por Daniel de la Fuente Garnacho

 

Esta entrevista fue realizada el día 22 de noviembre de 2020 en las inmediaciones de la estación de Cercanías de Las Águilas en el distrito de Latina. Las Águilas experimentó un verdadero auge en la década de 1960 con la llegada y el establecimiento de parejas jóvenes, que ahora ya tienen cierta edad, por lo que el barrio está envejeciendo. Sin embargo, nuestra entrevistada es una persona joven. Se trata de Clara Sánchez Asensio, nacida en 1999, una persona a la que conozco desde la infancia y sé que hace bastante vida en su barrio. Es de especial interés su edad ya que al ser joven su testimonio es el de una persona a la que aún le queda por crecer (emocional-, personal- y profesionalmente hablando) y estará sin duda marcada por las experiencias vividas a raíz de la pandemia. Se trata de una generación que heredará el control del mundo en las próximas décadas y conocer sus pensamientos sobre la pandemia puede ser vital para comprender las decisiones que se tomen en los años venideros, tanto a nivel individual como global.

 

Durante todo este proceso de pandemia, sobre todo durante las fases de desescalada hay mucha gente que ha redescubierto, por decirlo de alguna manera, sus barrios. ¿A usted le ha pasado algo similar? ¿Ha descubierto nuevos establecimientos, bares, tiendas…?

Bueno, yo siempre he hecho cierta parte del ocio en el barrio, con mis amigos en bares o en parques. Pero sí que es verdad que en estos meses de desescalada hemos recurrido más a los parques del barrio, al ser zonas al aire libre con menos posibilidad de contagio y que también te permiten desplazarte andando en lugar de utilizar el transporte público. De esta manera también se evitan las aglomeraciones del centro, como digo, los transportes públicos. Los comercios de mi barrio, que son comercios pequeños, han seguido activos durante el confinamiento y, qué sé yo, otros establecimientos, como el gimnasio, se ha adaptado a partir de septiembre incluyendo medidas como la medición de temperatura, el establecimiento de un aforo y el uso obligatorio de la mascarilla. También han ofrecido un trato cercano con sus clientes, puesto que han devuelto el dinero que se pagó en marzo, por ejemplo. Aunque también he observado que mucha gente ha optado por hacer el deporte al aire libre, en los parques. Eso sí que lo agradezco, el tener cierto espacio para pasear, para correr, para quedar con los amigos… en el barrio. Sobre todo, durante las fases de desescalada esto se veía mucho en que al estar los parques cerrados se producía cierta aglomeración en las aceras durante el periodo que se permitía pasear.

Hablemos ahora de la universidad, porque me parece que usted es estudiante y me gustaría que me contase cuál es su relación con la universidad estos últimos meses, desde que empezó la pandemia hasta hoy.

Pues yo personalmente no siento que asumo mucho riesgo al ir a la universidad, en tanto que me parece que en las clases sí que se están respetando los aforos. También es cierto que mi facultad dispone de bastantes aulas como para dividir las clases y se mantiene entonces la distancia. Además, están controlando quién entra o deja de entrar en las salas con una aplicación móvil de códigos y hay gel hidroalcohólico en cada una de las aulas. Ahora bien, me parece que ha habido cierta confusión y mala organización de la asistencia, puesto que nos han ofrecido distintas modalidades y al final unas se solapan con otras y me parece que las alternativas para aquellas personas que no quieren exponerse a utilizar el transporte público por ser personas de riesgo o tener en casa personas de riesgo son pocas y dependen mucho de la buena voluntad del profesor. En última instancia, bueno, aparte de eso, también me parece que la universidad cuenta con pocos medios. Hay, por ejemplo, en mi carrera un mal funcionamiento del streaming y muchos días fallos en la conexión, lo que es vital, porque gran parte de las clases son online. Bueno, yo creo que han tenido tiempo suficiente para organizarse en estos aspectos, pero por otra parte entiendo la incertidumbre y el hecho de que las circunstancias varían mucho sin poder prever con exactitud qué se va a pasar.

Haciendo un pequeño inciso para preguntar más sobre la universidad, ¿nota diferencia respecto al programa, la actitud, digamos, del profesorado, durante los primeros meses de pandemia, cuando se desconocía más, a cómo está ahora? ¿Nota cambios en la organización? ¿A mejor? ¿A peor? ¿Se ha mantenido?

Sí, a ver, sí. Sí noto cambios, porque, si bien en marzo hubo profesores que trabajaron el Campus Virtual para ofrecer alternativas, otros se limitaron a colgar sus apuntes, lo cual lo puedo entender, porque fue un momento de confusión y de incertidumbre para todos. Ahora están más organizados, pero algunos profesores siguen sin contar con alternativas de cara a los exámenes, por ejemplo, si van a ser presenciales o no.