Colectivo Máster de Secundaria. El Museo como Herramienta Pedagógica
Visita a la Exposición
La primera de nuestras sesiones con grupos especiales en el Museo se desarrolló a partir de una deriva libre por las salas para encontrar vínculos con las obras, construir una visita general a partir de capas narrativas y encontrar un punto de referencia desde lo individual y personal para compartirlo y hacerlo general. De esta forma, nos planteamos cómo lo subjetivo se convierte en general y es político, y cómo ese proceso puede ser empoderador y didáctico.
El grupo que nos acompañó fue el de estudiantes del Máster de Formación del profesorado en Educación Secundaria Obligatoria, con especialidad en Artes Plásticas y Visuales. Fue un grupo particular, pues los estudiantes están terminando su formación, a un paso de hacer las prácticas en los institutos, algo que genera inseguridad y ansiedad aumentada por las dificultades que aporta la pandemia que estamos viviendo. Sus edades van desde los 24 a los 45 años, son adultos sin trabajo y con un importante bagaje artístico (de Bellas Artes, Diseño, Arquitectura…). Comenzamos con la bienvenida conjunta en el patio y pasamos a ofrecer la deriva individual con calma y tiempo suficiente con la intención de seleccionar una pieza de la exposición para presentarnos a través de ella.
Taller de Arteterapia
En grupos pequeños de cuatro personas, cada uno acompañado por una arteterapeuta, recorrimos el espacio expositivo visitando las obras elegidas y escuchando detenidamente las narrativas personales que nos presentaban los estudiantes. Sucedió que en ninguno de los grupos se repitió ninguna obra. Sucedió también que, en la exposición, las personas que normalmente son guiadas y escuchan, de repente se convirtieron en protagonistas y contaron, y que sus relatos son importantes, porque nos descubren nuevas narrativas personales de las piezas que se unen con las de los artistas que las crearon y las del comisariado de la exposición. Por ejemplo, la obra sobre la Memoria de Carlos Rodriguez Méndez le dió voz a la abuela con Alzheimer grave de una estudiante que contó cómo la cambiaba, le daba de comer y le ayudaba a acostarse, exactamente igual que en el vídeo del artista, el cual relata cómo las espaldas de los mayores se curvan “por el paso del tiempo y el peso de la vida”. Otro ejemplo es la pieza de Bernardí Roig, que nos habla de cómo “todas las personas portan luz pero algunas no lo saben o lo llevan como una carga”. Como dice Javier Martín, comisario de la exposición “Todos llevamos cargas, la mayoría de las veces son autoimpuestas”.
Para el taller hubo también libertad para la creación y la mayoría se decantó por realizar una creación inspirada en las piezas elegidas en la sala. Entre los comentarios que nos dejaron destacó el de una estudiante que manifestó cómo su nivel de ansiedad y estrés bajó después de la visita y la sesión creativa. Relató que había llegado muy ansiosa por la pandemia, pero que gracias a la deriva, a la experiencia de compartir su emoción a través de la obra y de la creación, se había concentrado en sí misma y en su proceso creador bajando totalmente los niveles de ansiedad y miedo. Cinco semanas después de la visita, la estudiante nos dijo que aun recordaba lo que le había servido la experiencia.