Las vivencias de un cajero en la Sierra de Guadarrama
por Adrián Fernández Megías
La entrevista fue realizada el día 8 de noviembre de 2020 en el municipio de Collado Villalba, con Diego Megías Sánchez, quien tiene 19 años y trabaja actualmente de cajero en un supermercado de la zona, en la sección de pedidos online.
La elección de Diego como mi entrevistado tiene que ver con su trabajo de cajero ya que consideré que, debido a ser un empleo de cara al público, podía tener una visión más completa de los cambios sufridos en el ámbito público de su barrio a causa de la pandemia. Además, consideré relevante reflejar la percepción sobre la pandemia de parte de una persona joven ya que dicho colectivo, por lo general, se ha visto especialmente afectado en sus rutinas y aficiones, al hacer gran parte de su vida en el exterior. El municipio del entrevistado, Collado Villalba, me resultó relevante ya que se trata del municipio más destacado por número de habitantes de la Sierra de Guadarrama, y a la vez se encuentra lo suficientemente alejado de Madrid capital como para que resulte interesante su estudio, al vivir su población en un ambiente rural propio de la sierra, lejos del bullicio propio de la capital.
Diego, en referencia a su trabajo, ¿observó cambios relevantes en, por ejemplo, las rutinas, los compañeros, la normativa, con respecto antes del coronavirus?
Sí, se notó la diferencia con respecto a la normalidad porque todos los clientes y trabajadores teníamos que ponernos una mascarilla. A los trabajadores antes de empezar a trabajar nos tomaban la temperatura, nos obligaban a tener el uso de guantes para manipular los productos en la tienda y guardar las distancias de seguridad entre un cliente y otro en las cajas registradoras, y el trabajador, en este caso el cajero, tenía que limpiar la cinta de la caja entre cliente y cliente para que no haya malentendidos.
Respecto a su ámbito personal y familiar, ¿cómo se comunicaba con sus familiares durante la pandemia?
Pues las primeras semanas de la pandemia, cuando no se podía salir, me comunicaba con mis amigos y con mis familiares a través del Skype. Una vez ya se podía salir a la calle, en las fases de desconfinamiento, por ejemplo, mis amigos sí solía quedar con ellos por, por mi, por mi pueblo, pero cerraron el pueblo por áreas sanitarias y ellos vivían en una parte donde yo no podía entrar ni salir, y pues básicamente he estado también mucho tiempo sin tener contacto con ellos. Con respecto a mis familiares, viven en Talavera de la Reina y, desde que empezó la pandemia, he tenido muy pocas posibilidades de ir a verlos, entonces todo ha sido a través de las redes sociales.
Entonces, ¿cómo llevó la experiencia de comunicarse con sus seres queridos a través de una pantalla?
Pues las dos primeras semanas lo llevé algo mal y raro porque no estaba acostumbrado a ello, a comunicarme a través de una cámara y una pantalla con mis familiares. Pero con respecto fueron pasando las semanas, se convirtió en una rutina y ya tenía horas fijadas en el día para poder mantener esas conversaciones con mis amigos y familiares.
Por último, me gustaría preguntarle si usted ha vivido alguna experiencia o anécdota interesante que pueda reseñar para esta entrevista.
Pues tengo varias experiencias. Una de ellas fue cuando encontré el trabajo que tengo actualmente en el supermercado. A la hora de cuando, bueno, cuando me llamaron para hacer la entrevista, la entrevista no la hice presencial como se suele hacer habitualmente, sino que la hice a través de una videollamada por Whatsapp desde mi casa. Entonces, fue algo que para mí fue muy extraño, porque muy pocas veces se ha visto una entrevista así.
Otra experiencia que tengo fue que, a los dos días de empezar el confinamiento en marzo, pues tuve que arreglar unos papeles y para ello tuve que coger el transporte, el autobús, y me extrañó que iba vacío el autobús, solo iban el conductor y yo. Entonces, acostumbrado a ver el autobús lleno de gente, me extrañó mucho, la verdad.