La pandemia y la juventud de los barrios obreros madrileños
por Roberto Hernández González
Se lleva a cabo la entrevista el día 24 de noviembre de 2020 en el salón del domicilio del entrevistado, que se encuentra situado en el barrio de El Espinillo (Villaverde, Madrid). El entrevistado es mi hermano, Pablo Hernández González, de 17 años. Pablo cursa segundo de Bachillerato en el instituto público El Espinillo, y vive en casa conmigo y con nuestra madre. Tras una breve charla en la que se presenta de manera somera, da comienzo la entrevista propiamente dicha.
Voy a hacerte una entrevista en la que se pretende ilustrar acerca de cómo ha cambiado la ciudad de Madrid, y en concreto este barrio, desde la pandemia. Cuáles han sido los cambios que ha habido o que tú has percibido en el barrio, cómo ha cambiado la actitud de la gente, las dinámicas de la gente desde que empezó la pandemia.
Vale.
La primera pregunta que quiero hacerte es: ¿cómo era el barrio antes de la pandemia y cómo es ahora? ¿Has notado alguna diferencia?
La verdad es que sí. Yo, en mi entorno, sobre todo, veo que antes había más vida. La gente salía más, se lo pasaba mejor… No sé, el barrio con más vida… Sí que me estoy dando cuenta también de que el comercio pequeño, la mayoría están cerrados ahora.
Comercio pequeño, ¿como cuál?
Pues hay un mercadito que llevaba prácticamente toda la vida abierto y lo han cerrado porque no podían. Al fin y al cabo, si la gente no iba a comprar no podían mantener el establecimiento.
¿La relación con los vecinos, o incluso con tus amigos o familiares, es diferente?
Con los vecinos, sobre todo. Con los vecinos antes, pues eso… Yo, en mi caso, tenía confianza y podíamos ir en el ascensor hablando. Vivimos en un primero. Ahora, sin embargo, es: uno por la escalera y otro por el ascensor. Se intenta que no haya mucho contacto.
¿Y con los amigos?
Con mis amigos, al principio muy diferente. Al principio era como “atrás”, como “tengo ganas de abrazarte y no puedo”. Ahora bien, ya mejor, ya como antes. No del todo, pero sí. Mascarillas, distancia…
¿Y con tus familiares?
Con los que convivo en casa, exactamente igual. Con los que no convivo en casa, sobre todo hablamos por whatsapp o por redes sociales, o nos llamamos, pero no nos vemos casi.
¿Dirías que pueden haber cambiado los usos que la gente le daba al barrio? Bares, zonas de ocio, parques… ¿Hay alguna diferencia entre cómo se relacionaba la gente con el entorno antes de la pandemia y como se relaciona ahora?
Pues, a ver… Yo creo… Ahora la gente quiere ir más a los bares porque supongo que está harta de la situación y quiere pasárselo bien con amigos. Socializar. Tomarte una cerveza y olvidar el problema de que existe una pandemia.
¿Los bares funcionan igual?
No. Más distancia entre las mesas. Dentro, el aforo está reducido. Y sí que es verdad que han puesto más mesas fuera porque si no, al final, es como los pequeños comercios. Que si no se puede dentro, al final te quedas sin clientes y hay que cerrar.
En cuanto a las visitas de amigos o familiares que tienen lugar en tu domicilio, ¿ha cambiado la manera en que se desarrollan?
Si ellos vienen a mi casa o yo voy a la suya, ya nos sale instintivo el ir a lavarnos las manos. Antes lo hacíamos, pero ahora más. En cuanto al número de gente, yo antes invitaba a más. Ahora con las normas de “sólo seis personas” es un poco fastidio porque molaría invitar a más.
En relación a los recursos que puedan haber desplegado la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, ¿piensas que han sido útiles? La manera en la que han adaptado los institutos, los ambulatorios, los hospitales…
Pues a ver, sinceramente, pienso que ha sido un caos. No han sabido qué hacer. En el caso del instituto, ir tres horas al día estando en segundo de bachillerato es muy poco. Si no hubiera pandemia iría seis horas al día. Acumulan el trabajo de seis horas al día en tres horas al día. Y si segundo de bachillerato ya es de por sí agobiante… Hacen dos turnos de alumnos. Si no hubiera pandemia, a mí me habría tocado, por ejemplo, la clase “E”, pero como sí la hay, esa clase la dividen en dos para que no haya tanta gente en una misma aula. Pero no veo que tenga sentido, porque puede que una persona del turno 1 y una persona del turno 2, luego los viernes queden. Y si uno de esos tiene Coronavirus…
¿Has percibido alguna diferencia relativa a la manera en que la gente utiliza el transporte? ¿Ves que ahora haya gente que intenta prescindir de ciertos transportes, o que utiliza más otros transportes? Tú concretamente…
Pues, por ejemplo, el autobús. Ahora prefiero ir andando. El autobús lo utilizaba para moverme por dentro del barrio, pero ahora prefiero ir andando, ya que el autobús es un espacio más pequeño y hay más posibilidades de contagio. El metro lo sigo utilizando igual. No voy en horas puntas.
La última pregunta que te quiero hacer es… bueno, ya han anunciado que se está trabajando en la vacuna, que seguramente para principios de 2021 los grupos con más riesgo puedan empezarse a vacunar… Se ve, aunque aún un poco lejos, el final de la pandemia… ¿cómo crees que funcionará la gente una vez se haya acabado? ¿Crees que habrá alguna diferencia? ¿Quedará algún hábito de los que hemos adoptado durante la pandemia permanecerá? ¿Nos seguiremos relacionando de la misma manera?
Pienso que vamos a volver todos a la normalidad. Puede que esto deje huella. Hábitos como el “vengo de la calle y, ¡uy!, se me ha olvidado lavarme las manos” creo que van a cambiar, vamos a tener más higiene. Pero la gente yo creo que va a salir con ganas de vivir otra vez y va a haber conciertos, discotecas… La gente va a estar tranquila porque va a saber que tiene la vacuna y vivirán exactamente igual que antes.