invitamos a compartir a una de las personas adultas que acompañan al grupo, comienza compartiendo una de ellas comentando que su personaje se llama “Amelie”, y los niños destacan las luces y colores de ese trabajo.
Otro compartir de las acompañantes menciona que su personaje se llama Liberty, y menciona que su poder radica en “absorber la energía y canalizarla”, en este trabajo también se destaca la cantidad de color utilizado.
En este momento se anima una participante, mencionando que su personaje se llama “Victoria”, uno de los compañeros menciona que se parece mucho a la autora, lo cual comparte de este personaje: “ella tiene un vestido, dos ojos y un lazo, y zapatos”.
Otro compartir comparte que ha construido una mujer árbol, que “muestra sus raíces y su follaje en movimiento”.
Finalmente se agradece el compartir, la confianza y la entrega en cada persona que nos acompañó el día de hoy.